Al enemigo que huye, puente de plata

3 0 0
                                    

No estaba muy seguro de lo que hacía, mis manos sudaban y tenía la boca seca. No lo entendía, no estaba seguro de que esto fuera posible. Sé que repito la palabra seguro en exceso pero no es porque sea redundante escribiendo como dirían mis profes de la ESO. Es porque de verdad, seguro es lo que menos me sentía. Tenía que estar loco, tenía que estar alucinando yo...había tomado mucho alcohol y hacía bastante que no bebía. Esa era la única explicación posible a que su figura pareciera tan real.

-No estás alucinando imbécil, soy yo.

-Lo estoy, he bebido. Estoy borracho por primera vez desde hace cinco malditos años y por eso te veo jodido Ale, vienes como siempre a reclamarme las cosas y justo cuando más roto me siento-dije echando a un lado del césped del campo la botella ya vacía de Baileys.

-Llevo tiempo sin coincidir contigo, veo que sigues siendo igual de pijo ¿qué clase de militar se emborracha con una cursilería como el Baileys?

-La clase de militar que está hablando con su exnovio muerto que hay en su imaginación. Sé por qué estás aquí.

-¿Ah sí?¿Por qué dirías que estoy aquí?

-Porque yo...me he acostado por primera vez con alguien desde tu muerte.

-Sí, ya era hora.

-¿Cómo que ya era hora?¿Qué clase de insensible me diría eso?

-La clase de insensible que estaba tan enamorado de ti como para querer que seas feliz incluso sin mí-dijo al tiempo que sus ojos se cristalizaron.

-Ale yo no puedo, ¿crees que no he tenido oportunidades estos años, que no te he tenido necesidades? Pues claro que sí pero sabía que después de toda mi adolescencia había sacado en claro que el sexo casual a mí personalmente no me trae nada bueno y que necesitaba una relación.

-Pues podrías haber tenido una relación, estás preparado. Siempre lo estuviste conmigo.

-Aunque llegase a tener otro novio o novia nunca serías tú-dije yo con mis ojos también llorosos intentando que no escaparan las lágrimas-claro que podría a amar a alguien que no fueras tú e incluso con más intensidad de la que llegué a quererte pero eso no significa que no sea por llenar el hueco que dejaste. Ese chico debe estar odiándome ahora mismo pero prefiero que lo haga a que se convierta únicamente en un puto sustituto porque Ale eso es lo que has hecho, has creado un antes y un después y eso implica que no puede haber amor romántico en mi vida porque simplemente no es para mí. Ya no puedo ser bollo, ahora soy un donut ¿entiendes? Sé que siempre va a faltar pero no me importa prefiero que falte a ser como esa gente que mete oreos en medio de los dulces huecos en recetas rápidas de tik tok, nunca están buenas.

-Sebas llevo sin verte cinco años ¿y no se te ocurre explicar las carencias emocionales que te ha dejado mi muerte de un modo mejor que comparándome con bollería industrial en tus redes sociales?-preguntó esta vez con una sonrisa irónica.

-Te enamoraste de un cutre.

-Y por eso lo hice, mira Sebas, yo estoy aquí para que entiendas algo. Tú no estás evitando el amor romántico, lo estás haciendo con todos los tipos de amor que hay. Y no quiero seguir siendo la excusa que uses para ello, no me hace bien haberme ido sabiendo que provoco eso.

-Si lo dices por mis padres, ellos se han buscado que no esté a su lado.

-No lo estoy diciendo por ellos, son unos imbéciles que se aprovechaban de la propia ausencia que ellos generaban y me alegro de que hayas cortado lazos que no te hacen bien por muy cercanos que estos sean y en cambio hayas mantenido las relaciones con tus hermanas y tu sobrino.

LA GUERRA ENTRE NOSOTROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora