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Al volver al departamento no había nadie como de costumbre. Subí con la pequeña caja dejándola en mi armario.
Toque mi panza y me fui hasta la ventana de mi habitación.

Escuché como en mi bolso sonaba mi celular, al tomarlo suspiré y atendí.

-¿Anni? Hija, ¿Qué ha pasado con Tom?

-No se lo diré mamá...

-Oh cariño, no es algo que vayas a poder ocultar por siempre.

-Lo sé, pero prefiero alejarme... en fin, como estás, quisiera ir hoy pero no me siento con ánimos.

-Todo por aquí esta perfecto. Para la siguiente semana viajaré a París, una chica necesita tres vestidos de novia y sus damas de honor también. Lo tomare como unas vacaciones ¿No crees que te hacen falta unas?

Me quedé helada al escuchar su invitación. París, había ido cuando tenía 14 años y desde ahí no volví a visitarlo.
Alejarme de aquí por varios meses, no me vendría mal ¿Pero las chicas?
Además con mi embarazo tendría que buscar otro departamento o incluso una casa para que tuviese una buena crianza y tener mi privacidad.

-¿Anni? ¿Sigues en la línea?

-Lo siento mamá. Estaba pensando...

-Descuida, tienes una semana entera para pensarlo. Sabes que tienes todo mi apoyo y si me necesitas aquí estaré.

-Muchísimas gracias mamá. Mándale saludos a papá, les quiero.

Termino la llamada y deje mi celular en la pequeña repisa al lado de la ventana.

No sé en qué momento había caído en un profundo sueño. Desperté y vi el cielo estrellado ¿Tan tarde era?
Encendí mi computador y lo primero que me apareció en noticias fue la hermosa amistad entre Tokio Hotel y Chantelle Paige.
A todos se les veía felices, no puedo arruinarlo. No puedo quitarle esa felicidad a Tom, y primero tengo que pensar en mi bebé y sé que haciéndolo popular recibiría muchos comentarios que me afectarían bastante.

Tome mi celular y marque al primer contacto que me aparecía.

-¿Annica? Pequeña, tu madre no me dijo que llamarías ¿Sucede algo? Como están mis pequeños ángeles.

-Estamos bien papá. Acabo de despertar de una larga siesta. Papá necesito un favor...

-Dime linda.

-Necesito buscar un departamento o una casa para mí y tu ángel.

Al terminar la llamada solo bastaron 10 minutos para que miles de Mails llegarán a mi bandeja con ventas de departamentos.

Tendría que hablar con las chicas después de esto pero estoy segura de que entenderían. Tenía que buscar mi lugar perfecto en menos de una semana para que mientras yo estuviese con mamá en París, enviaran las cosas nuevas al nuevo departamento.

Termine usando mis lentes ya que la vista me dolía, dos horas y no encontraba nada.
Decidí bajar por algo de yogurt y uvas, estos antojos terminarían volviéndome loca.

Serví el yogurt en una taza y eche uvas con algunos cereales, tome una revista de bienes raíces que teníamos en la sala y al pisar el primer escalón escuché como se abría la puerta.

-Es un idiota -escuché a Liz.

Frunci el ceño y fui hasta ellas.
Todas estaban muy bien vestidas, pero algo alcoholizadas, sobre todo Liz.

-Ven, se los dije no era Annica -dijo otra vez. Apenas podía hablar.

-¿Está todo bien? Liz, siéntate en el sofá. Doris, ve por unas toallitas desmaquillantes por favor -dicho esto Doris corrió al baño.

-Nosotras nos encargamos Anni -escuché a Mika.

-Todas vienen igual de ebrias, me toca cuidar de ustedes.

-Pero nosotras no hicimos nuestro trabajo bien -dijo Liz echándose a llorar y yo me reí.

-Liz estas muy mal. ¿Y los chicos? Pensé que habían ido a festejar con ellos.

Extrañaba a Tom.

-Los chicos, o esos chicos. Es un idiota Annica, ese cara bonita sabía que era ese tipo de idiota -dijo Liz limpiando sus lágrimas.

Frunci el ceño y miré a todas, las cuales se encontraban calladas solo paradas con la mirada baja. Doris llegó con las toallitas y me las entregó de igual modo.

-¿De qué está hablando Liz? -dije y sentí mi panza doler.

-Ese idiota de Kaulitz se fue esta noche con la idiota de Chantelle Paige.

| 𝖠𝗆𝗈𝗋𝖾𝗌 𝖣𝗈𝗋𝖺𝖽𝗈𝗌 | 𝖳𝗈𝗆 𝖪𝖺𝗎𝗅𝗂𝗍𝗓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora