| 𝖠𝗆𝗈𝗋𝖾𝗌 𝖣𝗈𝗋𝖺𝖽𝗈𝗌 | 𝖳𝗈𝗆 𝖪𝖺𝗎𝗅𝗂𝗍𝗓

27

Estábamos caminando por toda la ciudad riendo mientras en mi mano derecha llevaba varias compras.

Adoraba pasar tiempo con Mika y Max. Habían empezado a salir un mes después del espantoso encuentro que tuvimos el primer día.
Me encantaba la pareja que hacían, me recordaban a cuando Tom y yo cuando compartíamos momentos juntos que a decir verdad fueron pocos y apenas lograba recordarlos.

En París me sentía libre. Muy pocas personas me conocían y podía lucir mi panza la cual se notaba bastante.
Mika tuvo una video llamada el otro día con los chicos y chicas.
Doris tendría una entrevista mundial ya que se había hecho reconocida por modelar para Channel y de ahí todos la amaron su fama se hizo increíblemente rápido y todas estábamos felices por ella.

Había escogido muchísimas cosas para el nuevo departamento.
Desde muebles hasta cosas mínimas de decoración y es que aquí todo eran tan lindo.

-Max y yo iremos a cenar ¿Vienes? -dijo Mika alegre.

-Mi madre necesita ayuda en su Boutique, suerte chicos, nos vemos más tarde -les sonreí despidiéndome.

Caminaba hasta la nueva tienda de mi madre, tenía un año por lo mucho.
Al pasar por una tienda de CD's pude ver un gran cartelon de Tokio Hotel.

Me quedé mirando a cada uno de los chicos, se veían más grandes aunque no lo suficiente. Pero ahí estaba él, esa mirada tan profunda...

-No importa cuanto tiempo pase Tom... siempre serás tú -sonreí aceptando que entre nosotros nada podría funcionar.

Quizá todo fuese diferente. Quizá hubiese sido como un romance adolescente en donde conoces al chico, y solo son varias noches pero ahora había algo que nos uniría de por vida, aunque él no estuviese enterado.

Para la siguiente semana serian 7 meses y me parecía increíble como el tiempo pasaba tan rápido.
Las chicas habían decidido venir si tardaba más aquí en París para el babyshower así que no tendría que preocuparme por viajar apurada cuando llegase la fecha, aunque me gustaría que también los chicos estuviesen aquí se que por la gira no podrían viajar.

-Anni, pensé que no vendrías ¿Puedes pasarme el velo color hueso? -dijo mi madre apenas llegue.

Deje las bolsas en la oficina y me acerqué a donde se encontraban todos estos, al mirar por el espejo de la entrada pude ver aquel vestido...

-¿Lo has puesto a la venta? -dije alegre.

-No lo sabes, pero desde el video ese modelo lo he hecho y vendido como 10 veces, a muchas les encanto -dijo emocionada.

Suspire recordando todo eso.
Jamás creí que se haría realidad y es que sus sentimientos si fueron automáticos.

-¿Dónde están Mika y Max? -dijo curiosa.

-Haciendo cosas de pareja. Ya sabes como son últimamente.

-Son una monada. Sé que la idea no te agrada pero deberías conocer más gente ¿No te parece?

-Quiero disfrutar mis últimos casi dos meses de embarazo junto a ella, a solas... no le veo lo malo, he estado más soltera que en una relación toda mi vida.

-Solo era un comentario Anni, no te alteres. Se que serás y estás siendo una madre estupenda.

-Lo aprendí de la mejor.

-Tonterías. Yo cometí muchos errores, y tú también lo harás pero eso te ayuda a crecer y madurar pequeña -dijo dando un toquecito en mi nariz.

-Gracias mamá. Por apoyarme siempre.

-Gracias a ti por aceptar el viaje, se lo duro que esta siendo todo esto.

-Pero fue lo mejor.

-¿Has sabido algo de él?

-Escuché que salía con alguien. No lo culpo, me fui sin decir nada y perdí el contacto con casi todo el mundo.

-Me hubiese gustado que estuviesen juntos ¿Por qué no le dijiste nada?

-Ya lo hablamos mamá. No quería arruinar su carrera, además la gira les ha hecho muy bien... solo no es nuestro momento.

-No tienes remedio Annica Wilson. Eso lo sacaste por parte de tu padre, yo no soy tan orgullosa.

Las dos reímos ante su comentario y le ayude a darle los últimos toques al velo, al final quedo perfecto.

Al volver a casa prendí por primera vez el nuevo celular, no tenía muchos mensajes...
Aunque en el grupo
Amores Dorados tenía nuevos integrantes y mi bandeja de entrada tenía 90 mensajes sin leer.

Tom Kaulitz
90 mensajes nuevos