-Toma Zenko, tu carne. Dentro de un rato va a llegar un amigo, no te pongas agresivo a menos que te lo diga yo -le explico a mi lobo.
Guardo el resto de carne cruda en la nevera antes de ir a cerrar la puerta de la Koucla.
La Koucla es como una mini casa dentro de mi mansión. Allí es la zona dónde hay todo lo que tenga relación con la brujería y no pueda salir a la luz. Como los libros de hechizos, condimentos necesarios, objetos personales y varias cosas escondidas.
Allí dentro hay varias salas. Una para hacer los hechizos o rituales. Otra para guardar los condimentos para lo anterior. Otra es una biblioteca y la última es para guardar objetos brujos. Aparte de esas también hay como un desván.
Los objetos que pueden estar a la luz pues están a la luz, fácil. Por ejemplo, mis minerales.
Así que lo cierro para prevenir desgracias.
Me siento en el sofá a esperar pero de nada sirve, solo de sentarme llaman al timbre.
Siempre tan oportuno.
Me levanto a abrir y mi lobo me sigue en todo momento.
-Hola -saludo al abrir.
-Hola, ¿qué t..? ¡Joder! -Exclama al ver a Zenko a mi lado.
Lo miro aguantando soltar una carcajada ante su susto.
-No me acordaba de que tienes... Eso.
- "Eso" es mi lobo. Mi otra mitad. Así que vuelve a mirarlo así y le digo que se coma tu pierna -amenazo, señalándolo con mi dedo índice.
Levantó las manos en son de paz y se agacho.
-Hola bonito, ¿cómo estás? -Le pregunta.
Zenko como respuesta le gruñe pero para cuando lo acaricio.
-No le caigo muy bien.
-Qué raro...
-En el fondo te encanto -me guiña un ojo y entra en mi casa con toda confianza.
¿Aguantarás toda la tarde con él?
No.
Cierro la puerta y lo sigo.
-Bueno, deberíamos ponernos manos a la obra -propongo.
-¿No le vas a dar nada a tu invitado? Que mala anfitriona...
-Serás... Si quieres algo, allí está la cocina.
-Nah, no quiero nada, ya te tengo a ti.
-Siempre tan coqueto...
-Contigo siempre.
No, no aguantarás.
Siento que me sonrojo por lo cual me giro hacia Zenko para no mirarlo a la cara.
Muy maduro de tu parte.
Déjame en paz.
Siento un movimiento a mi lado así que me giro a ver que hace. Al girarme no lo encuentro a mi lado por lo cual miro hacia la cocina.
-¿Que miras pillina?
-No miro nada gilipollas, solo controlo que no me rompas la cocina.
-No soy torpe como otras -ironiza.
-Ja, ja.
Lo veo rebuscar entre los armarios hasta que al fin encuentra su objetivo. El armario de los vasos.
Luego abre la nevera y se sirve Coca-Cola. Acto seguido vuelve a mi lado con su bebida.
-No he roto nada.
-Más te vale.
Está vez soy yo la que me levanto en dirección a la cocina a por unas palomitas.
-¿Me das? -Me pregunta al sentarme con el bol en las manos.
-No -respondo comiendo un par de ellas.
-El otro día pudiste decir que no, pero ahora estamos juntos así que con tu permiso...
Y sin decir más me roba un montón de palomitas. Todas las que le caben en la mano, y no es que tenga las manos pequeñas.
-¡Oye! Capullo.
-Yo también te quiero. Oye cambiando de tema, ¿puedo preguntarte algo?
-Depende.
-Tus ojos.
-¿Qué?
-¿Por qué son morados?
-Porque si. Nací así.
-Naciste preciosa, Candy.
Madre de dios... Él sí que nació hermoso.
Que te calles.
No respondo y sigo comiendo palomitas con su mirada clavada en mi perfil.
-Bueno que ¿empezamos?
-Lo que tú digas señorita.
Volvemos a ponernos con la presentación sobre la naturaleza. Debemos explicar todo con tanto detalle que ya cansa...
-¿Para las fotos reales podemos entrar a tu bosque? -Me pregunta.
-Si, pero si lo respetas.
-Es un bosque...
-Pues no entras -respondo.
-Esta bien, me comprometo a respetarlo.
-Genial, pues ya iremos algún día.
Rato después decidimos tomar un descanso.
-¿Dónde está tu pequeña mascota?
-No lo sé. ¿Por?
-Tengo que ir al baño.
-¿Y te da miedo que te muerda? -Bromeo.
-Como me va a dar miedo un lobo. ¿A mi? Ja.
-Entonces ve al baño.
Se levanta en dirección al baño que le indique horas atrás donde estaba. Poco después sale del baño y Zenko está justo delante de la puerta.
Tal y como le has dicho.
Eso no hay que mencionarlo...
-¡Joder! Que susto tío.
Intenta salir pero mi mascota le gruñe.
-Candy por favor controla a tu fiera.
-Si eres tan valiente, no tengo porqué hacer nada -le digo con la cabeza apoyada en el respaldo del sofá.
Vuelve a intentar salir pero mi lobo repite el movimiento anterior.
-Zenko ven -le ordeno y como buen lobo obediente que es, lo hace-. Me alegra saber que tengo control en ti, Gael.
Me siento como estaba antes y le doy un trozo de carne que tenía escondida, por haber hecho lo que le dije.
Mi compañero se acerca y se sienta muy cerca mío. Giro para mirarlo y me encuentro su cara a pocos centímetros.
Me coloca el pelo detrás de la oreja lentamente.
-¿Estás segura que eres tú la que tiene el control aquí? -Me susurra.
No le respondo, solo lo miro.
No tenemos la capacidad para responderle.
Me roza la nuca con la mano la cual coloco mi pelo en su sitio. Ese movimiento me eriza la piel. Baja la mirada a mis labios y al volverla a subir se separa de mi.
Piensa en la biblia, chica.
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Que inocente es nuestra Candy... Pensando que tiene ella el control cuando esta con un chico como Gael
jajajajaja
Estos días subiré cap intercaladamente :)
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El reino de Lindzon
FantasyCandy es una adolescente que nació bruja. Ella vive en AmberFall un ciudad normal. ¿O quizás no? Al largo de sus estudios universitarios se dará cuenta de que no es la única persona no humana en su ciudad. Descubrirá que mucha gente no es lo que apa...