Cocechar lo que no sembre

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CAPÍTULO 15

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CAPÍTULO 15

El sol estaba a punto de ponerse, el atardecer era de los momentos que Jisung más disfrutaba, siempre le gustaba ver el sol salir y ocultarse, como los rayos pegaban en su piel y como la luna dejaba admirar la hermosa noche adornada de estrellas.

El cachorro dormía en la cesta frente a él. El día fue agotador, el sol hacía picar la piel y la cosecha había sido abundante. Todos se prepararon desde antes del amanecer para la jornada que les esperaba, aunque el general y el primer ministro habían vuelto a la ciudad, para continuar la búsqueda del rey, los omegas permanecían allí, Félix y Hyunjin obligados por sus alfas, quienes no querían verlos en peligro.

Hoy habían ayudado a recoger la cosecha del café, había cientos de trabajadores haciéndolo pero era una buena forma de distraerse, Hyunjin estaba en celo y el supresor combinado con la tristeza de estar lejos de su alfa lo dejaba deprimido varias horas, y Félix seguía molesto con Chan, ¡El era un soldado! ¡Podía ser muy útil! estúpido alfa y su orgullo de protector inútil.

Jisung no se arrepentía del trabajo duro de ese día, todo el esfuerzo valió la pena cuando vio las cestas llenas de granos y notó que no había podido pensar mucho en Minho. Había vuelto a sentir aquella sensación que olvidó hace años, recoger granos de café, y pasearse por las hojas de té mientras el olor lo cubren y se mezclan por su dulce aroma. La sonrisa no abandonó su rostro en ningún momento cuando entró en el campo de lavandas y recordó cómo su padre no podía encontrarlo entre las ramas, su olor se confundía muy bien con el natural de la planta.

—Jisunggie, nos iremos a casa—llamó su atención la tia Jihyo, Yungyeom tomaba la cesta donde el pequeño descansaba y la movía un poco para evitar que este se despertara. Mientras que Hyunjin llevaba un saco de té y Félix uno de café.

—Quisiera quedarme un rato, está por atardecer—respondió el pelinegro. Sacudió sus manos llenas de tierra y paso una por su mejilla, esta quedó sucia pero la imagen que transmitía era tierna y sincera.

Los tios estuvieron de acuerdo, se llevaron al bebe escapando del sereno de la noche siendo seguido por los demás y dejaron al chico sentado en la parte final de la siembra, en la punta de la colina, mientras veía el paisaje. Era algo hermoso a los ojos, el descender hasta el lado plano, los árboles hacían su presencia cubriendo la mayor parte del terreno, la siguiente casa no estaba cerca, así que el techo no interrumpía la vista que había cuando el sol se ocultaba entre las montañas que marcaban el final del poblado.

Jisung se sintió tranquilo, pero aunque quería mantener el sentimiento, una presión en su pecho hizo que saliera de su trance, su omega se sintió inseguro de pronto, el miedo arrasando su cuerpo y su lobo arañaba su pecho, cuando el sol por fin se ocultó, un chillido angustiado escapó desde su lobo, el chico también saltó asustado.

La marca ardió, algo incomodo, pero soportable, su instinto despertó al igual que sus sentidos, sabía que el omega había tomado el control y estaba empezando a seguir un rastro de ligero olor a café, no era amargo y mucho menos insípido, era llamativo y demandante, como si el propio olor suplicara por ayuda.

Lavender's Blue [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora