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LUNA♪

La casa estaba en un profundo silencio incómodo, un silencio que nunca había sentido antes, pero ahora sí.

Descubrir que mi padre vivía en Florida y que mi madre lo ha sabido todo este tiempo es difícil de digerir, porque llevo meses pensando que todo era distinto, exactamente siete.
Siete meses en los que he tratado de vivir con todo esto, con la culpa de pensar que todo era por mí, que no era suficiente buena hija, que no me merecía nada, y cuando pensaba que estaba dejando eso atrás encontrar esa carta era como si alguien me estuviese arañando por dentro, porque si había alguna explicación para todo aquello la única que podía imaginar era que ninguno de los dos quería cargar conmigo, ni siquiera puedo cargar yo.

—¿No quieres que vayamos a algún lado? Jeremiah está tardando.—Belly rompe el silencio entre nosotras, yo le dedico una mirada negativa, entonces baja la cabeza y suspira.

Tras ver el papel que Belly había encontrado había tratado de buscar una explicación lógica por la que mi padre no me diría que se va a vivir a Florida, o por la que mi madre no lo ha hecho en este tiempo, una explicación lógica para saber por qué me han ocultado un divorcio, o por qué huyen de mí, pero no había conseguido hacer nada más que llorar de forma descontrolada.

Belly había tardado unos minutos en subir hacia mi habitación cuando yo lo había hecho, la escuché hablar con Jeremiah el primer tramo de escalera, pero después mis pensamientos y mis lágrimas me habían hecho dejar de escuchar, ni siquiera me interesaba mucho lo que le tuviera que decir sobre mí, solo quería verle.

—Está bien, Luna, ¿qué más da si vive en Florida? Puedes hablar con él ahora que sabes la verdad y tratar de arreglarlo.

—Es él quien debe de arreglarlo, no soy yo la que me he ido.—digo con voz temblorosa y sin mirar a Belly, porque dudo que me entienda.

—Lo siento.—veo como Belly camina algo desesperada por mi habitación.—Yo no quería hacerte sentir mal, de verdad, todo ha sido una equivocación.

—Belly, yo te pedí que me ayudaras a buscar el papel, era cuestión de tiempo.

—No es eso, es que...—la voz de Belly empieza a ponerse tensa, pero el timbre la frena y yo suspiro aliviada, solo quería verle a él.

No sabía por qué, como el 4 de julio, mi cabeza solo repetía su nombre cuando leí el papel, y sé que no debería de llamarle, sé que él está confundido con algo que no quiere decirme y sé que yo debería de mantenme alejada de eso, no solo por él, si no por mí.
Que Susana y Laurel aparecieran ese día en la librería había sido una jugada demasiado buena del destino, y que Belly estuviese allí también, eso había hecho que ese fuera a las hogueras y que Jer se ofreciera a llevarme a casa, pero tras lo del otro día no puedo dejar de pensar si realmente es bueno o no.

Quiero a Jeremiah, me había hecho sentir como la flor más bonita del mundo, como si él fuera la Tierra y yo, como no, la Luna. Me había besado con tanta intensidad que incluso había hecho que me olvidara de mi nombre, me había sacado a bailar en una pista vacía y sin música, mientras él cantaba. Había dejado de prestar atención a la piscina por mirarme a mí, por hablarme a mí. Había hecho tantas cosas en tan poco tiempo para tenerme a sus pies que ni siquiera podía contarlas, porque me empezaría a gustar más aún.

Jeremiah Fisher, ahora mismo, era la definición de todo lo que quiero, o de todo lo que querría si todo fuera normal en mi vida. En otra situación quizás ahora mismo estaría en el club,  tratando de hacer que se fijara en mi de forma que no pueda pensar en eso que le aleja, trataría de que sus ojos azules me deslumbrarán, trataría de tocar sus ricitos sabiendo que después de todo eso él no podría aguantar sin besarme.
Pero no lo puedo hacer, no solo por mi padre, no solo por mi familia, sino porque no sabía que tan bueno era que cuando él estaba cerca el dolor desapareciera, había tratado de hacerlo desaparecer durante meses y solo cuando él ha estado conmigo lo he podido olvidar, aunque no fuera por completo, y eso no era nada bueno, debía de aprender a gestionar mi dolor, Jeremiah no siempre iba a estar ahí.

MOON | Jeremiah FisherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora