✨ capitulo 3✨

9.2K 500 135
                                    

Owen:

No sé cómo describir lo que sentí cuando vi a alana por primera vez.

Verla salir del edificio con esos pantalones pegados que se ajustaban y sus exquisitas caderas, y su diminuta cintura.

Su cara de amargada, su cabello negro largo y sus ojos.... Sus ojos eran simplemente únicos y preciosos. El azul oscuro que los envuelve y color grisáceo que se aloja en el interior de su iris, es la combinación perfecta. Parece que en sus ojos hay una tormenta eléctrica. Son hermosos.

Cuando ese tipo la estaba insultando en la fiesta no me pude contener para no pegarle, pero la estaba acosando y denigrando de una manera muy vil y rastrera.

No me podía quedar de brazos cruzados.

Cuando le vi las cicatrices en sus muslos supe que ella se las ocasiono, son viejas y no le vi ninguna reciente, estube tentado a preguntarle pero me contuve.

Ahora me encuentro en mi cama al lado de una mandona que duerme plácidamente y no se porque me siento tan cómodo con su presencia.

A los 8 años comencé a hacer boxeo como pasatiempo, y a mis padres no les importo. Yo siempre fui la oveja negra de la familia, ya que desde muy pequeño era muy problemático, a mis padres a cada nada los llamaban del colegio o del instituto por mi mala conducta, todo lo contrario a mi gemelo Oliver. El desde muy pequeño siempre fue el más calmado, era un niño muy tranquilo, mientras el llegaba a casa con puros diez en sus calificaciones, yo llegaba con reportes y citatorios hacia mis padre.

Mi hermano Oliver siempre fue el orgullo de nuestra familia mientras que yo era la sombra de mi hermano.

Comentarios como "porque no puedes ser como Oliver" o "me das vergüenza" eran los que más escuchaba a medida de que fui creciendo.

Mi sueño cuando yo era pequeño era que mi madre entrara a mi habitación a leerme un cuento o a darme un beso de buenas noches, justo como lo hacía con Oliver, aunque eso no fue impedimento para tener buena relación con mi gemelo ya que siempre hemos sido demasiado unidos.

Un día encontré a Oliver besándose con un chico y me acuerdo que él se me arrodilló y me lloro pidiendome que no lo juzgara y que no le contara a nuestros padres.

Padre es un hombre muy machista y por eso entendí el temor de Oliver. Yo desde luego no les iba a decir pero me dolió ver así a Oliver. Es un secreto que compartimos con Maddie y obviamente los dos lo apoyamos.

Maddie es otro caso, a ella aunque nunca le faltó nada porque siempre le daban cosas materiales pero nunca recibió atención por parte de nuestro papá y mamá siempre fue muy dura y estricta con ella.

Cuando tenía 16 años, Harry, mi padre se enteró que quería seguir en la carrera de boxeo y que no quería heredar sus empresas, se volvió loco, ese día me acuerdo que me pegó, me decía que me iba a morir de hambre Y que era un desagradecido.

Al día siguiente me preguntó que si todavía seguía con la estupidez de ser boxeador y al yo decirle que si me mandó a un internado en Alemania, del cual salí dos años después por cumplir la mayoría de edad, y decidí quedarme viviendo en Alemania con el abuelo Henry, el es el único que nunca me juzgo y siempre me apoyo, el incluso sabe que Oliver es gay y desde el minuto cero lo aconsejó y le dijo que no se sintiera avergonzado de serlo.

Vine a Londres porque en una semana es el cumpleaños de Harry y el abuelo me obligó a venir, me dijo que lo viera como una forma de poder sanar un poco, pero ambos sabemos que eso no va a pasar.

Salgo de mis pensamientos cuando alana se comienza a remover intranquila entre sueños.

La miro y está sudando y con el ceño fruncido. Esta teniendo una pesadilla.

Algo Inexorable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora