Un grupo de gente gritando ¡Pelea, pelea!
La curiosidad me llevó hasta allí y me asusté en cuanto vi a Alex y a un joven rubio pegándose. Sabía perfectamente que Alex iba a matar al rubio por el motivo de que hacía boxeo y de que le sacaba altura y músculo.
-¡Alex! ¡Para!-Grité
De repente vi como su puño dejó de moverse y giro la cara lentamente hasta verme a mi. Se separó del rubio y yo como toda dama le cogí de la oreja y le saqué de allí.
-¡Ay! Suéltame por favor-Me suplicaba
-No, ahora vas a venir a mi casa y te voy a limpiar esos nudillos y tu cara. Te prohíbo volverte a pegar con nadie.
Una vez en casa le senté en el sofá y fui a por el maletín. Me sentó a horcajadas sobre el y le limpié la cara.
-¡Au! Duele- Se quejó
Después de limpiarle me miró a los ojos fijamente y me perdí en su mirada. Noto como se acerca lentamente a mi y se que me va a besar. No se lo impido por que yo también tengo ganas de probar sus labios.
Me besa lentamente como si fuese de porcelana. Nos separamos por falta de aire y apoyo mi frente contra la suya.
-¿Por que me hiciste sufrir?
-Mandy me dijo que si no salía con ella te iba a hacer daño. No quería que te hiriese.
-Mandy no me iba a hacer daño. Te mintió. Pero me hiciste daño.-Le dije mientras una lágrima me caía desde mi ojo hasta mi mejilla.
-No llores Sarah.-Me limpió la lagrima con su dedo pulgar.-Te quiero y lo sabes.
Sonreí y le besé. Vale, puede que me haya echo daño pero yo también le quiero.
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-¿Y que más?-Me interrogaba Ángela. Se lo conté y ella me sonrió dulcemente.
-Hacéis una pareja estupenda.-Me decía.
Estuvimos un rato hablando y de repente aparece Quike con el pelo desordenado.
-Ya conseguí dormir a Ant.
Nosotras nos reímos por que tenía una cara de haber superado un gran reto.
Me llaman al móvil y lo cojo sin mirar el nombre.
-¿Si?
-Sarah, ¿Te gustaría quedar?
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Adolescencia Anormal
Teen FictionEstaba llorando en mi cama, ya tenía los ojos rojos de las lagrimas que me caían. Ahogué un grito y escondí mi cara en la almohada. -¡Por qué a mí!- grité.