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El pecho de Cristiano se infla con orgullo cuando observa al Omega dormir cálidamente en el nido nuevo que él ayudó a construir. Es bonito y muy suave, eran las palabras con las Lio lo había descrito al probarlo.

Mira su reloj en su muñeca. Todavía quedaba un poco de tiempo para seguir descansando entre los brazos de Leonel. Se mete entre las sábanas y envuelve el cuerpo de su novio con su gran cuerpo, es cariñoso y gentil cuando deja pequeñas muestras de amor en su cuello pálido.

Han pasado dos semanas y al parecer todo fluía de maravilla. La empresa estaba mejor que nunca desde que se dio a conocer el seguimiento a la alianza con la compañía Brown, que ahora estaba bajo el mando de Guillermo, y es que ese hombre había estado intentando entablar una relación más allá de lo laboral con él desde que firmó los documentos, pero Ronaldo no estaba interesado en su amistad.

Por otro lado, a su lindo Omega se le estaban acabando los días de descanso puesto a que faltaba menos de una semana para su primer día en la guardería de la empresa. Y aunque él no estaba del todo contento por ello, tenía que mantenerse a la altura y hacerle sentir todo su apoyo y confianza a su insolente novio. Sabía que le iría increíble, seguramente los niños lo amarían, o en el mejor de los casos lo odiarían y harían la vida imposible hasta que sus ganas de tener un bebé desaparecieran por si solas.

Pero eso era totalmente imposible, no hay persona en el mundo que pueda odiar a Leonel.

Siente el movimiento entre sus brazos y esta preparado para cuando el Omega abre sus ojos y lo mira con ese par de canicas avellana que lo hacen lucir tierno.

— R-Ron, te sientes calientito — murmura el menor con una sonrisa, su voz somnolienta.

Cristiano ríe y besa su nariz — Tú eres el que está así de calientito, como un pequeño buñuelo de amor — acaricia su cabello y pasa los mechones rebeldes por detrás de su oreja.

El menor sonríe un poco antes de bostezar — Fuiste malo conmigo anoche — se queja después con un puchero — . Me duele todo.

Cristiano ronronea — No puedo decir lo mismo de ti. Estuviste increíble, tu culo me trae obsesionado — se encarga de apretar y amasar las redondas mejillas del mismo — creo que debería seguir haciendo eso, follarte por ambos agujeros y dejarlos rebozando de semen, ni si quiera aquello te mantendría tan satisfecho como deberías estar. Pequeño codicioso — murmura mordiendo el lóbulo de su oreja con segundas intenciones entre manos.

— ¡No empieces! — se queja otra vez — es muy temprano y me duele — murmura escondiéndose en la curva del cuello de su novio — . Además mis pastillas ya se terminaron.

Cristiano sonríe sin apartar la mirada del castaño.

— Y como estoy demasiado agotado y adolorido como para ir por un par de cajas con la doctora adorable, deberas ser tú el encargado de ir por ellas o sino seguramente tendrás que ir planeando un lindo baby shower — dice burlesco — . Rosa porque seguramente tendremos una niña.

—Por los dioses Leo, claro que no. Yo no prepararé ningún baibi chower o lo que sea — gruñe y Leonel estalla en pequeñas risas que le sacan una sonrisa ligera —. Iré por tus pastillas cuando salga de la empresa.

— De hecho ya me siento embarazado —coloca una mano en su frente y rueda sobre el gran cuerpo del Alfa — . Deberías empezar con tus cuidados extremos y a conseguir una granja de fresas porque seguramente querremos muchas fresas. ¿Sabias qué hay muchas comidas que se pueden hacer con ellas? Se me antoja todo — pestañea mostrando sus encías.

— Omega tonto, deja el drama y tu adicción por las fresas y mejor bajemos a desayunar sino me iré y después no quiero que estés triste porque no te espero para hacerlo — se levanta empujando al Omega hacia un costado, se coloca sus pantuflas y sale de la habitación.

A Baby Please |Cristessi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora