Capitulo 12

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—Así son mis días, doctor... He estado reflexionando y creo que será mejor retirarme o tomarme un tiempo de la fuerza una vez que termine el caso del profesor Sergio... alejarme un poco de todo: de los problemas, de las armas, de los casos... y también de Esteban —comentaba Martin, mientras se recostaba en el diván del doctor Espíndola.

—Comprendo, Martin. Es normal sentir la necesidad de un descanso después de un caso tan intenso. ¿Y qué te hace pensar en alejarte de Esteban? ¿Hay algún conflicto entre ustedes? —preguntó el doctor Espíndola.

—No, no es eso —respondió Martin—. Esteban es mi amigo y compañero, pero últimamente siento que nuestras vidas están tomando caminos diferentes. Él está más enfocado en el trabajo y parece no tener problemas para lidiar con toda esta presión. Mientras tanto, yo me siento abrumado y necesito un respiro. —El episodio de aquella fatídica noche de noviembre de 1994 seguía siendo un secreto oculto en lo más profundo de la memoria de Martin. No se animaba a comentarlo con el doctor Espíndola o con nadie más. Aquel accidente, en el que él y Esteban atropellaron a un motociclista mientras estaban en un estado de ebriedad, marcó un antes y un después en sus vidas.

—Entiendo. Cada persona maneja el estrés de manera diferente. Es importante que cuides de ti mismo y escuches lo que tu mente y tu cuerpo te están diciendo —dijo el doctor—. Pero también te recomendaría que hables con Esteban. La comunicación es clave en una amistad y en una relación laboral. Tal vez él pueda comprender tus razones y apoyarte en esta decisión.

—Tienes razón, doctor. Quizás debería hablar con él y explicarle cómo me siento —dijo Martin, reflexionando sobre la sugerencia del psicólogo.

—Exacto. Además, hablando con él podrán encontrar soluciones juntos. Tal vez puedan compartir la carga del trabajo de alguna manera o encontrar formas de manejar el estrés de una manera más saludable —sugirió el doctor Espíndola.

Martin asintió, agradecido por el consejo del doctor. Se dio cuenta de que era importante abrirse con Esteban y compartir sus sentimientos. Aunque le preocupaba cómo reaccionaría su amigo, sabía que era necesario para preservar su salud mental y bienestar.

La sesión terminó, un momento esperado por Martin, ya que sentía que las sesiones de terapia no le estaban ayudando realmente. Desde los 9 años, había asistido a terapia después de haber sido víctima del bullying más despiadado que un niño de primaria pueda sufrir por parte de sus compañeros.

A pesar de todos los años de terapia, aún llevaba consigo las secuelas emocionales de aquel tormento infantil. Las palabras hirientes y las burlas seguían resonando en su mente, afectando su autoestima y su confianza. No importaba cuánto intentara superarlo, aquellos recuerdos dolorosos parecían atormentarlo constantemente.

La terapia había sido un intento de sanar las heridas del pasado y superar los traumas que lo acosaban, pero se preguntaba si alguna vez lograría dejar atrás completamente aquellos oscuros episodios de su vida. A veces, se sentía frustrado por no poder liberarse del peso emocional que llevaba sobre sus hombros.

Seguía adelante, tratando de encontrar la fuerza para enfrentar cada día con valentía. Ser detective le había brindado una forma de canalizar su dolor y rabia en la búsqueda de justicia para los demás. Aunque aún lidiaba con sus propios demonios internos, encontraba consuelo en la posibilidad de ayudar a otros y proteger a las personas que, al igual que él, habían sido víctimas de injusticias.

Quizás por esa razón, un día mientras era acosado por unos bravucones, tomó una decisión que marcaría su destino: sería policía para poder defender a aquellos que sufrían injusticias. Anhelaba ser, de alguna forma, un superhéroe en la vida real, capaz de enfrentar el mal y proteger a los vulnerables. Sin embargo, a medida que avanzaba en su carrera, la realidad de su pasado seguía acechándolo. A pesar de haber asistido a terapia desde una edad temprana, los traumas del bullying y las heridas emocionales seguían presentes en su vida. Luchaba constantemente con la sensación de no ser lo suficientemente fuerte para superarlos y a veces se sentía desbordado por la incapacidad de lidiar con su propio pasado. La carga emocional seguía siendo abrumadora, y la búsqueda de justicia y protección se mezclaba con la necesidad de encontrar paz interior y sanar sus propias heridas. En su camino hacia convertirse en un defensor de la justicia, también se daba cuenta de que necesitaba encontrar una forma de defenderse a sí mismo y enfrentar las emociones que aún lo atormentaban.

El BOSQUE OSCURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora