Confianza

476 65 101
                                    

—¡Anthony! —el vozarrón de Thor resuena en el hall de su penthouse como si de un trueno se tratase, haciendo al dueño de casa sobresaltarse involuntariamente mientras lo invita a pasar.

—¡T--Thor! Bienvenido a mi humilde morada, fortachón, ¿gustas algo para beber?

El muchachote frunce el ceño y sonríe al mismo tiempo, como si lo que él estuviese diciendo fuese el disparate más gracioso del mundo, y Tony supone que la respuesta es no.

—No estoy aquí para beber, mi amigo —Thor se explica con solmenidad—. ¡Aunque buen intento de zafarte del entrenamiento! Normalmente no le diría que no a una buena cerveza...

—Valía la pena intentarlo —Tony repone con una sonrisa, y sin perder más tiempo invita al joven al pequeño gimnasio que improvisó en su living, para que puedan empezar con su rutina personal.

La decisión fue relativamente fácil de tomar, incluso si aún lamenta no poder continuar asistiendo al gimnasio al que va Steve. Después de todo, él realmente quiere ponerse en forma, y Thor parece un joven competente y exigente en su rol como preparador físico, así que en cuanto le ofreció trasladar su entrenamiento a domicilio, por un precio razonable, Tony decidió no desaprovechar la oportunidad...

Claro que ahora que James ya no será su guardaespaldas, quizá podría asistir al gimnasio como un civil cualquiera, sin llamar tanto la atención. Aunque, Tony supone, quizá no sea tan mala idea buscar otro custodio por algún tiempo... Por precaución y todo eso. Alguien que no esté involucrado en otros asuntos, que no tenga intenciones ocultas... Que no sea Bucky, básicamente.

Nah, ¿qué gracia tendría eso?

—Así que —Thor lo distrae de sus pensamientos mientras deja el bolso que trae con él en el suelo y observa apreciativamente los distintos accesorios que Friday encargó para que Tony ejercite—, ¿listo para aprender a dar unos cuantos golpes?

—¿Que, hoy no me tendrás saltando la soga una hora, como una niña de primaria? —el empresario repone mordaz, arrancándole una risotada al otro.

—No, no. Creo que ya estás listo para subir de grado... Pero seguiremos ejercitando cardio varios días a la semana de todas formas, es importante para tu salud.

—Espero por tu bien que no estés insinuando que soy un viejo decrépito.

—¡Por supuesto que no, estás perfectamente en forma para tener más de treinta! Además, cuanto más ejercites, más joven serás.

—Sigo escuchando la palabra "viejo" salir de tu boca aunque no la estés diciendo... —Tony murmura con ironía, y Thor vuelve a reír.

—Vamos, yo también tengo más de treinta, no es tan terrible. ¡Ahora deja de menospreciarte y pongámonos a trabajar! ¿O acaso no quieres impresionar a Steven con tu progreso?

El empresario ríe entre dientes, divertido por el buen humor del muchacho, y decide por fin cooperar.

—De acuerdo, de acuerdo... Enséñame a patear traseros, Ricitos de Oro...

Durante la siguiente hora, Thor se vuelve incluso más exigente que lo que fue en el gimnasio; controlando cada uno de sus movimientos y posturas, corrigiendo su manera de pararse, la forma en que suelta cada golpe, la forma en que respira... Tony se siente agobiado, pero a la vez más que satisfecho con aquella inversión.

Quizá, si sigue entrenando así, algún día no se sienta tan inferior a James si ambos terminan sin ropa frente a Steve...

Jefe, tiene visitas —Friday interrumpe poco después, mientras Thor y él frenan por un momento para hidratarse. El dueño de casa echa un vistazo a su reloj de muñeca, sorprendido, y excusándose con su entrenador se dirige con discreción hacia la I.A.:

Tres (no) son multitud - Stuckony AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora