El bien y el mal

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CAPÍTULO 11

La mañana golpeaba la ventana haciendo que Jisung se remueva en las finas sedas de las sábanas . Un poco exhausto del día anterior, buscó con sus manos el cálido cuerpo del alfa encontrándose con un lado vacío de la cama, un poco molesto por la ausencia del Alfa, se levantó, se estiró dejando que su espalda sonara y llevo sus manos inconscientemente a la perfecta marca que descansaba en la curvatura de su cuello. Se sentía pleno, su Omega estaba lleno de orgullo y deseaba poder enseñar aquella marca a todo el mundo.

Al salir del baño escuchó risas venir de la pequeña sala fuera de la habitación, camino curioso hasta allí encontrándando al alfa con su cachorro en brazos mientras este jugaba con el cuello de la camisa, la imagen fue bastante bonita, el niño riendo en toda su plenitud y el mayor dejando cosquillas y beso en todo el cuerpito del niño. Se veía curioso, el mayor era muchísimo más grande que el bebe, pero lo sostenía con tanta delicadeza.

—Si así serán las mañanas, espero tener una larga vida para poder verlas—dijo. Se acercó a ambos y se sentó junto a ellos. Minho lo besó, uno largo y delicado, teniendo un cariño inmenso el uno hacia el otro.

—Buenos días, omega—habló contra sus labios.

—Buenos días.

Seungmin gritó y se trepó en las piernas de su papi omega, jalando su camisa y pegando su boca a su pecho aunque aún no estuviera descubierto, el omega río se acomodó la niño y descubrió su pecho dejando que su cachorro se alimentara gustoso y tranquilo. El alfa se acercó hacia su pequeña familia y escondió su rostro en el cuello del omega, abrazando al cachorro y lamiendo de forma tranquila la marca.

—Te amo, Han Jisung—dijo con un pequeño susurro. El pelinegro sonrió, su pecho se llenó de tanta tranquilidad que no le importó perder su buena postura y acurrucarse aun más al alfa.

Luego de un buen desayuno y que Jisung obligara a Minho junto al tio Kyhyun a tomar un supresor, pasaron otro día más en su pequeña burbuja de felicidad, ambos jugando con Seungmin, dandose besos, amor, tranquilos en su mundo de enlazados, sintiendo poco a poco los sentimientos y emociones de ambos, presenciando como su cachorro ahora estaba conectado a ambos.

Aquella paz fue rota por el mayordomo, informando que había visitas.

—La señorita Shin vino está mañana Lee Know, le dije que estabas ocupado pero recordó que esta noche vendrán a cenar—. La voz del hombre fue cautelos, pero no evitó que el rey gruñera al escuchar la mención de la chica.

—¿La señorita Shinn? ¿La hija de los duques Shinn? ¿No estaba en el extranjero?—pregunto Jisung. Minho asintió murmurando algo como un "regresó" pero al estar frotando su cara con las manos no se entendió bien.

—Ya se acerca la hora Minho-ah, no creo que puedas cancelar la cena—sugirió el tio Kyhun. Luego de unos minutos de silencio, el alfa habló.

—Llama a Chan y a los Seo, y tú también cenarás con nosotros—. El mayor asintió y salió de la sala, Jisung esperó pacientemente a lo que Minho hiciera, lo vio levantarse y caminar como león enjaulado de un lado a otro.

—Minho, deja de hacer berrinche—dijo cuando incluso Seungmin lo veía con un puchero. El alfa se sentó en el piso de piernas cruzadas, el pelinegro se levantó y se agacho junto a el—, ¿Por qué te molesta tanto? Seguiremos con los mimos luego.

—No es por eso, digo, si, quiero seguir aquí encerrado contigo, sigo en celo, pero es...ella...

—Es una zorra—. La voz de Changbin interrumpió, Hyunjin le golpeó la cabeza y Bang carcajeó un poco, aunque junto a él había otro pequeño chico que se intentaba esconder detrás de él. Cosa que fue imposible cuando reconoció ambas figuras en el suelo.

—¡Hyung!

—Lixie

—¡Santo Dios Lix! Pareces otro—. Y no mentía. Seguía siendo delgado, pero aparte de tener más color en su piel y brillo en su rostro, estaba en forma, un poco más alto y vestía con el típico uniforme militar del reino que siempre había anhelado usar. Ambos hermanos Han se dejaron envolver en un tierno abrazó, todos vieron con ternura el reencuentro.

—Llegaron rápido—anunció Minho continuando con su pequeño berrinche en el piso.

Todos tomaron asientos en cualquier lugar que encontrasen, aunque Félix robó a Seungmin de las piernas de Minho y comenzó a jugar con él aprovechando que el niño no dejaba de reír y tocar su rostro.

—Minho y ella se conocen desde que son pequeños y antes se llevaban tan bien que sus padres pensaban que se iban a casar—. Contaba Changbin—. Durante la parte más dura de la guerra ella fue enviada fuera del país, suele ser manipuladora y malcriada, consigue todo lo que quiere al costo que sea y eso es irritante, no se conforma con sus propios logros y siempre quiere robárselos a los demás.

—No se porque insiste tanto en cenar conmigo, hace semanas que viene pidiendo esto—. MInho se aferró a Jisung como un niño, aunque este solo río y le acarició el cabello.

—¿Les han dicho que parecen el Ying y el Yang?—. Felix interrumpió volviendo con Seungmin aun en sus brazos. Los mencionados se vieron confundidos hasta que Jisung cayó en cuenta de lo que su hermanito decía.

—La diferencia radica en que Lee know es el mal y Jisung el bien—. Concluyó Chan. Todos rieron. Cada uno se fue a arreglar, Jisung literalmente expulsó a Minho de su propia habitación enviandoló con Chan y los esposos Seo a otra habitación. Él y felix tenían mucho de que hablar.

—Entonces ¿El general Bang? No te creía así Félix—. Alzó una ceja mientras se arreglaba la ropa, el chico estaba tirado en uno de los sillones moviendo un juguete de Seungmin de un lado a otro.

—Bueno ya sabes, él y yo...ehm...tenemos...si, aja...

—Félix—habló en tono duro para que su hermano terminara de hablar.

—Nos enamoramos en esa estación de tren, ya sabes, la chispa, ese calorcito del que papá siempre nos habló—dijo en tono bajo, pero fue suficiente para que Jisung lo escuchara y esbozara una sonrisa.

—Eso explica porque el general olía a canela y coñac, Lix eres un salvaje.

—¡Te juró que no soy yo! El a veces me llamaba a su oficina antes de irse—susurró la última parte, el hermano mayor soltó una risita—, es difícil no verlo por mucho tiempo, mi olor suele volverse amargo.

Jisung comprendió por completo, ambos eran destinados y aquellas reacciones eran normales en sus lobos, muchas cosas buenas habían pasado en su vida y ahora viendo a su pequeño hermano cumplir sus sueños y tener una pareja, le dejaba con una tranquilidad mayor en su pecho, una sensación de que aunque no todo era perfecto, ellos debían estar allí.

Lavender's Blue [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora