36) Caricias de cristal

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Estábamos en el coche de vuelta a casa. Mejor dicho al departamento de Conway.
Yo ya me encontraba mucho mejor pero no paraba de darle vueltas a la cabeza con el tema del incendio.

¿Como narices se crearon llamas tan grandes? Creo que Jack también pensaba lo mismo que yo, alguien las habría provocado. Sabía quien podía ayudarme a investigar pero ya sería otro día ya que lo único que quería ahora era llegar a casa.

Cuando llegamos al edificio subimos al ascensor y Conway volvió a taparme los ojos con su mano y la otra acarició mi cintura mientras dejaba besitos en mi cuello. Valía la pena venir aquí si siempre hacía eso.

Entramos a su gigantesco departamento y Ivadog corrió a saludarme.
Lo acaricié un poco y me fui a duchar. Quería sacarme todo el polvo y ceniza del cuerpo.
Jack me siguió pero se quedó en la habitación poniéndose el pijama.

Cuando salí de la ducha me puse un pijama limpio

Salí del baño encontrándome con la habitación vacía

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Salí del baño encontrándome con la habitación vacía.
Supuse que estaba abajo por el sonido de la tele.
Cuando bajé lo vi sentado en el sofá y yo me senté en su regazo mirando la tele.
Jack empezó a acariciar mi cintura.

Vi que estaba viendo una serie policíaca así que saqué mi móvil para jugar Brawl Stars.

(...)

Ya llevaba bastante rato jugando y ahora había ganado la partida.
G: ¡Vamosssss a chuparla puerco!- hice un bailecito de la victoria.
Jack apretó su agarre en mi cadera junto a un suave gruñido para que dejase de moverme.

No entendí el porqué de su reacción hasta que me quedé quieto y noté un duro y gran bulto justo debajo de mi culo.

Me di la vuelta quedando cara a cara.
Le agarre de las mejillas y uní nuestros labios en un apasionado beso.
Jack lo intensificó apretujando mi trasero.
Y así empezamos a besarnos y acariciando.
Sabía que el quería más, que quería llegar mas lejos pero Jack no haría nada sin yo consentirlo.

Sabía que si yo no quería hacer nada solo tendría que decírselo y pararía sin quejarse.
¿Realmente estaba listo para esto? Nunca lo había hecho y mi "primera" vez fue en el hospital y obligado.
Técnicamente era mas virgen que el aceite de oliva...

Creo que Jack notó mis dudas y paró un momento de besarme para verme a los ojos.
J: muñeca si no te sientes listo hacerlo lo entenderé perfectamente- juntó nuestras frentes.
G: si... si que quiero hacerlo contigo... pero me da miedo, vayamos despacio porfavor- le susurré y bastó con un suave y delicado beso en los labios para sentir que tanto mi lobo como el de Jack se habían calmado.

Conway me llevó en brazos hasta la habitación y me dejó con cuidado sobre la cama. El se puso encima mío sin aplastarme y empezó a darme besos.
Abrí los ojos y lo miré fijamente, esos hermosos ojos brillantes del lobo de Jack...

Esta vez no me sentía incómodo al verlo, al revés, sentía que si Jack lo había dejado salir en un momento como este era porque sabía que el tendría la mayor sutileza posible conmigo.
Empezó a dejar besos por mi cuello y fue bajando para meter sus calidas manos por dentro de mi sudadera para así poderla quitar.

Cuando lo hizo lanzó la prenda lejos, no se donde, estaba hipnotizado con esos ojos que me miraban como si fuese la cosa mas valiosa del mundo.
El también se quitó la camiseta y empezó a besarme el abdomen.

~ Narradora omnipresente~

Así Jack y su lobo fueron quitando todos los miedos de nuestro rubio.
Cada tacto al contrario lo hacian con sutileza y mucho amor, como si se fuera a romper en cualquier momento.

Poco a poco lo que quedaba de ropa desapareció y ahora Jack, el cual ya había dejado a su lobo a un lado para tomar el control, se introdujo con cuidado dentro del omega.
G: e-es muy grande, me vas a partir en dos- bromeó Gustabo ahunque por dentro moría de nervios.
Jack no pudo evitar soltar una pequeña risa y le dijo al oído que se relajara.

Jack unió los labios de ambos mientras subía y bajaba suavemente.
Hubo un momento en que Gustabo se logró relajar al ver que no dolía, que era placentero si lo hacías con la persona correcta.
Así ambos se sumergieron en una burbuja de amor y el único sonido que se escuchaban eran los sonoros gemidos de Gustabo los cuales eran música para Jack y los gruñidos de el pelinegro los cuales volvían loco a Gus.

La noche sería larga y perfecta para nuestros dos enamorados.
Esto solo sería la calma antes de la tormenta... La cuál no tardaría en venir.
Gus tendrá que decidir una vez por todas en que bando quedarse y afrontar de golpe todos sus miedos y traumas porqué y si luego es nunca?

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