La Esposa Virgen ~ SasuSaku

Capitulo 14

Sasuke no esperaba que los cielos se abriesen, pero algo debería suceder. Su juramento no cambiaba nada. Sakura continuaba débil y tan enferma como antes. Reconociendo su propia arrogancia, rio alto y la mujer giró la cabeza en dirección al barullo. Tomándole a mano, él se disculpó por perturbar su reposo y por todas las crueldades que le había hecho. Después, recostó su cabeza en la almohada.

Cansado como estaba, casi se durmió, pero cuando Sakura se movió, el volvió a quedar alerta. La esperanza surgió y murió luego al verla delirando. Muchas veces, ella llamaba el nombre de personas desconocidas, probablemente de las compañeras del convento, y hasta llegaba a balbucear el de Edith, pero jamás el suyo hasta ese momento.

‒Sasuke.

Atónito y todavía tomando su mano, respondió:

‒Estoy aquí, Sakura.

Ella murmuró algo incomprensible el abrió los ojos. Sasuke se aproximó a fin de entenderla.

‒Tú no puedes contar...

‒¿Contar qué? ¿A quién? ‒el preguntó aunque supiese que su mujer deliraba.

‒No debe contar a Sasuke... ‒Sakura dijo, quedando más agitada.

Petrificado, el no sabía que pensar. ¿Iría a descubrir alguna infidelidad inesperada? O ¿a confirmar la sospecha sobre su mujer y el sirio?

Sakura comenzó girar la cabeza de un lado para el otro. A pesar de la desconfianza, Sasuke se preocupaba con su angustia.

‒El me desprecia y me odia ‒ella balbució.

‒¿Quien?

‒Sasuke.

‒No, no, Sakura. No es verdad.

‒Tu siempre dices eso, Edith, pero nunca viste como el me mira con unos ojos brillando de odio.

‒No soy Edith sino Sasuke. Juro, Sakura, que yo no te odio.

‒Edith, tu debes me prometerme no contarle nada a el.

‒Soy Sasuke, Sakura, tu marido.

‒¡Prometelo!

Su expresión afligida, lo hizo murmurar:

‒Lo prometo.

Ella se relajó y cerró os ojos. Desesperado por mantenerla despierta y hablando, aunque fuera algo sin sentido, Sasuke le apretó la mano y preguntó:

‒¿Que secreto necesito guardar? ‒Por un largo tiempo, Sakura no respondió. Entonces, el oyó una voz frágil.

‒Tu no puedes contarle a Sasuke que yo lo amo ‒susurro ella, entreabriendo los párpados y revelando sus ojos llenos de lágrimas

Sasuke quedó petrificado de confusión. No intentó impedirle dormir. Curvado sobre ella, continuó tomándole su mano, De repente, su mirada mostro un lagrimeo. Estas no eran de su esposa.

Sasuke perdió la noción del tiempo. Una vez, oyó a Edith golpear la puerta, pero no la atendió. Sentía consumirse por la desesperación cada vez que miraba para la silueta inmóvil de su mujer. Sakura estaba muriendo. Precisaba enfrentar el hecho. Pensó en el momento en que tuvo noticia de su existencia. Oyendo su nombre, había sido arrancado del vacío infernal y, en las semanas siguientes, ella lo había inundado con su vitalidad y su pasión ilimitada. Imaginó la vida sin ella. Tuvo ganas de derrumbar el castillo con sus propias manos.

¡Qué gran ironía! Había planeado derrotarla a ella y estaba destruido. No lo hacía por superioridad de fuerza, o a través de su aspereza y, mucho menos, con la fascinación de su cuerpo. Ella arruinaba a su marido simplemente por estar muriendo.