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LUNA♪

El calor del verano envuelve todo Cousin, como cada año en julio, tras pasar la primera semana del mes el lugar se convertía en el líder de las temperaturas altas, las personas no lo suelen notar, solo vienen aquí en verano y para ellos es casi un favor el temporal para poder disfrutar de la playa, pero para mí, que vivo aquí cada mes del año, era muy curioso ver cómo cambiaba todo según la época del año.

La casa de Susana, sin duda, es un claro ejemplo del verano, nada más poner un pie en su jardín lo podías notar, el sonido del agua de la piscina, la suave brisa que indicaba que el mar estaba cerca, el césped recién cortado y los colores azules que abundaban en la decoración, todo grita verano.

—Hola, Luna.

La puerta de la casa se abre unos segundos después de que yo haya tocado y, aunque esperaba que Belly fuera la que abriese, no es ella, es Susana.

Desde el primer día que la vi me llamó la atención, no es una mujer que pueda pasar desapercibida por ningún lugar, su pelo rubio y sus llamativos ojos captaban la atención de cualquiera, por no hablar de su eterna sonrisa, la cual sin duda Jeremiah había heredado.

—Hola, Susana, ¿está Belly? Me ha mandando un mensaje diciéndome que si podía venir aquí antes de ir a la playa.—explico brevemente.

—Diría que ella ha salido.—frunce el ceño mientras mira hacia adentro de la casa.—Pasa, cielo.

En un principio dudo en pasar o no, porque su afirmación sobre qué Belly no está hace perder todo el sentido a mi visita y al mensaje de la morena.

—Tienes un pelo precioso.—Susana camina detrás mía, puedo notar como pone una de sus mano en la punta de mi melena.

—Mi madre siempre insiste en que debo de cuidarlo y, aunque al principio es un rollo, al final me he acostumbrado.

—Cuando era más joven tu madre también tenía el pelo así de largo o incluso más, lo recuerdo perfectamente.—miro con curiosidad a Susana, que camina hacia un pequeño lienzo que hay en la mitad de la cocina.

—¿De qué conoces a mi madre?

—¿Ella no te lo ha contando?

—No he hablado mucho con ella últimamente, está trabajando mucho.—no hace falta que diga nada más, Susana parece entender perfectamente la expresión incómoda de mi cara, así que simplemente responde.

—Digamos que el club nos unió, cuando era adolescente ella amaba estar allí, ¿sabes?—Susana se sienta en la silla cerca del lienzo mientras habla, yo la observo con curiosidad.—Pero nunca pensé que acabaría trabajando allí, no me malinterpretes, pero el club era su lugar favorito porque era el mejor sitio para ver las estrellas de todo Cousin según ella.—mientras habla Susana suelta una risa.—Ella era muy apasionada con el mundo, eso siempre me llamó la atención de ella, pero de un verano a otro todo cambia, ¿sabes? Supongo que ambas cambiamos y nuestros caminos se desplazaron.—su mirada se torna algo triste, la entiendo, supongo que pensar en esto le hace pensar en el paso del tiempo y, supongo que como a mí, eso le da algo de miedo.—O quizás no tanto como yo pensaba, mirate, estás aquí.—me señala con uno de sus pinceles haciéndome sonreír.

—El destino es sorprendente.—afirmo acercándome un poco hacia ella.

—¿Luna?

MOON | Jeremiah FisherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora