𝘾𝙤𝙣𝙩𝙧𝙖𝙘𝙩 | 𝙔𝙤𝙤𝙣𝙢𝙞𝙣

「019 」

Imbécil – pensó

Se colocó junto a la cristalera que daba al balcón y cogió una segunda copa de champán. Min YoonGi pertenecía a ese mundo. Un mundo lleno de dinero, supermodelos y conversaciones refinadas. A donde mirara veía seda y satines, casi todos negros o de colores neutros. Tonos discretos a fin de lucir mejor los diamantes, las perlas y los zafiros, todos genuinos, claro estaba.

Suspiro hondo. Se había vestido con esmero para la fiesta y había bajado la escalera conteniendo la respiración a la espera de conocer la opinión de YoonGi.
Hasta el sabía que se veía increíble con el traje de Tae. Sin embargo la idea de querer complacerlo le resultaba irritante.

YoonGi lo habia mirado de arriba abajo. Pero en vez de decirle algo, había rezongado algo sobre su elección de vestuario antes de alejarse. Ni siquiera le ayudó a ponerse el abrigo ni volvió a mirarlo hasta que estuvieron en la fiesta.

Se sentía dolido, pero se reprendió por tonto. Decidió componer una expresión serena.

Sin embargo, mientras YoonGi contaba sus planes acerca del proyecto del río, se había percatado de la emoción de su mirada, y su cuerpo reacciono al instante.

Pasión. Un deseo feroz iluminaba sus ojos oscuros. Fantaseo con la idea de convertirse en el omega que le provocará esas emociones. Pero de repente recordó que YoonGi solo sentía esas emociones por sus edificios. Jamás por omegas.

Y Jamás por él.

Inspiró hondo y apuró su champán. Acto seguido, paso por las cristaleras de la terraza y se acercó a un grupo de omegas que parecían estar hablando de una estatua. En cuestión de segundos logró unirse a ellos, se llevaron a cabo presentaciones y se lanzó de cabeza a la vorágine de la cháchara social.

YoonGi lo observó pasear por la estancia y lanzó una maldición. Joder, otra vez la había cagado. Debería haberlo halagado por lo precioso que estaba con él dichoso traje. Sin embargo, no estaba preparado para lo que vio cuando JiMin bajo las escaleras, arreglado para la fiesta.

El traje negro que acentuaba su hermoso cuerpo. Los pantalones moldeaban sus hermosas piernas y sus jugosos glúteos. Una camisa negra con una faja protectora para su vientre que moldeaba perfectamente su fina cintura, una chaqueta del mismo color con diseños plateados. Su cabello bien peinado. Se había puesto un bálsamo que hacía relucir más sus labios. Estaba segurisimo de que todos los Alfas presentes estarían pendientes de él.

Había estado a punto de ordenarle que se cambiará de traje. El omega con quien se había casado carecía de gélida sofisticación que se sabía capaz de controlar. Se limito a maldecir por lo bajo y le dio la espalda. En aquel momento se preguntó si lo que había vislumbrado en sus ojos era dolor; pero, cuando lo miro de nuevo descubrió al omega problemático y sarcástico con el que se había casado.

La ira lo inundó de repente al pensar en la facilidad que tenía JiMin para lograr que se sintiera fatal. En realidad no le había dicho nada malo. Se había casado con él por dinero y lo había admitido abiertamente. ¿Por qué tenia que fingir y hacerse la víctima?

Se obligo a alejar a su esposo de sus pensamientos y se concentro en el grupo de ejecutivos que rodeaba a Yuto Adachi. YoonGi tenía claro lo que debía provocarle al japonés para asegurarse su apoyo.

Emoción.

Si lograba emocionar a Yuto Adachi, conseguiría el contrato.

La pieza final del rompecabezas era Jeon Jungkook. El famoso Conde era muy conocido en el ambiente empresarial por su simpatía, su dinero y su inteligencia. Creía en la pasión, no en la precisión, y su comportamiento era totalmente opuesto al de los otros dos socios. El alfa esperaba que una alegre conversación con su esposo ayudara a limar ciertas asperezas, sobre todo porque se rumoreaba que el Italiano era un Don Juan. Aunque se se sentía bastante culpable, desterro dicha sensación mientras se unía al grupo.

El traje negro de JiMin