Pajaro blanco entre buitres

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CAPÍTULO 18

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CAPÍTULO 18

El rostro de los reyes era bastante serio, comprendían el problema en el que se estaban enfrentando y no dudaron ni un segundo en apoyar al reino del sur, una vez prometieron estar allí hasta que dinastía Lee acabara y esta no veía punto final, por lo que esu lealtad y apoyo tampoco lo haría.

—La asignación de más guardias llamó nuestra atención, pero nunca creímos que nos enfrentariamos a un problema como este—comenzó William disfrutando del delicioso sabor de la comida, estaban en la sala y la tia Jihyo preparo algunos aperitivos, aunque Hyunjin fue quien los sirvió. Ni ella, ni el tio Yungyeom podían enfrentarse así a los reyes de su nación.

—Rey Lee, esto es un tema serio, hablamos de veneno.

Minho bajó la mirada asintiendo.

Seungmin entró al salón envuelto en risas, trataba de escapar de su tio Félix; quien tenía más de media hora impidiendo que el niño corriera a los brazos de su padre. Sin embargo, ya había ganado la astucia necesaria como para escaparse de un alfa y un omega acaramelados en la cocina.

El pequeño se impulso sobre sus pies viendo que desde el piso no podría llegar muy lejos, Félix lo intentó agarrar pero tanto Minho como Jisung, quien venía bajando las escaleras, lo detuvieron. Seungmin estaba intentando dar sus primeros pasos.

—Ven cachorrito, ven con papá—dijo Minho desde su puesto. El niño por mucho que intentó, al segundo paso cayó al suelo. Jisung se acercó a él llorando en silencio para no interrumpir el momento de su cachorro, Seungmin lo volvió a intentar, se levantó con rapidez y ahora si que camino directo a los brazos de su padre alfa.

—Qué cachorrito tan encantador—dijo la reina Eloise, Jisung rió y se acercó a ambos para comerse a su cachorrito a besos.

—¡Ya está listo para la ceremonia de presentación!—chilló Félix desde la puerta, aunque rápidamente se cubrió la boca y salió corriendo del lugar, Jisung palideció y aunque Minho en un principio no lo comprendió, pronto sonrió y vio a su omega.

—Si quieres podemos hacer la presentación justo ahora—. El pelinegro abrió los ojos, sorprendido por el atrevimiento de su novio.

—No creo que sea prudente, Minho—susurró. Tomó a Seungmin en brazos y salió de allí dejando de nuevo a los monarcas a solas.

Los mayores parecían un poco asombrados, pero luego por la mente del rey William paso un comentario divertido.

—Con que quiere alianzas más allá de las políticas con el reino del este, rey Lee, debió avisar hace un tiempo, estaríamos mejor preparados—. Su esposa le golpeó suavemente la cabeza de su esposo y continuaron con la plática. Por la tarde, los reyes del este habían abandonado la plantación, luego de una agradable velada entre las hojas de té y una comida exquisita.

Antes de que el sol se ocultara, Jisung y Félix decidieron ir a la punta de la montaña, entre algunos árboles y un rosal, justo cubierto por las espesas ramas del sol del día, había una pequeña placa tallada a mano, los hermanos la habían hecho entre su desesperación y tristeza, intentando cubrir parte de la culpa de no poder darles un entierro digno a sus padres.

Se arrodillaron frente a la placa, Félix soltó un largo suspiro mientras que Jisung secaba sus lágrimas, luego de una larga reverencia donde aprovecharon para hablar internamente con sus padres, una mano se poso en sus hombros, apretandoló con delicadeza y paternidad, detrás de ellos el tío Leonard se encontraba de pie, su marca característica de "pirata" aun cubría la mitad de su cara, en su espalda estaba la espada que siempre empuñaba y sus varias capas de ropa tenían tierra y suciedad.

—Niños—llamó. Ambos omegas, aterrados, se separaron por completo del hombre y no vieron a través de la oscuridad creciente, Félix con los ojos llenos de lágrimas se tiró sobre el mayor. Su cabello estaba lleno de canas, unas pocas, pero eran notables. Jisung se levantó y también se acercó a ellos, el mayor los cubrió con sus brazos, un tierno gesto que los hizo sentir las emociones acumuladas de hace siete años.

—¿Dónde estuviste todo este tiempo? Pensamos que estabas muerto—. Los tres estaban sentados en una de las piedras, el mayor se veía cansado pero la sonrisa y el brillo en sus ojos no habían desaparecido.

—Cuando era joven, tonto e iluso, cometí un error, con el pasar de los años pensé que no causaría estragos, pero fui tan idiota, por mi ambición y hambre de poder mi hermano murió y mi sobrino quedó con todo un conflicto bélico al que enfrentarse, debía ponerle fin y no quería meterlos a ustedes, eran unos bebes.

—Teníamos 12, tio—. El mayor bufó pero luego carcajeó por el comentario de Félix.

—Me sentí muy culpable, debía arreglarlo de inmediato—. Jisung posó una mano en el hombro del mayor animandolo a hablar—, debo arreglar esto, pero he perdido el rastro de mi sobrino, el palacio fue atacado y nadie sabe a donde fue.

Jisung sintió la electricidad correr por su médula espinal, un recuerdo se activó en su mente donde el tio Kyhum, en sus días de convalecencia, lo distrajo con varias historias de su alfa en su infancia, mencionando en cada anécdota la presencia de un tio; lo suficientemente joven como para cuidar de Minho y a la vez divertirlo, alguien en quien confió plenamente y se llevó una gran decepción cuando desapareció de la noche a la mañana.

Era una idea totalmente alocada, ¿Por qué el hermano del rey, el segundo heredero al trono, abandonaría a su familia, (rica y con todo un reino a su disposición), cuando más lo necesitaba? Evidentemente tenía que tener una gran culpa como para escapar e incluso esconderse en otro reino, debía de ser una persona que cargara sobre sus hombros una presión enorme, una como el inicio de una guerra, como la muerte de un familiar, como...

—Tú ocasionaste la guerra, tu eres el hermano del rey Lee Minseok, eres Lee Jungwon—la voz de Jisung se sintio como un eco, resonando por toda la montaña hacía abajo, golpeando con firmeza los oídos de Leonard y Félix.

La situación fue un caos, el mayor se echó a llorar culpandose por las desgracias del reinos, Félix tardó más en procesar la información.

¡Claro que él sabía sobre Lee Jungwon!

El traidor. El segundo heredero. El desertor.

El tio que lo crió con tanto amor y cariño, le enseñó a pelear, sobre historia, matematicas y biologia, sobre las virtudes del reino y la comida más deliciosa, el que una vez lo llevó a la playa a escondida de sus papás, el hombre que le dio el abrazo más largo un día antes de irse, el hombre que le prometió que solucionaría la guerra.

—Tio Leo, pare de llorar—pidió el omega con tranquilidad, su hermano mayor lo vio con una sonrisa apoyando sus acciones—, por favor, deje de culparse, el rey está a salvo, usted no ha hecho nada más que intentar ser un corazón demasiado noble entre la ambición y codicia.

Poco a poco, el mayor tranquilizaba su llanto.

—Se cuanto intentó detener la guerra, es un gran hombre, vamos, vamos a casa, por favor—. Félix envolvió al hombre en sus brazos, dándole fortaleza, amor y consuelo, siendo para él el pilar que siempre estuvo en su infancia, diciéndole que no estaba solo, los tenía a ellos, a su familia. 

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⏰ Última actualización: Mar 08 ⏰

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Lavender's Blue [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora