Mi pequeño Alfa

29) mentirte para protejerte. Enfadarme para protejerme

De la ambulancia bajaron dos SMS, una chica y el doctor Muerte.
La chica se fué a ver como estaba la señora Paqui y el Dr.Muerte vino corriendo hacia mí y Greco.

Cl: buenos dias ¿que ha pasado?- preguntó Claudio con su sonrisa de calavera.
Dejó un pequeño botiquín a mi lado y empezó a buscar cosas en el.
Gr: Gustabo a salido volando de la moto y a perdido la consciencia- de mientras el doctor me hacía las típicas revisiones con la linterna.

G: ¿me puedo ir ya?- suspiré impaciente. El dolor de cabeza había disminuido mucho y me sentía muy incómodo con el médico tan cerca mío. No me dan miedo los doctores pero digamos que no he tenido buenos momentos con ellos.

Cl: veo que el golpe ha sido leve. Le curaré la herida del brazo y se podrá ir- se rió ante mi impaciencia.
Me desinfectó la herida y me puso unas vendas. Cuando terminó me levanté con ayuda de Greco.
Cl: bueno, tengan un buen servicio agentes. Y gustabo, dígale a su hermano que se pase por el hospital, hace mucho que no le veo- le sonreí incómodo y el junto a la SMS se fueron.

Gr: tu te vienes a mi patrulla para ir a comisaria. Como tu superior que soy, te ordeno que te quedes en comísaria tranquilamente. No te sobresfuerzes, ordena algun papeleo o atiende denuncias. Hasta que no estés 100% recuperado del golpe no hagas trabajos pesados- solté una carcajada mientras entrábamos al coche. Me dolía todo el cuerpo al moverme.

El patrulla de Volkov hiba por delante y Greco conducía su Z.
No pude evitar ver la radio de greco, apollada en el coche. Tan solota... ta facil de cogerla...
Gr: ¿que planeas Rubito?- miré a greco sin entender.
Gr: cada vez que pones esa mirada junto a esa sonrisa quiere decir que vas a hacer algo malvado- ambos reímos.

G: nada, solo pensaba que tu radio la podía agarrar cualquiera y...- velozmente agarré su radio y por el canal de toda la Malla solté un gemido.
Todo el coche quedó en silencio hasta que varías risas de nuestros conpañeros se empezaron a escuchar.
C: ¿¡quien cojones a sido supelmaliconetis!?- gritó enfadado conway. Le hacerqué la radio a Greco y este soltó un agudo "ya mete kudasai".

Ambos junto al CNP empezamos a reir mientras escuchabamos a Jack cagarse en todo lo cagable.
V: Nyaaaa!- pude reconocer la voz de Volkov. Ensegida mucha gente se empezó a reir otros a quejarse y otros a imitarnos.
Despues de muchos insultos por parte del Super la radio quedo en silencio.

Justo cuando llegamos a comisaría bajamos del coche y yo me puse a atender denucias o rellenar papeleo.

Sr: Oye Gus ¿puedes ir a por unos informes al despacho de arriba?- me pidió amablemente Sergey.
G: si claro, ¿al despacho grande común?- le sonreí.
Sr: si si, el de al lado del Superintendente- velozmente subí al piso de arriba y cruzé el pasillo has pasar por delande de la puerta del super.
No pude evitar escuchar ya que la puerta estaba entornada.

H: Pues lo que le digo Papu, ayer a la noche intenté ayudar a Gus, estaba en el Galaxi con los mecanicos- era la voz de Horacio y hablaba de mi...
C: ¿que narices hace el con los mecanicos?- el aroma de Conway se volvió agrio.
H: No se pero cuando llegué pasó algo feo. Brawn, nuevamente molestaba a gus hasta el punto de volverse a pegar- no pude evitar ponerme serio.

C: un momento ¿como sabías que Gustabo estaba en el Galaxi?- quiso saber Jack.
H: hace mucho tiempo le instalé un rastreador en el movil. Si pasaba algo o se enfadaba mínimo podia localizarlo, no se lo dije nunca- me quedé en blanco.
Tantos años de hermandad y no ha tenido la confianza suficiente para dejarme ir solo cuando me enfadaba o me daban ataques...

La ira empezó a hervir en mi sangre y saqué mi movil del bolsillo.
Con rabia y mucha fuerza lo lanzé contra el suelo. Un fuerte estruendo se escuchó.
Escuche los pasos de Jack y Horacio así que cruzé la puerta abierta de la oficina común y me dejé caer en la paret.
Llevé mi mano a la cabeza y apollé el codo en una pierna.
Una lágrima de frustración se deslizó por mi mejilla.

A los segundos escuché a Horacio.
H: es el movil de Gus... ¡mierda! ¡Gustabo donde estas!- la voz alterada de Horacio se hizo mas suave cuando se alejó corriendo junto a Conway.
Suspiré y dejé que las lágrimas corrieran tranquilamente.
V: huele a lágrimas a kilómetros- el característico accento ruso de volkov resonó en mis oídos.

G: Rusky, no me jodas y vete a comerle el culo a tu jefe- mi voz sonó áspera y ronca.
V: bueno, ahora está muy ocupado buscándote por toda comisaría, así que cuéntame, que ha pasado?- se sentó a mi lado apoyado en la paret y ambos miramos a la gran ventana de enfrente.
G: Horacio no confía suficiente en mí y hace años me puso un rastreador en el movil- suspire.
G: ¡me ha mentido!- grité enfurecido.

Volkov me miró.
V: ¿Y tu nunca has mentido a tu hermano?- me cuestionó.
G: ¡si! Pe-pero fué para- me interrupió.
V: para protejerlo ¿y no piensas que el hizo lo mismo para protejerte a tí?- agaché la cabeza, volkov tenía razon...
V: aveces los humanos hacemos cosas feas para protejer a los seres que amamos...- sus azules ojos se apagaron, cómos si recordase algo doloroso.

G: pero la mentira tiene las patas cortas... cuando la verdad sale a la luz duele- noté mi corazón encogerse.
V: la verdad siempre duele Gustabo, pero ¿que mas dá una mentirijilla piadosa si puede mantener tu tranquilidad y seguridad?- asentí. Volkov tiene razón. Al final y al cabo todos mentimos para protejer de una forma u otra a nuestros seres queridos. Ahunque eso sea lo incorrecto no se hace con mala intención.

El comisario se levantó y me ayudó a levantarme a mí. Me pasé las mangas por las mejillas humedas y le sonreí. Hacía tiempo que alguien me escuchaba y me aconsejaba. Volkov el el fondo es muy buena persona.

V: yo me voy a hacer papeleo. Te aconsejaría que vallas a verlos. Desde ayer están de un humor de perros y muy preocupados por tí- asentí y bajé corriendo las escaleras.
Seguí el aroma a pino y café y me llevó a los vestuarios.

Atravesé la puerta y ambos se me quedaron viendo sorprendidos. Cuando Horacio reaccionó vinó corriendo, casi tropezandose hasta mí y me abrazó muy fuerte levantandome del suelo. Yo le correspondí.
H: ¡lo siento, lo siento lo sie!- le interrumpí.
G: no, olvídalo ¿vale? No pasa nada. Olvidemos todo esto- le sonreí y mi hermano me soltó cuando toqué suelo corrí hasta Jack y salté a sus brazos. El me agarró y yo cruzé las piernas alrededor de su torso.

Hechaba de menos su aroma, su calor, su tacto. Lo hechaba de menos yo y mi lobo.
C: muñeca, no vuelvas a asustarme así- escondió su cara en el hueco de mi cuello, su voz sonó rota haciendo que se me rompiera el corazón.
Pude notar algo que nos unía. Era ese vínculo que había hablado Jack. Dejé ir un poco mi aroma dulce de omega para calmarlo y darle esa seguridad de que no me voy a alejar de el. Pareció calmarse un poco.

Cuando me miró a los ojos yo le sonreí y uní nuestas narices en un beso esquimal.
H: Gus, ¿te apetece ir por la tarde a la feria?- ahún parecía nervioso.
G: la última vez que fuí ocurrió un atentado ¿mejor si vamos a la montaña y hacemos un picnic?- le sonreí. Conway ahún no me soltaba y no parece que lo valla a hacer pronto.
H: perfecto. Este finde podemos ir con Viktor y el viejo- se rió.
C: vuelve a llamarme viejo y te entierro 5 metros bajo tierra en un ataúd- lo amenazó.
G: Papu, no me dejes mas huérfano de lo que ya estoy!- bromee riendome.

Pues faltaría esperar hasta el fin de semana para ese ansioso picnic.

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