Eran las 9 de la mañana. El sol entraba por la ventana y me iluminaba la cara. Me estiré y fui directa al baño. Al mirarme quise chillar. Estaba horrible. Tenía el maquillaje corrido, el pelo echo una mierda, ojeras....
Me encerré y me desnudé. Me metí en la ducha bajo el agua caliente que corría del grifo. Estuve media hora duchándome. Salí de la ducha y me até una toalla al cuerpo y otra al pelo. Me puse una camiseta de tirantes y unos pantalones cortos y decidí salir al patio que tenían.
-Hola guapa-Me dijo mi mejor amigo.
-Hola feo- le contesté con una sonrisa inocente.
Estuvimos charlando durante un rato y luego nos metimos a dentro a desayunar.
-¿Puedo salir un poco al parque?-Pregunté a Quike
-Claro.
Salí a tomar el aire y de repente vi un club. Me decidí meter y es cuando me enteré que era de boxeo. Vi que competían un chico y ¿Alex? ¿Alex es boxeador?
Noté que Alex me miraba fijamente. Bajó del ring y se acercó a mi.
-¿Que haces aquí?
-Estaba tomando el aire y vi un club y me entraron ganas de ver que era. Curiosidad.-Le contesté con simpleza.
-Ah, oye... siento lo de ayer. Estaba un poco tomado y me entraron inmensas ganas de besarte y no aguanté.-Me confesó triste.¿Desde cuando Alex se disculpa? Estaba flipando en colores.
-No pasa nada. Todos fallamos alguna vez.-Le respondí
-Me gustaría conocerte más.¿Podemos quedar?-Me rogó
-Bueno... vale. ¿Cuando, donde y hora?
-Hoy, sobre las cinco y en mi casa. Podemos hacer el trabajo y luego... conocernos.-¡El trabajo! Se me olvidó totalmente. Nota Mental: Ser más responsable.
-OK. Iré. Me voy, adiós.-Me despedí y le besé en la mejilla.
-Adiós.
Continué con mi paseo y sobre la hora de merendar fui a casa de Quike. Llegué y vi a Quike y a... otra chica que no conocía.
-Hola-Saludé
-Sarah, te estaba buscando. Ella es Ángela, Ángela, Sarah, Sarah, Ángela.-Me dijo entusiasmado.
-Hola-La saludé
-Hola-Me saludó
Después de charlar con ella y contarnos nuestra vida empecé a sentir que ella iba a ser una buena amiga. Con ella estaba segura y muy bien.
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Adolescencia Anormal
Teen FictionEstaba llorando en mi cama, ya tenía los ojos rojos de las lagrimas que me caían. Ahogué un grito y escondí mi cara en la almohada. -¡Por qué a mí!- grité.