Tres (no) son multitud - Stuckony AU

¿Quién diablos es Bucky?

Steve se considera a si mismo un hombre tan sensato como sensible, capaz de enfrentarse con facilidad a cualquier encrucijada y de tomar decisiones acertadas; ya sea con la cabeza o con el corazón. Por lo menos, cuando las voluntades de éstos dos se enfrentan en forma irreconciliable entre sí, y se ve obligado a elegir entre uno de ellos.

Alentar a Bucky a perseguir sus sueños profesionales, por ejemplo, fue una decisión sensata. Ignorar su interés por Tony durante meses, una decisión sensible.
¿Besar a Tony la noche anterior? También sensible. Pero haber aceptado frente a Sam que su relación con Bucky terminó, sólo puede catalogarse como sensato.

Jamás le cuesta demasiado inclinarse en una u otra dirección, ya que en su fuero interno sabe que está haciendo lo correcto, y eso deja a su consciencia tranquila. Pero, en el momento en que ve la inconfundible silueta de su ex a sólo metros de donde él se halla, todas sus certezas sobre lo que está bien y mal parecen saltar por una ventana, y él se encuentra a si mismo persiguiendo al hombre como si estuviese imantado a su presencia, olvidando por un momento su cita, a Tony, y a todo lo que lo rodea.

-¿Bucky...? -exclama sin aliento, chocando sin cuidado con el mar de gente que transita la vereda, e ignorando sus múltiples reclamos. -¡Bucky!

El joven de cabellos castaños vacila por una milésima de segundo, avanza un paso más... y por fin se detiene.

-Hey, Steve... -repone en un suspiro, volteando hacia él con un profundo pesar en la mirada y los hombros caídos.

-Oh dios, sí eres tú... -El menor jadea sin dar crédito a sus ojos, y antes de que Bucky pueda agregar nada más le echa los brazos al cuello y lo abraza con todas sus fuerzas, a duras penas conteniendo el sollozo incrédulo que amenaza con escapar de sus labios.

James duda un momento, dos... pero finalmente deja escapar el aliento que estuvo conteniendo y lo envuelve también entre sus brazos, enterrando su rostro en el cuello del joven y disfrutando de su exquisita calidez, ajeno a todo cuanto lo había preocupado sólo segundos atrás.

Su abrazo se prolonga mucho más de lo socialmente aceptable, hasta que un discreto carraspeo llega a oídos de ambos, obligándolos a regresar a la realidad.

-Así que... -Tony murmura con la voz ligeramente estrangulada, una vez que ellos se hubieron soltado. -Tú debes ser el hace tiempo ya extraviado ex-novio, ¿eh...?

Steve cierra sus ojos por un momento, notando por primera vez la situación imposible en la que se encuentra, y tras armarse de coraje decide presentar a ambos hombres.

-Tony... -comienza, sintiéndose fatal -éste es Bucky. B--Buck, él es Tony, es...

-Lo suficientemente perceptivo como para saber cuando estoy de sobra -éste intercede con una sonrisa tensa, dándole al menor una palmada en el hombro y comenzando a retroceder.

-Tony, aguarda, yo--

-Descuida, Rogers, no me ofendo. Sólo... no me muero por ser el mal tercio en su esperado reencuentro--

-Si alguien está demás aquí -Bucky los interrumpe, apenado -soy yo. Por favor, continúen con lo que estaban haciendo. No era mi intención interrumpir sus planes.

Steve mira de uno al otro, totalmente desconcertado, y Tony decide apiadarse de él.

-Escuchen -Les dice con calma. -Ustedes dos tienen seguramente mucho que discutir y mucho con lo que ponerse al día. Yo me iré a casa, ¿de acuerdo? Y si aún recuerdas mi existencia luego de esto, Rogers, sólo... llámame, ¿OK? Sabes donde encontrarme -Se encoge de hombros, resignado, y volteando hacia el recién llegado agrega: -Gusto en conocerte, Bucky, fantástico timing por cierto.