| 𝖠𝗆𝗈𝗋𝖾𝗌 𝖣𝗈𝗋𝖺𝖽𝗈𝗌 | 𝖳𝗈𝗆 𝖪𝖺𝗎𝗅𝗂𝗍𝗓

16

Termine por ponerme algo más formal, aunque en realidad llegue a un acuerdo con Tom de que no bajaría de su auto ya que quería evitarme acontecimientos como el de esta tarde.

-Anni, Anni ¿Estás bien? -escuché a Bill llamarme.

-Si eso creo.

-Ya estamos solucionando todo lo de las fotos en la sedes sociales, a primera hora mañana desaparecerán -dijo Eli en su computador y después Bill la abrazo.

-Daremos con esas "fans" -enfatizó Tom en la palabra -No es justo que traten a las personas así, mucho menos si se trata de ti.

Me miro con una pequeña sonrisa y yo observe a Eli conteniendo un grito de ternura al igual que Bill.
Salimos del departamento y yo llevaba una sudadera con gorro de Tom para no llamar mucho la atención, al subir a su auto buscamos algún lugar decente para cenar.

-El spaguetti de ahí es delicioso, te va a gustar -dijo Tom con seguridad estacionando su auto.

Al bajar entramos al restaurante. Las personas no nos prestaron atención pero lo que si note fue que era muy formal y yo no iba de acuerdo a la ocasión.

-Te ves perfecta hoy, olvide decirlo -dijo como si leyera mi mente y yo le sonreí mirando el menú.

Los olores me hacían marear, eran muchas combinaciones pero no quería alertar a Tom o darle señales de mi embarazo así que tuve que soportarlo.

-¿Ordenarán? -llego una pelirroja.

-¿Nena? -me miró Tom y yo estaba luchando por no vomitar.

-Será la pasta Alfredo, el postre de Vainilla y por favor agrégale otra bolita de nieve con chispas de chocolate -dije naturalmente y al mirarles vi sus caras de asombro.

-Para mi sería la pasta a la boloñesa y un postre como el de Anni -dijo decidido y la chica se fue.

-Necesito ir... Al baño, ya vengo.

Me puse de pie y sentí marearme, note que Tom se ponía rápidamente de pie.

-¿Te sientes mal? ¿Necesitas algo? -dijo con preocupación.

-Solo... -Nauseas -Ya vuelvo.

Y con mucha rapidez casi corrí hasta el baño, al entrar cerré todo con seguro asegurándome de que no hubiese nadie dentro y logre vomitar lo que había estado aguantando.

Al terminar lave mi boca y me relaje.

-Te has portado mal hoy, tu padre no debe enterarse aún -susurré tocando mi panza.

Al salir abrí los ojos como platos al ver a Tom junto con otras chicas las cuales se veían preocupadas.

-Tú novio nos llamó, quisimos entrar pero tenía seguro pensamos que estabas atrapada -dijo una de ellas.

-Exageraciones -menciono la pelirroja rodando los ojos y se fue.

-¿Quieres ir a casa? Puedo llevarte, habíamos quedado en un acuerdo y no lo cumplí.

-Estoy bien Tom, solo me he sentido enferma -mentí.

-Quizá por el otro día que las fans te agredieron pillaste un resfriado -dijo y yo asentí siguiendo su "analizacion."

-Vamos pediremos todo para llevar -me tomo de la mano y me guió.

Al entrar al auto antes de que Tom saliera del estacionamiento unas chicas se cruzaron en nuestro camino... mi cabeza dolió al ver que se trataba de las mismas chicas de esta tarde.

-Tom arranca -le ordene.

-¿Pasa algo? -me miró preocupado.

-Solo vamonos de aquí -sentí mis ojos cristalizarse.

-Ahí esta la "Infantil." Sabíamos que salías con Tom. ¿Cómo pudiste caer tan bajo? -dijo la rubia burlándose desde la ventana.

Quería hundirme en el asiento del auto, mi ventana iba cerrada pero note como la pelirroja del restaurante llevaba un cigarrillo en su boca.

-¿Cuál es su puto problema? -escuché a Tom decirles y me sorprendió verle tan molesto.

-Esa idiota es nuestro problema, Bill jamás caería tan bajo es decir... mírala -soltó la pelirroja.

-Dame eso -la rubia le quito el cigarrillo y se lo aventó a Tom dentro del auto el cual rápidamente reacciono.

Trate de detenerle pero fue inútil ya que había salido del auto y vi como enfrentaba a la rubia la cual hizo una pose como si el la hubiese querido golpear.

-Tom basta -le ordene.

-Qué se jodan Anni.

-¿Así tratas a tus fans? -grito la rubia.

-¿Esto te parece divertido idiota? -tomo el cigarrillo y se los aventó ahora él -Son unas enfermas.

Las chicas se quedaron plasmadas al escuchar a Tom. Volvió a subir a su auto y acelero asustando a las chicas.
Nadie dijo nada en todo el camino pero se sentía la tensión en el ambiente, al llegar al departamento estaba solo, extrañaba a mis chicas.

-¿Estás bien? -le pregunte.

-Solo quemaron mi chamarra, ¿Tú estas bien? -se acercó a mi.

Asentí sin decir nada y sentí como pasaba sus manos por mi cintura. Pego su pecho a mi espalda y mi piel se puso de punta.

Me gire y nuestros rostros quedaron a unos cuantos centímetros.
Sus labios se encontraron con los míos, lo extrañaba tanto que dolía.
Sin esfuerzo me tomo haciendo que mis piernas rodearan su cintura y me pego a la pared mientras el beso se hacia más apasionado.

-Te extrañe tanto -dijo entre besos.

Y la realidad era, que yo también lo había extrañado.