-¿Qué pasa? -Me pregunta.
Le enseño el móvil a lo que reacciona muy sorprendida.
-¿Candy? ¿Cuándo fue eso? En esta ya no llevabas ni el disfraz.
-Y yo que sé -respondo tapándome la cara con las manos.
-Tampoco es tan malo, ¿no..?
-¡Si lo es! Nunca debí hacerlo estando borracha. Ni serena tampoco.
-Cálmate, seguro que nadie se acuerda de nada, y menos él.
-Una imagen vale más que mil palabras.
-Entonces ve ha hablar con él.
-¿Y qué le digo?
-Lo que quieras, pero aclarad las cosas.
Me levanto con poca energía y voy a vestirme con lo primero que pillo.
-¿Quieres un ibuprofeno?
-Si, por favor.
Aya abre el cajón de una de las mesillas de noche y saca las pastillas. Me lanza el paquete al aire, el cual no logro agarrar.
Ya vestida con unos leggins de deporte y una sudadera blanca, salgo de casa.
Me dirijo a la mansión Lautt que es donde vive él, junto a su madre, su padrastro y su hermanastro Owen.
Al llegar aparco el coche y llamó al timbre. Me responde una sirvienta suya.
-Buenas tardes, ¿en que puedo ayudarla señorita?
-¿Puede decirle a Gael que salga por favor?
-¿De parte de quien?
-Dígale que de una amiga.
-Perfecto.
Minutos después veo a través de los barrotes, abrirse la enorme puerta principal.
Gael sale con muy buen aspecto, no se como lo hace para estar siempre así.
-¿Candy? -Dice al abrir la puerta en la cual me encontraba yo.-Me alegro de verte.
-¿Qué coño es esto? -Le pregunto enseñándole mi móvil.
Él lo agarra y mira las fotos.
-Me acuerdo de esto -responde con una sonrisa.
-A mi no me hace ni puta gracia -le digo recuperando mi móvil.
-Ayer estabas mucho más animada -bromea.
-Va en serio, ¿Por qué me besaste? ¡Y dos veces!
-Eh calma fiera, fuiste tú la que te pegaste a mi.
-¿Yo? Yo no haría eso ni loca.
-Candy lo hiciste, te acercaste y empezaste a tontear conmigo, yo acabé lo que tu empezaste. ¿Por qué iba a mentirte?
-No pero... -Digo dudando-. Espera, ¿Pasó algo más que esos besos?
-¿No te acuerdas de nada?
-Dime por favor que no...
-No hicimos nada Candy, no me aprovecharía de ti y de tu borrachera -me dice agarrándome la cintura.
-Suéltame. Júrame que fui yo la que empezó.
-Te lo juro.
Me tapo la cara por segunda vez en el día. No puedo creer que fui yo la que monté eso.
-Oye que da igual, fue una fiesta ambos estábamos bajo los efectos del alcohol.
-¡Pero no ves esto! A saber quien tiene estas fotos y que hace con ellas. Tu y yo no somos nada para que estas fotos vayan volando por las redes.
-¿Acaso tengo yo la culpa?
-Tienes la misma culpa que yo.
-Si empiezan a circular ya nos preocuparemos pero no hace falta hacerlo ahora.
-Prefiero olvidar esto, me voy a casa.
-Candy -me llama agarrándome del brazo cuando quería irme.
-¿Qué?
-¿De verdad no te acuerdas de nada de ayer?
-No... ¿Por?
-Por nada, da igual.
Asiento con la cabeza y me voy.
¿De que se supone que debo acordarme?
A saber.
¿Y si le dije algo?
Pregúntale.
-Ga -me giro pero ya no está.
Ya se lo preguntare, tal vez.
No se si podré fingir que no pasó nada pero lo intentaré. Por el bien de todos.
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¿Qué será lo que paso?
A lo mejor estaré un poco más inactiva estos días, pero haré lo que pueda.
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El reino de Lindzon
FantasyCandy es una adolescente que nació bruja. Ella vive en AmberFall un ciudad normal. ¿O quizás no? Al largo de sus estudios universitarios se dará cuenta de que no es la única persona no humana en su ciudad. Descubrirá que mucha gente no es lo que apa...