O12.

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Si había algo que Cristiano odiará más que el desastre y la imperfección era trabajar los fines de semana. Los dos días que se supone pasaba al lado de su omega, ahora los estaba desperdiciando por culpa de un empleado idiota.

Pero bien dicen que todo en esta vida tiene solución. Y la solución de Ronaldo fue llevarse al omega consigo, sabiendo que solo estarían Luka y Georgina en la empresa, tal vez uno que otro empleado pero nada que lo preocupara pues como sea logro que Leonel pasara desapercibido.

Tecleaba un par de cosas en su computadora y al mismo tiempo firmaba unos documentos que necesitaban para el proyecto «que se suponía se comenzarían a fin de mes». Suspira con algo de cansancio, dejando de teclear en la computadora para pasear sus manos por la estrecha y desnuda cintura del omega que estaba sentado sobre su regazo, dejando un apretón lo bastante fuerte para sacarle un chillido de los labios.

—¿Qué pasa? —cuestiona alzando una de sus cejas cuando sus movimientos comenzaron a ser flojos —¿Tan rápido te cansaste? —Se burla regalándole una fuerte nalgada que hace a Leonel sollozar contra su cuello bronceado

El alfa tomó las caderas de Leonel con firmeza, subiendo el cuerpo pequeño hasta que su polla quedó fuera de la entrada pegajosa por completo y le metió una embestida suave y profunda que hizo a Leonel arquear más su espalda, jadeando el nombre del alfa mientras apretaba con más fuerza los hombros anchos, sus piernas temblaron cuando las caderas del pelinegro comenzaron a moverse de forma automática para terminar de follarlo, trato de ayudar dando un par de saltitos que terminaron cesando cuando las embestidas empezaron a sacudir bruscamente su interior.

Cristiano empujó las cosas de su escritorio para poner al omega contra el alzando una de sus piernas para hacer más fácil follarlo. El omega rodó los ojos cuando sintió la cabeza de la polla golpear constantemente contra su cervix. La letanía de gemidos que salieron de sus labios después fueron vergonzosamente desesperantes y altos.

—Por favor... —Gimió Leonel en medio del llanto

—¿Por favor que, omega? —Hablo roncamente contra su oreja, mordisqueando el lóbulo cubierto de sudor.

—Quiero correrme, alfa, Cris... Por favor...— Escondió su rostro en la curva de su cuello tratando de callar sus gemidos que pronto se volvieron pequeños balbuceos, la baba cayendo en un hilo brillante de la boca del omega hasta la espalda del moreno

Cristiano sonríe dejando una mordida en su hombro izquierdo, lamé y besa después, antes de acelerar sus movimientos, escuchando el rechinar del mueble que lo ayudaba a sostener el cuerpo del omega. Suelta sus caderas cuando siente el agarre lo suficientemente fuerte en su cuello, colocando sus manos de cada lado encima del escritorio, concentrándose en golpear una y otra vez el coño apretado de su novio; se siente demasiado húmedo y caliente, el sonido del chapoteo de su lubricación y fluido vaginal haciendo eco en su oficina. Lo excita más el hecho de que Luka y Georgina estén a fuera esperando cualquier indicación, saber que también hay un par de empleados más en las oficinas del frente y que seguramente los sonidos obscenos de sus cuerpos y los gemidos de Leonel se escuchan a la perfección.

"Vaya forma de presentar a mi omega"

Piensa y se ríe roncamente, nadie más que Luka en la empresa tenía la dicha de conocer a Leonel aún, y eso solo porque los interrumpió antes de lograr entrar en su oficina, no se lo presentó como tal porque estaba apurado para que nadie más lo viera pero sabía que si Luka era lo bastante inteligente se había dado cuenta de que se trataba de su omega. Él planeaba que siguiera siendo una persona totalmente desconocida para los demás en su lugar de trabajo, a pesar de la situación apretada en la que estaban ahora. Solo porque se rehusaba a romper la promesa que le había hecho al castaño sobre pasar un día en pareja, libres de todo y de todos.

A Baby Please |Cristessi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora