Capitulo 13

4 1 0
                                    

Las noticiosas historias de Ciudad Libertad habían llegado hasta un pequeño bar ubicado en la zona céntrica de un pueblo vecino al sur.

Rodolfo García, un hombre apasionado por los misterios y lo sobrenatural, se encontraba en el pequeño bar leyendo el diario con gran interés. Pero su entusiasmo no se debía solo a su fascinación por los sucesos extraños del mundo, sino también a un motivo mucho más personal y doloroso: hace unos años, su sobrino había desaparecido en circunstancias misteriosas.

Mientras leía el artículo sobre el caso del profesor Sergio y la desaparición de su hija Lucía en Ciudad Libertad, no pudo evitar notar las sorprendentes similitudes con la historia de su sobrino. La desaparición inexplicable, los sucesos extraños que rodeaban ambos casos, todo parecía encajar de manera inquietante.

Un escalofrío recorrió su espalda al recordar la angustia y desesperación que había sentido cuando su sobrino desapareció sin dejar rastro. A pesar de los esfuerzos de la policía y de su incansable búsqueda, nunca se encontraron respuestas. El caso quedó sin resolver, y la incertidumbre lo atormentaba cada día, especialmente porque él se sentía culpable. El chico era su compañero de aventuras, aquel que lo acompañaba a cada caso y misión a la que eran convocados.

Durante años, habían sido como una dupla de superhéroes, enfrentando juntos los misterios más desafiantes. Pero en ese fatídico día, su sobrino simplemente desapareció sin dejar rastro, y Rodolfo no pudo evitar sentirse responsable. ¿Podría haber hecho algo diferente? ¿Habría pasado algo en aquella última misión que él no notó? Las preguntas sin respuestas lo consumían día y noche.

Se levantó de la mesa del bar, dejando el dinero bajo la taza de café sin terminar, y salió rápidamente hacia su departamento en el centro. Subió agitado a su auto y arrancó. Se lo notaba muy entusiasmado, una mezcla de esperanza, mínima, y tristeza...

Era un hombre de una edad mayor, tenía unos 70 años. Le costaba un poco caminar debido a su complexión física, pero subió las escaleras del edificio para llegar al departamento 13A del quinto piso. Una vez dentro, se sirvió un vaso de whisky y se sentó en el sillón de su oficina. La habitación estaba llena de recortes de periódicos, fotografías y documentos relacionados con la desaparición de su sobrino.

Con manos temblorosas, comenzó a repasar los artículos periodísticos que había recopilado a lo largo de los años. Cada palabra, cada fotografía, le recordaba la angustia y la incertidumbre que había sentido desde aquel fatídico día. Había dedicado gran parte de su vida a buscar respuestas, pero hasta el momento, no había encontrado ninguna pista significativa.

El caso de su sobrino había sido archivado por la policía como una desaparición sin resolver, y eso lo atormentaba día y noche. Sentía que no podía descansar hasta encontrar la verdad y descubrir qué le había sucedido a su amado sobrino.

En medio de su investigación personal, había encontrado referencias sobre la desaparición del profesor Sergio y su hija Lucía en Ciudad Libertad. Las similitudes con el caso de su sobrino lo intrigaron, y eso lo llevó a buscar información sobre el trabajo de los detectives Martín y Esteban.

Sabía que no podía enfrentar esta búsqueda en solitario. Necesitaba ayuda y colaboración para resolver estos misteriosos casos. Por eso, había decidido reunirse con los detectives y compartir su investigación con ellos. Tenía la esperanza de que juntos pudieran encontrar pistas que habían pasado desapercibidas y finalmente descubrir la verdad. Con el vaso de whisky entre sus manos, reflexionó sobre el camino que había recorrido y sobre el desafío que estaba por enfrentar. Sabía que el camino no sería fácil, pero estaba decidido a seguir adelante y luchar por justicia, no sólo para su sobrino, sino también para aquellos que habían desaparecido en Ciudad Libertad.

El BOSQUE OSCURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora