Lavender's Blue [Minsung]

Antigua casa del arbol

CAPÍTULO 14

—Dime Jisung, ¿Dónde está el Alfa que marco tu hermoso cuello? —. Ante las palabras de la mujer, los tres se tensaron e incluso el bebé, que era ajeno a todo su alrededor, se quedó callado y trató de arrastrarse para alcanzar a su papi.

Félix y Hyunjin intercambiaron miradas sabiendo que era difícil para Jisung, implicitamente habían entendido que el lobo del chico estaba deprimido, se sentía abandonado por su alfa y más al no sentir el lobo contrario. Jihyo vio preocupada al Omega y se acercó más a él cuando este comenzó a ponerse pálido.

—¿Te sientes mal, cariño?

El chico negó un poco aunque luego se arrepintió y comenzó a llorar, el manantial de sentimientos se había caído sobre él, volvió a ser vulnerable y a expresar sus emociones, su tristeza y preocupación. Hyunjin tomó al bebé en brazos y siguió a Félix, quien le indicó que dejarán solo a su hermano con sus tíos.

—Conocí a mi alfa en el trabajo, no era un obrero simple, mi alfa es el rey, el rey Lee Minho—. Los mayores estaban sorprendidos, pero dejaron que el chico continuase—, hace unas semanas atacaron el palacio, él desapareció, mi lobo ya no siente al suyo tengo miedo de que este muerto, no puedo con la idea de que lo esté.

El llanto se intensificó, sus tíos lo consolaron con caricias en la espalda, conteniendo sus propias lágrimas al ver a su sobrino llorar, no tenían ningún consejo para esta situación, no encontraban las palabras correctas para calmar el dolor del chico, solo le prometieron acompañarlo en su dolor.

Chanbing y Bang Chan llegaron justo una semana después, y ver a Félix explicarle a sus tíos la enredada historia que tenía con el general, había sido un buen momento para burlarse de su hermano, el mismo no sabía la historia por lo que resultó interesante.

—¿En los barracones, Han Felix? —preguntó intentando imitar un tono molestó, aunque la burla se veía desde lejos.

—¡Ya hyung! — .El rostro sonrojado del pecoso se ocultaba en la espalda de Chan, quien no se quedaba atrás y rascaba su nuca nervioso ante la mirada asombrada de los dos tíos frente a ellos.

Tanto Yungyeom como Jihyo estaban felices de tener a los chicos allí pero preocupados por lo que todos ellos estaban viviendo, aunque no vivían en la ignorancia, y al tener que hacer muchos papeleos por los sembradíos de café y la fábrica de té, conocían los rostros de los tres altos cargos del país, incluso Yungyeom tuvo que salir varias veces a reunirse con el gobernador y otras personas, los Han eran importantes en el pueblo.

Durante la cena de ese día, cuando Seungmin ya dormía y dejaba que su progenitor comiera en paz, la mesa no estuvo en silencio ya que los chicos estaban demasiado emocionados por la salida del día siguiente a la montaña.

—Tengo que llevarte a ver la vista desde el fuerte, es hermosa—dijo Félix hacia su novio, el alto estaba maravillado con la sonrisa y gruesa voz de su omega, él solo asentía dejándose ilusionar por las palabras del pecoso.

—¿Hasta allá arriba? No creo que aun este la casa del árbol, Lix—. El peligro se veía ofendido por el plan que estaba haciendo su pequeño hermano, pero debía admitir que también quería llegar hasta allí.

—En realidad, aún está, solo asegurense de llevar las herramientas, la descuidaron muchos años, nosotros debemos ir al pueblo mañana, tómense todo el día y la comida que sea necesaria, ¿Ok?—dijo el hombre mayor y Felix chilló como niño pequeño.

Los seis jóvenes se encaminaron hacia la montaña luego del desayuno, Jisung no había dormido mucho por haber estado divagando en sus propios pensamientos mientras velaba el sueño del niño, quien estaba más emocionado que todos allí, a las siete en punto despertaba a su papi con jalones en la ropa y golpes en la mejilla.

Jisung lo llevaba en la espalda, un lugar perfecto para ir cómodo y que pudiera ver todo a su alrededor, Félix y Chan llevaban la cesta con la comida y Hyunjin carga a una manta en su hombro para poder estar cómodos en la parte alta de la montaña mientras que Changbin tenía la mochila llena de herramientas y en su mano un par de maderas.

El lugar era tal y como lo recordaban, aún la flora rodeaba todo y el camino estaba empinado, las rocas servían como soporte y los insectos pasaban por sus pies. La vista comenzaba a ser un espectáculo, podían ver desde allí como el pueblo empezaba a hacerse pequeño y los pilares que daban la bienvenida eran solo puntos en el horizonte.

Casi estando en la cima, Félix desapareció de la vista de Chan lo que hizo que el general se preocupara. Jisung sabía a donde había ido su hermano, aun así, se desentendió de las preguntas Chan hacía.

—¡No vean arriba! —. Se escuchó el gritó de Félix, por instinto todos subieron la mirada encontrándose con el pecoso lleno de tierra y sosteniendo entre sus brazos flores que caían de los árboles.

Pronto alrededor se lleno de flores azules como el cielo cubriendo a los cinco que quedaron abajo, entre risas y deseándole "salud" al bebé que estornudaba por un flor que había caído en su nariz, alcanzaron al chico en la punta de la montaña.

La vista se hizo aún más hermosa, la casa seguia en pie entre las ramas de aquel enorme árbol. El padre de los Han la habpia construido para sus hijos, de niños ambos se escapan a aquel lugar para jugar a ser muchas cosas, era su espacio seguro, donde ellos eran los reyes del mundo.

—¿Lix te acuerdas cuando decías que querías quitar al rey de su trono para declarar el chocolate como desayuno nacional?—preguntó Jisung, todos se rieron mientras que el pecoso tomó de las manos de su hermano una corona de flores marchitas que este tenía en la mano, se la puso en la cabeza.

—Era un asunto importante, un problema de interés nacional.

Jisung negó con una sonrisa mientras escuchaba de fondo como Changbin le daba la razón y Chan intentaba refutarles sus argumentos. Siguió acomodando ese pequeño rincón que estaba lleno de juguetes antiguos y un par de libros, todo lleno de polvo y telarañas. Limpió sacudiendo todo cuando su mano sintió un objeto firme junto a otros más delgados, lo sacó ejerciendo fuerza y cuando lo tuvo en brazos su respiración se cortó.

—¡Tu arco, hyung!—gritó Félix parandose a su lado. Jisung sonrió y casi corrió escaleras abajo. Al estar en el prado, viendo que los chicos se asomaban en el pequeño balcon de la casa, se colocó en posición hacia su antiguo blanco, ya no estaba la pintura, pero el sabía la ubicación con exactitud.

—¡Eso es increible Sunggie!—habló Hyunjin al ver que la flecha había dado en un punto medio exacto.

Luego de acomodar la manta y que todos estuvieran allí sentados, disfrutando del ruido de la naturaleza, escucharon la historia.

—Mi padre era arquero de la guardía del reino del este antes de emigrar, me enseñó queriendo que siguiera sus pasos algún día, aunque a mi me bastaba con tenerlo de pasatiempo, este arco me lo regaló un soldado cuando fue la primera batalla—. Jisung se quedó en silencio unos minutos, analizó el arco en sus manos y encontró lo que por mucho tiempo le había estado rondando por la cabeza pero no había dado sentido hasta ahora—, ¿Cómo se llamaba el padre de Minho?

—Lee Minseok, ¿Por qué?—respondió Changbin. Jisung sonrió y enseño esa parte de la madera. Tenía tallado en escudo de la familia real y se podía leer el nombre del antiguo rey.

—Creo que el rey Minseok ya había predicho un gran destino para ti—dijo Felix abrazando a su hermano.

Todos contaron historias de su infancia, Chan contaba cosas bonitas que les habían pasado en los campos de la guerra y Hyunjin de sus pacientes más curiosos o casos más interesantes, cada quien tenía una forma diferente de ver la vida y eso le encantaba a todos los Han.

Seungmin en ese momento empezó a hacer los sonidos de los animales que tomaba entre sus juguetes. Llamó la atención de los adultos cuando tomó un lobo y no supo que ruido hacer.

—Auuuuuuuuuuuuuuuu—corearon al unísono. El bebe se empezó a reír e imito el sonido.