La niñera | Bill y Tom Kaulitz

11

El sonido de la alarma me despertó, apagué la alarma y me giré para ver a mis gemelos durmiendo tranquilamente.
Me levanté con cuidado, no quería levantarlos tan temprano, bajé y les preparé el desayuno, y, se los guardé en las mochilas de Tom y Bill. Una vez todo listo, volví a subir y los intenté despertar, pero, todo lo que me contaron anoche vino a mi mente, haciendo que mis ojos se cristalizaran. Alejé esos pensamientos de mi mente y sacudí suavemente a Tom para despertarlo.
Era la primera vez que levantaba a Tom...

— Déjame porfavor...— habló mientras se tapaba el rostro con sus brazos.

— Tom... Tom, soy ___... No te haré nada...— hablé en voz baja.

Al escucharme, se destapó el rostro e hizo un ademán de abalanzarse hacia mí, pero se echó atrás, mirándome avergonzado.
Agachó la cabeza y comenzó a jugar con sus manos, sin decir nada más.

Yo me abalancé y lo abracé, ya que no se atrevía, no se lo esperaba, por lo que se tensó rápidamente, pero segundos más tarde me devolvió el abrazo. Sentí como sus brazos me agarraban con fuerza.
Me separé de él y lo miré.

— Hoy es tu primer día de clases... Conmigo...— le dije.

— Contigo y con todos...— me dijo volviendo a agachar la cabeza.

— ¿Nunca has ido a una escuela?— le pregunté, sorprendida.

— No... Me decía que no tenía dinero para segundas personas...

No sabía que decir, por lo que cambié de tema...

— Bueno... No te preocupes por eso... Ve a vestirte, ¿Si? Voy a despertar a Bill...

Tom asintió y salió de la habitación para dirigirse al baño.

— Bill... — lo llamé mientras le sacudía el hombro suavemente.

— Bill, buenos días...— dije por última vez, abrió los ojos y cuando me vio, una sonrisa atravesó su rostro.

— Buenos días, mami.— me dijo para segundos después incorporarse y abrazarme.

— ¿Te levantaste cariñoso hoy?— le pregunté devolviéndole el abrazo. Bill asintió contra mí pelo.— Bueno... No me molesta si viene de tí... O de Tom.

Acto seguido, se separó de mí y se dirigió a la habitación en la cual se encontraba Tom.

— Buenos días.— escuché como hablaba Bill.

— Buenos días.— le respondió Tom.

Sonreí ante ese acto y bajé las escaleras para esperarlos abajo. Tom fue el primero en bajar, y Bill bajó segundos después.

— Bueno, ya os lo preparé todo y... Yo os llevaré y os recogeré...— hablé y pude notar el claro nerviosismo de Bill, era obvio, la última vez no salió nada bien. Miré a Tom y él parecía más tranquilo, pero aún así sabía perfectamente que también estaba nervioso. Su mirada me lo decía todo.— Venga, vamos al coche, se nos hace tarde...

Me dirigí al coche y ellos me siguieron sin mediar una palabra. Se montaron en la parte de atrás, se pusieron el cinturón y yo arranqué. Yo tenía que ir con ellos ya que necesitaba matricularlos para que tuvieran una plaza en el colegio.
Una vez allí, los dejé solos en el coche unos segundos, entré y los matriculé rápidamente, salí y volví a entrar, pero está vez acompañada de ellos.

Antes de irme, me arrodillé delante de ellos y les di un abrazo, los dos me lo devolvieron.
Bill me dió un beso en la mejilla de despedida.

— Luego vendré a por vosotros, ¿Vale?