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Estaba en la sede de la mafia.
Mientras que todos iban con sus respectivos uniformes y máscaras yo iba con la ropa normal ya que no me había dado tiempo a cambiarme.

Mientras que todos iban con sus respectivos uniformes y máscaras yo iba con la ropa normal ya que no me había dado tiempo a cambiarme

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Entré a la habitación donde tenían esposado al secuestrador.
Ahora que lo veía debajo la luz me fijé bien en el. Tenía el pelo rizado y de un negro muy oscuro, vestía de rojo y sus ojos eran azules grisáceos.

El estaba esposado a una silla y tenía algunos moratones de posibles golpes por parte de mis compañeros.
G: no me interesa lo mas mínimo quien eres, solo quiero saber a que mafia perteneces y porque me quieren- fui al grano.

El clavó la mirada en mí.
¿?: no voy a hablar- sonrió de forma victoriosa.
Me acerqué a el lentamente y me acuclillé delante suyo para susurrarle.
G: mira escoria repugnante, vas a hablar ahora o si no, yo mismo me encargaré de que lo único que quede de ti sea tu cabeza. Estamos en medio de la nada, nadie en años a encontrado este lugar así que si no hablas despídete de volver a ver a tus amigos-

Para ser sincero mi voz había sonado mas tenebrosa de lo que esperaba.
El chico trago saliva.
¿?: pertenezco a la Mafia De Los Rojos, no sé mucho, pero han venido a los Santos a por ti y no se irán hasta conseguirte- finalizó la frase.

Yo estaba serio, me levanté y me dí la vuelta dirección a la puerta.
¿?: ¿vais a liberarme?- noté esperanza en su voz.
G: si... te liberaremos... de tu prisión corpórea, Emilio mátalo- salí de la sala y de fondo escuché los gritos de suplicio para finalizarse con el sonido de un disparo.

Caminé hasta el baño y me refresque la cara con agua. Mis abuelos... ellos habían venido a por mí... no habían tenido suficiente con tenerme 6 años de esclavo en la Mafia, no, tenían que volver a por mí para silenciarme...

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando Yun abrió la puerta y entró.
Y: está todo bien?- yo suspiré.
G: si, solo nesesitava refrescarme. Llevo días encontrándome raro. Los rojos vienen a por mí, quieren matarme. Mis abuelos quieren matarme...-
Y: no vamos a dejal que te toquen un pelo- sonrió mientras salía del baño, yo lo seguí.

Nos reunimos todos y comentamos que haríamos.
Si querían mi cabeza tendrían que pelear por ella y para eso habría una guerra entre bandos.

 Si querían mi cabeza tendrían que pelear por ella y para eso habría una guerra entre bandos

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Mi pequeño AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora