La fiesta

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Al salir del baño ya vestida, maquillada y arreglada, no quedaba mucho para media noche. Bajo al salón, como siempre. Me encuentro a Gael preparando las uvas en la cocina.

-¿Vas a comer uvas o también comes palomitas en año nuevo?

-Muy gracioso -le respondo agarrando mi vaso con las uvas.

Me da la espalda para ir a agarrar dos copas delgadas y alargadas.

-¿Dónde guardas el champán?

-Ya voy yo.

Suelto de nuevo mi vaso y me dirijo al piso inferior para buscar el champán, que está en la última sala en una pared junto a vinos.

Subo con una botella, cierro la puerta de las escaleras y vuelvo a la cocina. Él lo sirve en silencio, me tiende mi copa y ambos agarramos nuestro vaso de uvas.

Nos sentamos en el famoso sofá de mi casa y esperamos que empiece la cuenta atrás.

-¡Ya empieza! -Exclamo cuando empiezan los cuartos.

Ambos nos preparamos para atiborrarnos a uvas.

Te ahogarás como siempre, y harás el ridículo.

Este año no lo haré.

Empiezan las campanadas así que empezamos a comer. Las primeras uvas las llevo bien, pero en la quinta ya parezco una ardilla. Eso sí, de momento aguanto. En la octava ya empiezo a toser un poco pero me aguanto. Agarro una más pero ya no puedo así que me rindo, me como las últimas tres uvas del tirón después de tragar parte de lo de antes.

-¡Feliz año nuevo! -Exclama mi compañero, levantándose del sofá con la copa en la mano.

Empiezo a toser y no puedo responder. Cuando al fin las trago levanto la vista y me encuentro a él mirándome fijamente con una sonrisa divertida.

-No hace gracia -advierto levantándome igual que él-. Feliz año nuevo.

Niega con la cabeza, sonriente, y me agarra la cintura. Entonces me besa lentamente y sin intensidad. Segundos después se separa de mí y me mira.

-Brindemos por un buen año, brujita -me dice tan tranquilo.

¿Por qué habla como si nada? Yo sigo fuera de mi...

Tu eres tu.

-Brindemos -respondo al fin.

Después del brindis y recoger las cosas salís de casa en dirección al pueblo. Él conduce por la carretera con cuidado ya que, claramente, sigue habiendo mucha nieve.

Llegamos en cinco minutos y ya veo a un montón de gente con la música alta. Desde lejos logro ver una gran hoguera en la fuente.

Como no hay agua desde hace años y la fuente es de piedra, aprovechan.

Que listos.

Algunos de ellos.

Nos encaminamos hacia el centro. Tengo frío por lo cual me abrazo a mi misma.

-¿Quieres mi chaqueta?

-No, gracias.

A lo lejos distingo al grupo de mi acompañante así que ya sé que me quedo sola hasta que encuentre a mi mejor amiga.

-¡Ey tío! -Exclama Luca al ver a Gael.

Se van acercando así que no avanzo mucho y me quedo parada abrazándome a mi misma.

-¡Pero mira a quién tenemos aquí! -Sigue Alder, bueno Iker.

-Llegó el rey de la fiesta -dice Gael alegremente.

El reino de LindzonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora