Navidad 1/2

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Hoy es veinticuatro de diciembre, navidad. Me despierto más temprano que de costumbre.

Lo primero que hago es mandar un mensaje a Aya.


Galletitaaa ❤️‍🩹

¡Feliz navidad Galletitaaa!

Es temprano pero buenoo, feliz navidad igualmente

Feliz navidad Pequeño saltamontesssss

jajajajajj


Guardo mi móvil mientras salgo de la habitación Saludo a mi lobo a base de caricias y luego bajo al salón.

-Buenos días -digo al acabar de bajar el último escalón.

-Mírala, buenos días dormilona.

Paso por su lado y le robo un trozo de plátano de los que ha cortado. Acto seguido de ese movimiento me siento en la encimera, al lado de donde está preparando tortitas.

-Ladrona.

-¿Me preparaste palomitas? -Le pregunto alegre.

-Claro, como siempre. Parezco tu sirviente -me dice agarrando mi desayuno del microondas.

-Gracias, querido sirviente.

Me cruzo de piernas allí subida y empiezo a comer. Observo todos los movimientos que hace mientras prepara su comida. Gira las tortitas con mucha facilidad y le quedan perfectas.

En ese momento se da cuenta de que estoy mirando muy atentamente cómo cocina. Sonríe mientras niega con la cabeza y yo me meto en mis asuntos. Comer.

Hace tres tortitas más y luego las pone en la isla de la cocina para prepararse para comer. Agarra la Nutella del armario, también el plato con plátanos cortados. Luego me agarra a mi, cosa que me pilla desprevenida, y me sienta en el taburete que está a su lado.

-Gracias, supongo -digo confusa.

-De nada, supongo -responde en burla.

Mientras comemos ambos sostenemos la mirada fija en el ventanal. Ahora mismo está nevando con suavidad. Zenko interrumpe mi vista al exterior ya que sube una pata encima de mi.

Me giro con una sonrisa y lo acaricio.

-¿Qué quiere este príncipe? -Pregunto retóricamente.

Le doy dos palomitas y se baja felizmente. Se va al lado de Gael, en medio de los dos, y le sube la misma pata que segundos atrás tenía en mi pierna.

-¿Qué? -Dice secamente.

-Quiere comida -le aclaro, aunque es muy obvio.

-No voy a darle de mis tortitas a él.

Le lanzo una mirada asesina y acaricio a mi mascota.

-Es un amargado, ya te daré de comer.

Zenko baja la pata de la pierna de Gael y vuelve a mi lado.

-¿Me das un trozo?

-¿Vas a romper tu racha de desayunar puras palomitas?

-Puede.

Corta un trozo sin pensarlo dos veces y me lo tiende en el tenedor. Lo agarro con la mano y lo miro victoriosa.

-Gracias. -Me giro y se lo doy al lobo.

-¡Oye! Mentirosa.

-¿Mentirosa porque? -Pregunto ofendida.

-Le diste tortitas a ese chucho.

El reino de LindzonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora