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LUNA♪

—¿Belly?

—¿Puedo pasar?

Me echo a un lado aún frotándome los ojos, la morena pone sus pies dentro de mi casa y, tras eso, cierro la puerta.

Ayer llegué a casa bastante tarde, Cameron y Belly me dejaron en casa y, a pesar de que Belly no parecía muy feliz, no dijo nada en todo el trayecto.

—¿Ha pasado algo?—cuestiono caminando hacia delante dando paso a que ella camine detrás mía.

La guío hacia la cocina, no comía desde la cena que preparó ayer Susana y, aunque todo estaba muy rico, entre tantas bromas no comí demasiado.

—Creo que demasiadas cosas, ni siquiera sé por dónde empezar, pero a penas he cumplido los dieciséis y ya quiero volver a cuando tenía tres años.—suelto una pequeña risa al escucharla, ella ríe al ver que yo lo hago.

Agarro un paquete de cereales y lo coloco encima de la mesa, se los ofrezco a Belly y ella no duda ni un segundo en meter la mano para llevarse unos cuantos a la boca.

—Pero si ayer todo estaba bien, ¿no?—agarro un bol dándole la espalda.

—Bueno, no tan bien como parecía.—explica jugando con los cereales de su mano.—La verdad es que no dije nada porque no quería arruinar nada ni a nadie, pero en cuanto me he despertado he venido hacia aquí corriendo porque necesito hablar con alguien, espero que no te haya molestado.

—¿Qué? Claro que no.—niego.—Eres mi amiga, puedes venir cuando quieras, Belly, lo único malo es que pierdo un poco de mí belleza recién levantada, pero bueno, espero que puedas soportar mi cara.

Belly ríe, entonces agacha la cabeza y puedo ver como su sonrisa se va borrando poco a poco, así que dejo mi camino hacia él frigorífico para acercarme a ella y poner una mano sobre su espalda.

—Cuéntame, te prometo que no te voy a juzgar, Belly.

—Es Taylor.—escupió.—Bueno, no sólo ella, pero en general y ahora mismo es ella.

La verdad es que no me terminan de sorprender las palabras de Belly, se podía ver de lejos que su amiga no parecía querer aceptar del todo el nuevo rol de Belly y que le había chocado un poco que ella tuviera nuevas amigas tan diferentes y ajenas a la burbuja en la que ellas dos siempre parecen estar.

—Ayer, me sentía mal por haberla dejado sola en la fiesta e irme con las chicas, sé que estuve mal, pero no sé... Tampoco quería quedar mal con ellas, me compraron una tarta.—me alejo un poco de Belly, agarro un taburete y seguidamente me siento apoyando mis manos en la encimera de la cocina.—Pensé que iba a estar enfadada conmigo por eso, tampoco es algo que no me esperase porque sé que no estuve lo más acertada, aunque a mí favor tengo que decir que era mi cumpleaños.

—Buen punto.

—El caso es que cuando Jeremiah empezó a cantar junto a ti.—arrugo la nariz recordando el momento.—Decidí que era buena idea ir a buscar a Taylor, y la busqué y lo peor fue que la encontré.

—¿Lo peor?

—¡Se estaba besando con Steven!

Abro los ojos de par en par, incluso me tambaleo un poco de la silla porque de todos los problemas que podría pensar que las dos amigas podría tener, en ninguno de ellos estaba el hecho de que Taylor y Steven pudieran tener algo.

MOON | Jeremiah FisherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora