-Quizás no sea demasido tarde- me dije a mí misma, cerré mis puertas y me abracé a los míos....
-Aún no es demasiado tarde- me dije, y aunque el pesimismo colmaba mis silencios de esperanza llenaba mis gritos. Quizás no sea demasido tarde, o por lo menos lo repetí tanto, que empezaba a creérmelo.