O19.

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Abre sus ojos solo para encontrarse con la soledad en aquella habitación blanca. Se siente confuso y la cabeza le da mil vueltas doliéndole demasiado. Un quejido sale de sus labios cuando intenta incorporarse y pronto se da cuenta del suero intravenoso que le es suministrado. No puede evitar llamar a Cristiano de forma inconsciente pero no obtiene respuesta y pronto le entra curiosidad por saber cuánto tiempo llevaba solo en ese cuarto de hospital cuando distingue los rayos del sol filtrarse por una pequeña abertura en las persianas. Escucha el rechinar clásico de una puerta y una voz conocida resuena por las blancas paredes de la habitación.

— Genial, ha despertado, señor Leonel.

— ¿Luka?— murmura mirándolo — ¿Y Cristiano?, ¿Por qué él no está aquí? — pregunta desconcertado.

El rubio cierra la puerta para dirigirse a uno de los sofás frente a la camilla, toma asiento y sonríe — Él presidente estuvo toda la noche con usted, pero lamentablemente hubo un percance en la empresa que lo obligó a irse muy temprano por la mañana.

— ¿Qué puede ser más importante que su novio?. Él ni siquiera se molesto en saber como me encontraba, solo le importaba seguir con su estúpida actitud de ocultarme de todos los que lo rodean. — exclama con frustración, dándose vuelta e ignora la migraña que parece querer partirle la cabeza por la mitad.

Luka en su lugar, traga en seco y mira sin saber que decirle al menor — Señor no diga eso, el presidente estaba muy preocupado por usted. Debe comprender que si se fue es porque era inevitable, lo necesitaban allí.

Leonel se muerde los labios, quiere responderle, desahogarse, decirle que él lo entiende y sabe que Cristiano tiene sus propias responsabilidades pero la presión en su pecho, ese mal presentimiento lo estaba volviendo loco. No desapareció después de que ese hombre casi lo arrollara con su auto, seguía ahí. Y parecía que trataba de advertirle sobre algo, tenía miedo. Miedo de que algo más grande se avecinara sobre ellos.

Deja escapar un suspiro con nerviosismo, le pide a Luka que consiga algo para la migraña y no se molesta por ser amable. El rubio solo asiente y sale de la habitación en busca de una enfermera.

Cuando la puerta se abre nuevamente un lindo chico de cabellos castaños, muy parecido a él se acerca a la par del bonito secretario. Le sonríe, le causa tanta ternura sus ojos de cachorro chocolate que corresponde al gesto.

— Señor dos Santos, ¿cómo se siente? — pregunta y Leonel lo mira sorprendido cuando escucha que lo llaman por el apellido del Alfa, de repente una sensación cálida se concentra en su vientre.

— Me siento bien, solo tengo mucha migraña — explica con una mueca.

— Ya veo. Su esposo estaba muy preocupado por usted. Pero no se preocupe, el desmayo fue por la conmoción del momento — dice mirando su portapapeles — le realizamos un par de exámenes por petición de él mismo y aún-

— No quiero que me hagan más exámenes — responde casi de inmediato con el semblante serio — Solo quiero irme a casa.

— Pero señor son órdenes de su esposo.

— Usted dijo que estaba bien y yo me siento bien, solo quiero analgésicos para esta migraña que está matándome y que me deje irme a casa — murmura desviando la mirada hacia sus manos, juega con sus dedos cuando al joven enfermero le extiende una píldora junto a un vaso de agua —. Gracias — agradece agarrando la píldora para tomarla. El enfermero le regala una sonrisa tímida antes de marcharse.

Se dedica a observa a Luka desde su lugar mientras bebe un poco del agua, fruncía su ceño mirando la pantalla de su móvil, parecía demasiado concentrado en mensajearse con alguien por lo que Leonel se limito a hablar con él hasta que el enfermero regresó con una carpeta llena de papeles. Lo miro con un pequeño gesto de confusión desde la cama.

A Baby Please |Cristessi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora