Estaba en el hospital y hoy ya me daban el alta. Tumbada en la cama con Sharon dormida profundamente a mi lado me empecé a perderme en un dulce sueño, o eso creía. En cuyo sueño aparecía una pequeña niña de unos 7 años que recogía flores. Era muy bella. De un momento a otro se levantó rápidamente y se acercó a un banco que estaba de espaldas. Mirando al horizonte, a unas preciosas montañas. No pude ver a la persona que estaba sentada. Supuse que era su madre. De un momento a otro desapareció la imagen y salió una joven de unos 14 años. Estaba sentada en una roca con vistas a un mar poco profundo. Parecían las islas Bora-Bora y era precioso. La joven muchacha, como estaba de espaldas, inclinada hacia el mar, no la pude ver el rostro pero por detrás se parecía a mi. De repente, la imagen se esfumó y aparecieron las puertas de un instituto. Eso parecía. Volvió a aparecer la joven pero supuse que ya tendría unos 16. Esta vez, se dio la vuelta y me sorprendió por el motivo de que era igual a mi. Unos jóvenes la empezaron a hacer bulling mientras ella lloraba. La llamaban de todo. La pegaban y la hacían derramar lágrimas. Se esfumó, la horrorosa imagen se esfumó y me levanté sorprendida. Empecé a ver todo de color blanco mientras lo que suponía que era un hombre por su voz me llamaba desesperado. Sentía un hormigueo por todo el cuerpo y empecé a temblar. Hacía mucho frío y a la vez ardía por dentro. ¿Que me pasaba? Una luz beige me brilló en los ojos y vi todo en color. Alex me llamaba inquieto con su mano izquierda mientras sostenía a Sharon en su brazo derecho.
¨Recuerda, a lo mejor, la persona que más daño te hizo puede ser la que te salve la vida un millón de veces¨
¿Que fue eso? ¿Me estoy volviendo loca o que?
-¡Sarah, ¿Estas bien?!
-¿Que me pasa? ¿Que haces tu aquí? ¡Vete!
-Es mi hija también-me dijo con su mandíbula tensa al igual que sus músculos. La vena le sobresalía por el cuello. Estaba muy tenso.
Me miró fijamente y me dieron unas enormes ganas de besarle. Se que me iba a arrepentir después de esto pero me daba igual. Me senté en la camilla en frente de el. La barriga me empezó a doler un poco gracias a los puntos pero no le di mucha importancia. Me levante y me senté a horcajadas sobre el.
-¿Que haces?-Me dijo un poco más calmado y sorprendido.
-Voy a hacer lo que desee y que me arrepentiré mas tarde.
Le besé lentamente. Era un beso suave. El me pidió permiso para meter su lengua en mi boca y profundizar ese beso. Acepté. Noté como unas manos me agarraban la cintura a la vez que Sharon lloraba por la tensión de su padre de antes. En ese momento maldije a dios por habernos echo con pulmones. Corté ese beso cuando me quedé sin aire y tras haber respirado y habernos calmado un poco el me empezó a besar el cuello. Solté un jadeo al sentir lo bien que se estaba. Empece a notar un bulto debajo de mi y en ese instante entró la enfermera de voz chillona. Me levanté de encima de el y cogí a Sharon.
-¿Que pasa?-dijo cortante Alex
-¿Interrumpo algo?
-¿Acaso no ves o es que eres tonta?
Me reí por el comentario de Alex y vi como la enfermera se sorprendió.
-Em... yo ya me voy... Adiós-cerró rápidamente la puerta y Alex suspiró.
-¿Me puedes prometer una cosa?
-Depende de cual.
-Prométeme que todos los días me dejaréis visitaros por favor.
-Pues, no creo que pase nada.-si que pasa, y es que nos vamos a acabar enamorando de el.
Calla subconsciencia
No
¡Ais!
-Gracias-se me acercó lentamente y me besó la comisura de los labios. Me estaba poniendo nerviosa a propósito. Besó en la cabeza a Sharon y se acercó a la puerta.
-Yo ya me tengo que ir-me dijo con un brillo en los ojos mientras miraba a Sharon. Yo estaba orgullosa de ella y el también. Creo que me estaba empezando a enamorar de el. No puede ser.
Cerró la puerta y cuando se oyó un 'clic'agarré el borde de la sábana y tiré de ella fuertemente. No me quería enamorar y apareció el. Me tumbe en la cama y miré al techo durante unos instantes pensando en lo que acaba de pasar. Cogí el cojín de el hospital y me lo puse en la boca para reprimir un grito. Estaba bastante nerviosa y lágrimas me empezaron a caer de mis ojos.
-¡Por que me estas enamorando!-susurre en un susurro bastante alto.-Ojala no me volvieses a ver en mi vida... Que fuésemos desconocidos andando por New York y que tan si quiera nos mirásemos a los ojos.-Miré a Sharon en la cunita como me observaba con una pequeña sonrisa y yo se la devolví. Amaba a esta niña. Cerré los ojos un momento y suspiré.
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-Vamos cariño-Mi madre me estaba presionando y me volvía loca.
-Que si. Espérame. ¡Pero quieta!
Estaba llegando a la conclusión de no volver a hablar con mi madre por teléfono. Colgué cuando acabé de hablar, o mas bien discutir, con ella y me vestí a mi y luego a Sharon. La cogí en brazos mientras me colgaba la bolsa en el brazo derecho. La miré y estaba dormida, tan tranquila. Pulsé el botón del ascensor y esperé a que el ascensor subiese. Vi como sacaban a una mujer en una camilla con su bebé en brazos. Deje que los médicos pudiesen sacar la camilla y sonreí a la mujer a la vez que yo entraba al ascensor. Pensaba que a mi también me pasó lo mismo con Sharon. Esperaba tranquilamente a que bajase hasta que se paró. Bajo y se volvió a parar.
-¿Hay alguien dentro?-Chillo un hombre.
-¡Yo y mi hija!
No hubo respuesta. Empecé a ponerme muy nerviosa. De repente bajo rapidísimo y asustada me arrimé a una de las cuatro paredes del ascensor y bajé lentamente por la pared hasta tocar el suelo.
Me senté allí a la espera de que el ascensor parase. Los nervios me carcomían y sentía como de un momento a otro las lágrimas empezarían a salir sin control. Pasados unos segundos se paró en seco, me levanté tan rápido que creo que noté como la comida me subía por el estómago y toqué el botón de emergencias.
Me volví a sentar e intenté mantener la calma. Las puertas se empezaron a abrirse con la ayuda de un técnico. El único problema es que estaba entre dos plantas y eso suponía el doble de trabajo.
-Entrégueme a su hija y luego la sacaremos a usted.-elevé a Sharon con mis manos temblorosas y la entregué a ese técnico. El la cogió y se la dio a una enfermera -Mi compañero esta mirando los cables.
Debe de subir rápidamente o sino el ascensor la partirá en dos en cualquier movimiento.-asentí aun mas nerviosa.-Venga, deme la mano y corra por la pared.-Le tendí mis manos y corrí hasta tener la cintura apoyada en el suelo de la planta. De repente el ascensor se movió y noté como me separaba de mis piernas. Grité fuertemente por el dolor en la cintura y empecé a llorar. El técnico tiró de mi mano y me tumbó boca arriba. Era insoportable el dolor de mi cadera. Miré a mi hija y lloré aun mas fuerte. Volví a chillar que me curaran. Empecé a ver puntos negros y todo se volvió negro.-¡No cierres los ojos!-Oía voces lejanas y mis piernas dolían menos pero aun así no lo soportaba. Cerré mis párpados y una lágrima cayó por el ojo derecho. Mi última lágrima. Mi última esperanza. Mi último segundo de mi vida. ¿Había pasado muchas cosas malas y justamente en este momento me tuve que ir de mi vida? Había perdido el conocimiento y mi corazón palpitaba cada vez más lento hasta pararse. En ese momento sentí rabia por haber dejado a mi hija sola, por no ser mejor atleta y por haber dejado a mi pequeña Sharon con su padre... el padre más cobarde del mundo.
Hola chicos y chicas. ¡Stop! La historia no se acaba aquí. Yo tenía una idea diferente desde el principio. Pronto empezaréis a saber cual. Perdonadme por no haberme conectado. Si os a gustado el capítulo votad. (Pulsad la estrella) Comentad que quiero conoceros y me gustaría saber vuestra opinión sobre la novela. No seáis tímidos. Bueno, no quiero ser pesada. Bye: {Uriel}
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Adolescencia Anormal
Dla nastolatkówEstaba llorando en mi cama, ya tenía los ojos rojos de las lagrimas que me caían. Ahogué un grito y escondí mi cara en la almohada. -¡Por qué a mí!- grité.