fifty-two.

3.2K 244 101
                                    

giay pov's
—————

Estoy en la esquina, cuestionandome toda mi vida.

Todos dicen que esta mal volver con tu ex, que las cosas terminan por algo. Pero realmente creo que no pude demostrarle todo lo que quería a Samira, y tengo la oportunidad y el valor de hacerlo ahora. Yo tengo la fé de que las cosas me van a salir bien.

Antes de estar acá, parado, Valentín me cago a pedos, me dijo que soy un sin vergüenza por ir a mentirle a la cara a Samira jurandole todo mi amor después de haber estado con otra mina anoche. No mentí, me siento culpable, pero no quiero pensar en cosas malas. Si las cosas se llegan a dar, voy a seguir siendo igual de fiel que la primera vez.

En cuanto me voy acercando siento como mi corazón late, y no es joda, lo puedo escuchar. Tengo miedo de que se me salga.

—Me vas a mojar el piso.— Dice al verme.

Lo que extrañaba escuchar su voz, o verla en carne y hueso.

La miro confundido ¿Como le voy a mojar el piso si no esta lloviendo? Bue, se la dejo pasar porque estoy nervioso nomas.

—Buen día ¿No?— Trato de hablar con la mayor tranquilidad del mundo, espero que no se de cuenta que en cualquier momento me muero.

—¿Buen día? Dijiste que ibas a venir a las siete, son las diez.— No emite ni una sonrisita falsa, nada raro en ella.

En cambió a mi, si se me escapa una sonrisita atontada al escucharla, me estuvo esperando. —Perdón, tenía cosas por hacer, pero no eran tan importantes como venir a reconquistarte.— Me río.

Se ríe. —Mi mamá me dijo que tenes que estar muy enamorado o haberte mandado una re cagada como para venir como perrito.

Que forra mi suegra, nunca me conoció y ya sabe que soy un perrito faldero. Tengo vibes diría el colorido.

—¿Cual crees que es?— Me acerco al mostrador para tenerla más cerca y poder sentir su perfume.

—¿Creo?— Pregunta con las cejas levantadas. —Te mandaste una cagada.— Afirma.

—Bue.— Muerdo mi labio inferior. —No hice nada ¿Que tengo que hacer para que me creas? Sami.

—Y...— Se hace la que piensa, en realidad se esta haciendo la difícil.

No me da respuestas.

—Estas hermosa ¿Sabes?— Le digo con una sonrisa, es la posta. Esta muy hermosa, es la mina más linda que hay.

Me encanta cuando no se plancha el pelo y deja sus rulitos hermosos. La hacen ver mil veces mas tierna de lo que ya es.

Una sonrisita se ve en su rostro, pero ella se pone seria al instante. —No empeces, Agustín.

—No me podes pedir que no empiece cuando después de tres meses te tengo adelante y estas hermosisima ¿Te dejaste los rulitos porque sabes que me gustan, no?— Mis manos buscan a las suyas para agarrarlas con delicadeza.

Samira mira a otro lado para no responderme.

—A todo esto, yo quiero que me mires a los ojos y que me digas algún momento en el que yo te haya echo cornuda, o que hayas dudado de mi. Algún momento donde no te haya demostrado que me tenías como querías...— Le pido buscando su mirada.

𝐆𝐎𝐋𝐎𝐒𝐈𝐍𝐀𝐒 ! giay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora