La Esposa Virgen ~ SasuSaku

Capitulo 1

Edad Medía.

Con una mirada sombría Sasuke Uchiha contemplaba su jarro de cerveza mientras se apoyaba en la pared. No estaba embriagado. Nunca bebía demás. Eso le embotaría los sentidos que por cierto los había afilado como una navaja. Como prueba de ello, levantó la cabeza al oír un ruido en la entrada del salón. Mantenía su mirada alerta a la menor señal de peligro. Pero solo se trataba de su hermana Hinata con su bebé en brazos.

Deidara no pasaría por allí otra vez.

A pesar de la férrea disciplina, la idea le invadió la mente como un fantasma negro. Por un momento, Sasuke se debatió. Su enemigo estaba muerto. Su vecino pereció en este mismo salón, a manos de Naruto, el marido de Hinata, mientras Sasuke estaba en Tierra Santa. Este hecho lo privo de ejercer su venganza.

Sasuke miraba las pesadas sillas en el frente del salón, donde la escena había ocurrido. Pero los ladrillos que habían sido bañados con la sangre de Deidara se fueron para siempre. Sasuke jamás lo vería agonizar y, así, no sentiría el placer de la venganza tan enterrado tenia en su alma.

Desde entonces, y en ese último año, el intentaba ejecutar otras muertes, trabajando como soldado a sueldo. Todavía, el exterminio de extraños significaba tan poco... tan poco como las magras monedas recibidas a cambio. Sasuke poseía fortuna y una próspera propiedad. Construido por su padre, Belvry era un castillo moderno que provocaba la envidia de sus vecinos. Pero este hecho no le provocaba satisfacción. Por eso, estaba allí, en el lugar de su amarga decepción, en busca del aliento que llenara el vacío de su vida,

Sasuke apretó los dedos alrededor del jarro. En verdad, no encontraba estímulo en nada, todo había perdido significado para él. Su hermana había cambiado mucho en los cinco años que él había pasado en Tierra Santa. Él no la reconocía pero. Sasuke también resentía el hecho de que su cuñado lo había privado de lo que más deseaba: acabar con la vida de Deidara.

‒¡Sasuke! ¿Que vas a hacer esta tarde? ‒Hinata le preguntó con una sonrisa

Su bella hermana de cabellos oscuros, no sabía que hacer con él, pero eso no le sorprendía ya que el no supiera que hacer consigo mismo.

‒Nada ‒respondió Sasuke con mirada indiferente. Hinata se sentó en el banco y se dirigió a su hijita.

‒Ves Himawari, este es tu tío Sasuke.

Al oír la voz tierna y amorosa, el mismo no podía creerlo. La Hinata que él conocía era una joven altiva, eficiente, incapaz de demostraciones afectivas. Ahora, en vez de dejar la niña a los cuidados de las nanas la cargaba para todos lados la mayor parte del tiempo. Una actitud difícil de entender.

Un movimiento en la entrada le llamo la atención. Se dio vuelta y Sasuke vio a Naruto entrar al salón. Un Hombre de estatura aventajada, el marido de Hinata quien sería capaz de intimidar a las personas, pero raramente lo hacía. Ella parecía deslumbrada como aquel que vuelve a ver el mundo después de una crisis de ceguera temporaria.

‒¡Naruto! ‒exclamo Hinata sin esconder su alegría. ‒Vamos, Himawari, es papá ‒y le sacudía la manito a su hija para saludar al caballero imponente.

Tal vez algo durante el parto había dañado la mente de su hermana, pensó Sasuke en su primer día de a estadía allí.

‒Fíjate con que encanto recibe a su papito ‒dijo Hinata.

Para el horror de Sasuke, ella dejo a su sobrina en sus brazos. Era pequeña, gorda y sin ningún cabello. Olía a una una mezcla de leche y jabón. El estrangularía a su hermana en caso que la bebe le ensuciase su túnica.

Con un jarro de cerveza en una de sus manos y el bebé en el otro brazo, Sasuke dirigió una mirada impotente a su hermana. Por ahí, ella se apiadaba.

Atónito, la vio estirarse en los brazos de su marido. Sasuke jamás se acostumbraría a aquel comportamiento. Una escena intima: la pareja se besaba tan apasionadamente como si estuvieran a solas en su habitación. Tal vez la crisis de ceguera también había perturbado la mente de su cuñado, reflexionó Sasuke.