Abordaje

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Ese día volví a casa llorando, echaba de menos la sensación de poder llorar a gusto y odiaba aún más el hecho de que solo hubiera podido conseguirlo al verle. Eso que dicen de que un galán puede dejarte años en terapia es totalmente cierto pues seguro que un psicólogo, de poder pagarlo, se haría rico conmigo. Eso de no poder expresar el llanto a su lado por poco que supiera del tema no debía de ser muy normal.

-¡Aurelia!-me llamó mi madre entrando en el cuarto.

-¿Sí?-respondí dándome la vuelta para limpiarme las lágrimas.

-Tengo que hablar contigo.

-¿Sobre qué?

De repente todas las cosas malas que había hecho en mi vida empezaron a llegar a mí en forma de flashback. Lo único que esperaba es que si me echaba la bronca al menos no se hubiera enterado de nada acerca de José. Si se entera que su niñita ya no es virgen me interna en un convento y lo digo totalmente en serio pues se ha pasado toda la adolescencia diciendome que es sexo no es para tanto así que mejor me abstenga. Como si hubiera venido de la cigüeña mira que los huevos.

-¿Qué es eso que me ha dicho tu orientadora de que quieres estudiar en Madrid?¿No habíamos quedado en que irías a la universidad más cercana que hubiera para no irte de casa?

-¿Cuándo he dicho eso?

-Eso es lo que creíamos tu padre y yo.

-Pues eso es porque nadie me escucha nunca-dije intentando mantener la serenidad-mamá no voy a estar aquí cuatro años más. Te dije que no hay literatura más cerca y en Madrid hay buenos conservatorios para hacer las dos cosas a la vez.

-¿Crees que estoy hecha de dinero?

-No, para eso están las becas y bueno pienso trabajar los fines de semana.

-No no no, ninguna hija mía va a trabajar antes de tiempo en un cutre supermercado o algo así para eso estamos nosotros.

-Entonces si no me dejas trabajar no puedes reclamarme el dinero.

-Cuidadito con ese tono-dijo sacando su dedo índice-las becas deberían ser tu aspiración para sacar algo de dinero.

-Y lo son, he obtenido la beca seis mil que es algo que solo se dan a las mejores notas o a las de menos recursos.

-Mientes, no eres tan buena en los estudios como para eso.

-Si me parezco a ti desde luego que no.

-No me hables así de mal.

-Mamá no te estoy hablando mal solo digo la verdad, deja de protegerme, tengo que hacerme mayor y trabajar si hace falta.

-No es digno.

-Mi super hermanito que es el listo de la familia trabaja de mecánico ensuciandose de grasa ¿y eso si es digno?

-Él sí sabe hacer bien esas cosas, tú solo vales para memorizar y soltar todo como un loro en los exámenes. Por algo estudias letras.

Tragué saliva intentando no darle importancia a lo que ha dicho, fingiendo que no me pasaré un largo rato escuchando esa frase insultante en mi cabeza antes de ir a dormir.

-Mamá puedo hacerlo.

-¿Crees en serio que podrás estudiar literatura y música a la vez?-preguntó escéptica.

-Sí.

-Jope tengo una hija Einstein y ni lo sabía.

-Mamá por dios lo he demostrado estos dos últimos años del bachillerato.

LA GUERRA ENTRE NOSOTROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora