6. La otra cara de la luna

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LUNA

Creo que no hay peor sensación que describir que entre tú y esa persona sigue habiendo todo lo que un día hubo, pero que él decide otro camino, uno en el que tú no estás incluida.

Así me siento constantemente con Jeremiah, así me sentí ayer.

Cuando ayer Belly me dijo que iban a hacer una fiesta mi primera idea fue no ir, porque ya no soy parte de eso, pero al final allí estuve, y fue un desastre.

No sé qué fue peor, si no poder arreglar nada con Conrad, ver como Belly se emborrachó, Jeremiah y Conrad discutiendo o la casa echa de un desastre. El caso es que aquí estaba de nuevo.

—Hay que limpiar esto.—advierto a Steven que parece ser que es el único que está despierto y sentado en una silla.—No me mires así, es un desastre. Fue una idea horrible.

El moreno se pasa la mano por los ojos y suspira, se pone de pie y camina hacia mí.

—Mi madre ha venido, no hace falta aparentar ya que nada ha pasado.

—No es por tu madre, es por la casa.—me encojo de hombros.—¿Has visto que hay un jodido graffiti?—camino hacia la pared y lo señalo.—No sé que en qué estabais pensando, de verdad, es que me encantaría saberlo, pero...

—En salvar la casa.—una voz a mis espaldas me hace callarme, y odio que lo consiga.

Jeremiah Fisher me robó el corazón. Lo hizo a base de sonrisas, de bromas, de amor, pero sobretodo, y cada vez lo pienso más, lo hizo a base de que mi corazón estaba roto.

Mi corazón no latía, estaba en standby, y en cuanto él hizo que sintiese algo se lo entregué completamente. Ni siquiera pasamos tanto tiempo juntos, ni siquiera fue tan magnífico, pero de alguna manera no soy capaz de salir de eso. Porque ahora está aquí, delante de mí, después de haber hecho el gilipollas durante toda la noche, después de pelearse con su hermano por la chica con la que me engañó, y aún así yo podría caer rendida a sus pies.

Leo mucho desde que me encuentro sola, es una forma de escapar de la realidad, y no sé dónde leí que a veces no somos capaces de poner límites porque un día esas personas te hicieron creer que con ellos esos límites no hacían falta. Cada día me gustaría que eso no hubiese pasado, pero cada día me gustaría más que se repitiese.

—No estaba hablando contigo.—respondo con rapidez y sin detenerme en mirarle.—Enserio, hay que limpiar este desastre.

—Laurel ya nos ha echado la bronca, no hace falta que también lo hagas tú.

Pero por mucho que quiero que se repita, por mucho que quiero volver a sentir sus labios en los míos, por mucho que quiera que sus manos se vuelvan a deslizar debajo de mi ropa, o por mucho que quiera volver a sentir una pizca de emoción en la vida, todo eso desaparece cuando hablo con él durante más de tres segundos.

—¿Me estás hablando enserio?—me doy la vuelta y camino hacia él, parece asustarse un poco porque coloca sus manos en la encimera como si estuviese arrinconado.—No te estoy echando la bronca, solo estoy tratando de arreglar el desastre que vosotros mismo os habéis buscado, y si no quieres que te eche la bronca se lo dices a Belly que es la que me ha llamado llorando para que la ayudase.

Mencionar a Belly es un arma de doble filo.
Por una parte hace que Jeremiah se calle, cosa que en parte me duele, porque si está ella por medio nunca se quejará, no como conmigo. Por otra parte, parece que le estoy reprochando algo, algo que hace mucho tiempo dejé de hacer, pero que me sigue doliendo.

—¿Y si intentamos borrar el grafiti?

(...)

Todo se había solucionado, o al menos eso parecía.

Laurel se las había ingeniado para que la casa no se venda, y no sé si es por los chicos o porque en parte sabe que esta casa es la mejor forma de recordar a su mejor amiga, pero lo había conseguido.

Por nuestra parte, habíamos limpiado todo, de una esquina a la otra. Algunos más que otros, claro, Steven se había quejado cinco veces por segundos, Conrad no hablaba y sobre Jeremiah y Belly ni siquiera tengo algo que comentar.

—Laurel, me voy.—me alejo del grupo con rapidez, no tengo intención de despedirme, no cuando parece que molesto.

La morena me mira, tiene ojeras y parece cansada, supongo que el audio que ayer Belly le mandó no fue de gran gusto, más bien fue de susto.

—Muchas gracias por ayudar, Luna.—me sonríe mientras agarra una de mis manos.—Espero verte el próximo verano.

—Bueno...—me encojo de hombros.—Me mudo a Stanford y no sé si volveré en verano, si soy sincera.—Laurel me mira sorprendida.—Pero siempre recordaré el verano como algo que solo se puede vivir al completo si estás en esta casa.

En menos de un mes me iba a Stanford, como le dije a Susannah, como me prometí a mí misma. Había hablado con mi madre sobre ello, ella estaba de acuerdo en que si quería me podía quedar allí el año entero, había dejado caer que ella me iria a visitar, pero honestamente casi que prefiero estar sola, aunque cada vez que lo pienso sienta que todo se me viene encima.

—Espero que cambies de opinión, Luna.—acaricia mi muñeca.—A Susannah me gustaría que viniese con los chicos en verano, ella verdaderamente te quería como a una más.

—Ya...—mis ojos se empiezan a llenar de lágrimas en cuanto nombra a la rubia.—Pero las cosas no están bien entre los chicos y yo, así que no veo motivo para volver.

Laurel me mira apenada, sin saber que decir, entonces me abraza. Y creo que nunca había necesitado tanto un abrazo.

—Sea como sea, brillarás en Stanford, Luna.—susurra en mi oreja.

Eso espero.
Porque si no lo hago, si no termino con toda la tristeza que hay dentro de mí esta acabará consumiendome.

Y aunque la luna siempre brille, hasta en la oscuridad, hay que recordar que es solo una cara de la luna porque la otra nunca nadie la ha visto. Y yo espero no ser la primera en descubrirla.

(...)

¡Hola! 💗

Después de mucho tiempo aquí estoy.

Es corto, bastante corto, pero porque he decidido que habrá un par más para aclarar todo.

Espero que, aunque es breve, os guste y lo disfrutéis. Sé que no es lo mejor que he escrito, pero últimamente mi lado autodestructivo no me deja hacer mucho más. 🌟

ig: thegirlandtheletters

MOON | Jeremiah FisherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora