A Baby Please |Cristessi|

O18 - B.

Cristiano nunca fue un impedimento para que Leonel llevara su vida como un Omega normal, como el Omega de alguien normal. Su impedimento era él mismo, porque él siempre estuvo de acuerdo con ello; no trabajar, no salir de casa sino era en su compañía o la de alguno de los guardias de seguridad que custodiaban la reja de su casa. ¿Pero porque había estado de acuerdo con tales cosas que con el tiempo lo hicieron un lobo más débil de lo que ya era? Desde que quiso llevar su relación a otro nivel como lo era formar una familia, tener un bebé. Leonel pareció reventar su pequeña burbuja que lo mantenía abstraído del mundo que lo rodeaba, y se dio cuenta de cual frágil es, cual necesitado está del Alfa. Lo mucho que lo extrañaba durante el día y lo inmensamente feliz que lo hacía pasar tiempo con él y recibir toda su atención que cuando se negó a cumplir ese anhelo de formar una familia con él se sintió herido.

«No quiero un bebé, sabes que yo y los niños no congeniamos. Simplemente espero ser solo nosotros el resto de nuestras vidas, no existe lugar para un bebé en mi vida. Siempre has sabido eso».

Era verdad.

Él lo sabía.

Siempre lo ha sabido.

¿Qué clase de Omega sería sino supiera con que Alfa está emparejado? Claro que Leonel sabía que Cristiano no quería hijos, desde el primer momento, pero decidió ignorar aquello porque creía que el estar con él lo haría cambiar su forma de pensar acerca de ese tema. Que Cristiano se resignaría y finalmente el amor que había entre ambos lo haría razonar sobre que formar una familia sería algo lindo. No fue así, y eso fue como si hubiese recibido un balazo directo al corazón.

— Te ves sexy con esos jeans — suelta el Alfa tomándolo por la cintura para pegarlo a su cuerpo.

— Me quedan muy ajustados — murmura dándose media vuelta para empuñar sus manos en el saco negro de Cristiano.

El mayor ríe, acuna su rostro entre sus manos para plantar un pequeño beso en su nariz semi-rojita — ¿Quieres cambiarte? Tenemos tiempo de sobra.

Leo sonríe y niega con la cabeza — Está bien, debe ser porque hace mucho que no utilizo este tipo de jeans. — la realidad era que Leonel amaba la ropa holgada. Usaba esa clase ropa ajustada cuando era más joven, ahora se le hacían incómodas, más cuando han pasado unos cuantos años desde que uso uno.

El pelinegro asiente dejando un pequeño beso sobre su pómulo izquierdo, lo deja ir de entre sus brazos para que recoja sus cosas y así partan a la empresa. Sería una mentira total decir que Cristiano no estaba nervioso, porque se sentía completamente consumido y solo él sabía lo difícil que era no morderse las uñas de lo nervioso que se sentía. Podría decirse que parecía más nervioso él que el propio Leonel.

Cuando el Omega regresa trae una linda mochila de color crema con un lazo marrón en medio, se pone sus tenis blancos y despeja los pequeños mechones castaños de su rostro antes de levantar la cabeza para mirar al mayor con una sonrisa en los labios.

— Andando.

Ronaldo asiente devolviéndole el gesto, toma sus cosas y después enreda sus dedos con los de Leonel antes de abandonar su hogar, puede sentir el enorme sentimiento de amor incrustado en su pecho que proviene de su lazo con el Omega y en ese momento quiere hacerle sentir al castaño su total confianza y apoyo, pero no puede cuando los nervios lo comen vivo.