·Epílogo·

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KADEN


Cuatro años después...

El clima de Beverly Hills era cálido y húmedo a pesar de estar en Noviembre por lo que era un día perfecto para no movernos de la piscina de nuestra casa en un barrio caro y bonito de la zona.

Me levanté del sillón de cuero blanco de nuestro salón y solté los papeles sobre la mesa, cansado.

Había estado trabajando durante horas en algunas cosas de la empresa por no hablar de que ayer tuve un campeonato de boxeo el cuál, obviamente gané.

Estaba molido así que me merecía un descanso y supe que era el momento perfecto cuando vi a mi esposa tomando el sol sobre la tumbona con un bikini negro y unas gafas de sol.

Subí a nuestra habitación para ponerme el bañador y volví a bajar. Me dedicó una sonrisa preciosa nada más verme y recibió con gusto el beso que le di cuando me senté a su lado.

—¿Mucho trabajo?

Asentí.

—Demasiado para ser solo un joven que cumple hoy treinta y dos años.

Río y se incorporó para abrazarme.

—Pues que le den al trabajo. Es hora de descansar. En un rato vendrán todos.

Fruncí el ceño.

—¿Quién ha dicho nada descansar? —volví a besarla y la tumbé escuchando su bonita risa y sintiendo su piel suave y caliente por el sol contra mí.

Un par de horas después recibimos a nuestra familia y amigos.

Hace unos diez meses que nos mudamos a Beverly Hills. El motivo fue que mi apartamento en Nueva York se nos empezaba a quedar pequeño y también queríamos cambiar un poco de aires. Al principio se nos hizo un poco complicado estar lejos de nuestras familias y amigos pero nos acabamos acostumbrando. Intentábamos visitarlos con frecuencia y ellos a nosotros. Keyla se enamoró del clima, las playas y el ambiente de Los Ángeles y yo era feliz si ella lo era. Así que nos instalamos en una bonita mansión de piedra blanca, con un jardín enorme y piscina.

Nuestro salón pronto se empezó a llenar de regalos, comida, gente y muchas botellas de vino.

En un principio Keyla había querido alquilar un club bastante caro e invitar a todos mis amigos pero yo había preferido algo más íntimo. Simplemente una cena con mi familia y amigos más cercanos a los que no veía desde hacía unos tres meses.

Adele me llenó de besos nada más verme y Elaine me sonrió con dulzura y nos entregó una tarta de chocolate blanco con una pinta increíble, hecha por ella. Nada más verse, Jules y Jess se abalanzaron sobre mi mujer para darle un fuerte abrazo. Esta rio con cariño y se me encogió el corazón al ver sus ojos llenos de vida. Rápidamente, las tres se apartaron para meterse en su burbuja de cotilleos, halagos sobre su ropa y bromas. Yo saludé a Erick y a Archie con una palmada en la espalda y nos servimos una copa de vino antes de sentarnos en el sillón para ver un partido de baloncesto que se estaba emitiendo mientras charlábamos.

La verdad es que fue refrescante volver a ver a mis amigos aunque me entristecía que Ryan, Hyun y Bratt no hubiesen podido venir, así que decidimos hacer una videollamada con ellos.

—¿Cómo lo llevas? —le pregunté a mi mejor amigo de la infancia que se encogió de hombros y miró a su mujer hablar con la mía y con mi hermana sobre su nueva línea de ropa interior con efusividad, con ojos llenos de amor y orgullo sobretodo al posarlos sobre su vientre hinchado.

Tú y yo, por siempre (+18)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ