forty-two.

3.6K 288 42
                                    

giay pov's
—————

—Da, mami, no me jodas, posta.— Digo rascando mi cabeza. —Posta ¿Para que lo invitaste, ma? Si sabes que me tengo que ir a lo de Samira.

Chisto mi lengua.
Posta, no entiendo porque me hace esto de invitar a Valentín cuando sabe bien que quería ir a comer con Samira. Y encima, sabiendo que esta todo podrido con el. Igual, tan podridas no estan las cosas, ya que avanzaron un poquito, por lo menos nos jugamos unas partidas en el free. Igualmente, las ganas de escupirle la cara no se me fueron.

—Anda a abrirle, dale.— Me tira las llaves en mi regazo, yo me quedo quieto sin hacerle caso. —Te dije algo, Agustín ¿O sos pelotudo?

Me levanto con la peores ganas del mundo.
Me pone celoso que mi mamá lo quiera más a el que a mi. Yo soy su hijo, yo, yo, yo. No este colorado puto, mufa, y traidor.

Me acerco a la puerta y la abro con una cara de pocos amigos. Valentín entra y se acerca a saludarme, tratando de ser el amiguito perfecto de nuevo. Pero no me la va a hacer tan fácil.

—¿Qué onda, Agus?— Me dice con su sonrisita de pelotudo, intentando aparentar que todo está más que bien.

Levanto una ceja, mostrándole mi desconfianza. No me voy a olvidar de todo el quilombo que armó.

—Vamos a tomar unos mates y charlar un rato, ¿te parece?— Propone mi vieja, intentando calmar la situación.

Tomamos asiento en la mesa y mi mamá nos sirve los mates. Intento controlar mi bronca y trato de tratarnos como si no pasara nada. Pero las indirectas mías no pueden faltar, estas hacen que Valentín se ponga cada vez mas tenso hasta explotar.

—Che, Valentín, ¿te acordás cuando éramos amigos de verdad? Esos tiempos en los que nos cagábamos entre nosotros, dormías aca, eras como mi hermano...— Digo con tono irónico, mirándolo fijo a los ojos. Mi mamá me pega por abajo de la mesa.

Valentín baja la mirada, sintiéndose incómodo. Sabe que se mandó una cagada gigantorme y ahora está tratando de ganarse mi confianza de nuevo. —
Agus, te pido disculpas de nuevo, amigo. Ya sabemos todos que soy terrible macanudo, pero quiero que sepas, y te lo vuelvo a repetir, no fue apropósito. Me arrepiento y quiero arreglar las cosas entre nosotros.

Levanto una ceja. —Mirá, Valentín, no sé si te creo. Si no fue aproposito ¿Por qué justo se te ocurrió mandarte esa cagada con Samira? Me parece que más bien tuviste... Bah, tuvieron ganas de romperme los huevos ¿No?

Valentín se remueve incómodo en su asiento, sin saber qué responder. Mi mamá nos mira con preocupación, tratando de calmar el ambiente. —Agustín, por favor, no sigas con eso. Estamos aquí para solucionar las cosas, no para pelearnos más. Escuchémonos y tratemos de entender al otro.— Dice mi vieja corte Cris Morena.

Respiro hondo y decido ser claro y directo con Valentín. —Escuchame colito. No quiero ni verlos cerca de Sami. Me tienen podrido los dos y no quiero verlos cerca de ella. Si es que posta querés que todo vuelva a ser comk antes.

Yo sigo fijo en mi lugar. Hace rato me di cuenta que no es una buena mezcla Valentin-Agustina-Samira. Es horrible, espantosa, y un dolor de cabeza.

Valentín asiente con tristeza en los ojos, sabiendo que la tiene difícil. Pero si quiere volver a ser mi amigo, va a tener que remarla y mucho.

Mi mamá intenta suavizar la situación y nos anima a seguir adelante. Obvio que lo hace porque ama muchísimo a Valen, pero yo sé que esto no se va a arreglar de la noche a la mañana. Terminamos la charla con un abrazo forzado y una mirada llena de desconfianza. Por ahora, Valentín tiene una oportunidad para enmendar sus errores, pero sé que va a ser un camino largo y difícil.

Cierro la puerta atrás de el y espero un ratito para poder marcharme yo también. La amistad está en terreno peligroso y el futuro es incierto. Valentín va a tener que demostrar que puede ser un verdadero amigo si quiere recuperar mi confianza, pero no voy a ser fácil de convencer por más de que ya me dé pena todo lo que hace por nuestra amistad.

—————

Dale pelotudo, curame.— Dice Samira con enojo. —¡Curame, enfermito!

—¡Espera!— Suelto mientras disparo al último del otro equipo, mi vida cada vez baja más rápido y mi nerviosismo aumenta. Si perdemos esta ronda perdemos la partida. Es un mano a mano para poder intentar una revancha.

—¡Viste pelotudo! Te dije que me cures, si vos sos re manquito.— Muerde su labio enojada. —¡Encima hace emotes el puto!

—No juego más, es una verga este jueguito.— Dejo el celular sobre la cama y me doy vuelta para abrazar a Samira por la cintura. —Vos también sos re manquita.

—Deja, ni me hables, estoy re enojada.— Vuelve a mirar su celular. —Baje a platino, ahora sí, nunca más juego con vos.

Le doy un besito en el hombro. —¿Te importa más el free que yo?

—Años jugando, papito. Años.— Dice agrandada. —Casi llego a Gran Maestro una vuelta.

—¿Ves? Sos re vivida.— Digo molesto. —Trabajas para cargarte diamantes nomas... Nunca voy a tener una normal.

Su cara cambia completamente.

A ver, formule mal la oración. Por fa, que no se enoje.

—Buscate una normal.

—Dale pajera, no seas pelotuda.— La apego más a mi. —¿Te vas enojar por eso o te querés hacer rogar nomas?— Se le escapa una sonrisita ladeada, la conozco. —Viste como sos. Yo no quiero a otra piba, menos una normal.

Y... Es la posta. No quiero saber nada de una mina con personalidad default. Capaz yo me quejaba de Valentín porque tenía envidia, igual, no tanto. Nadie envidiaría a la fallada de Agustina, pero Sami es el punto medio que me encanta.

—Yo soy normal.— Dice ella sin mirarme. —Y bastante más que vos.

—¿Normal?— Me río irónicamente. —Si, Sami... Sos normal, quedate tranquila.

—¿Que tengo que no sea normal?

—————
aca iba a ir un fueguito peroooooooo me da paja escribir y quiero ir a mimir

lasquiero mucho, y no odien a agustin, imaginense que tiene de ejemplo a una relación toxica y estuvo años acostumbrado a ver algo asi !!!

y sami bueno, es un pancito.

𝐆𝐎𝐋𝐎𝐒𝐈𝐍𝐀𝐒 ! giay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora