El BOSQUE OSCURO

Capitulo 7

Daniel se despidió de Sarah con un abrazo cálido.

Mientras caminaba hacia la parada de autobús, su mente se sumergió en un mar de pensamientos. Se perdía en sus propios diálogos internos, formando conversaciones imaginarias que solo él podía escuchar. Mientras esperaba en la solitaria parada de autobús. La helada se intensificaba, y podía sentir cómo el frío penetraba en su cuerpo. Observó cómo el pasto se congelaba lentamente, formando pequeños cristales de hielo que brillaban bajo la tenue luz de la farola cercana. Comenzó a crear y formar canciones en su mente con esta situación. Algo que le gustaba hacer desde pequeño con todo lo que pasaba en su vida, ya sería un famoso si hubiera materializado todo lo que se imaginaba.

Mientras las notas de su canción mental resonaban en su cabeza, se percató de un extraño movimiento en la oscuridad. Una sombra alargada se deslizaba por el suelo con una fluidez inquietante. "otra vez". dijo con una mezcla de temor y enojo. "ya les dije que me dejen en paz". Se detuvo en seco, su voz resonando en el frío aire. La sombra se detuvo por un instante, como si hubiera escuchado sus palabras. Pero en lugar de desaparecer, la figura se acercó lentamente hacia él. El corazón de Daniel palpitaba desbocado en su pecho, mientras su mente intentaba comprender lo que estaba presenciando. Aquella sombra no era una mera ilusión, sino algo tangible y amenazante. Sus instintos le gritaban que huyera, pero una parte de él estaba decidida a enfrentar aquello que lo acosaba una y otra vez. Con determinación, se preparó para lo desconocido, dispuesto a descubrir la verdad detrás de la sombra que lo perseguía.

Sintiendo una mezcla de valentía y desesperación, agarró algunas piedras del suelo y las lanzó hacia la sombra con todas sus fuerzas. Las rocas cortaron el aire y golpearon el suelo con un estruendo, pero la sombra apenas pareció inmutarse. Siguió acercándose, moviéndose con una agilidad sobrenatural. Se dio cuenta de que su intento de ahuyentarla con piedras era en vano. La sombra era algo más allá de lo que podía comprender y no iba a retroceder tan fácilmente. Decidido a protegerse, buscó una salida, un lugar seguro donde refugiarse y buscar respuestas. Lleno de adrenalina y temor, comenzó a correr tan rápido como pudo. Sus pies golpeaban el pavimento con fuerza mientras se alejaba de la sombra que lo perseguía. Sentía el latido acelerado de su corazón resonando en sus oídos, impulsándolo a seguir adelante. Buscaba desesperadamente un refugio, un lugar donde pudiera resguardarse y encontrar ayuda. Sus pensamientos se mezclaban con el sonido de su respiración entrecortada mientras se esforzaba por mantener el ritmo y escapar de la amenaza que lo acechaba en la oscuridad de la noche.

El sonido de golpes resonaba en sus oídos, a medida que su corazón palpitaba con fuerza en su pecho. "Toc, toc, toc" parecía repetirse una y otra vez, envolviéndolo en una sensación de inquietud. Buscaba desesperadamente identificar el origen de esos golpes, pero no había nadie a su alrededor, solo la oscuridad y el silencio de la noche.

Decidió detenerse por un momento, tratando de controlar su agitada respiración. Miró a su alrededor, tratando de encontrar alguna pista sobre la fuente de aquellos misteriosos golpes. Fue entonces cuando notó una figura sombría parada al final de la calle, apenas iluminada por la luz de un farol solitario.

El corazón se aceleró aún más al darse cuenta de que esa figura era la misma sombra que lo había perseguido. La figura se movía lentamente hacia él, emitiendo un aura de inquietante presencia. Los golpes resonaban más fuerte ahora, como si provinieran de dentro de su propia mente. "¿Así que te gusta hacer canciones?" Le susurró al oído.

El susurro gélido y amenazante resonó en sus oídos, enviando escalofríos por todo su cuerpo. Su mente se llenó de temor y confusión mientras la figura sombría se acercaba cada vez más. El miedo paralizante amenazaba con apoderarse de él, pero un destello de valentía lo impulsó a responder.