EXTRA 2

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VOLVER A CASA

KEYLA



Este extra se sitúa en la actualidad, con Kaden y Keyla cuarentones y los mellizos con 12 añitos :)

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Pasamos unos días increíbles en Nueva York y el día de Navidad llegó antes de que nos diésemos cuenta. Nos habíamos estado quedando en casa de mis padres por petición de ellos a pesar de tener un bonito hotel reservado pero la nostalgia me había ganado, así que cancelamos la reserva.

Había echado mucho de menos mi casa.

Bostecé y me di la vuelta para abrazar a Kaden por el cuello, con pereza. Hacía unas cuatro horas que habíamos estado despiertos para colocar los regalos—que no eran pocos—bajo el árbol. Kaden soltó una respiración somnolienta y hundió la cara en mi cuello haciéndome cosquillas con su barba de dos días.

—Buenos días—dije con dulzura. Acaricié su pelo y su espalda y él dejó un beso en mi clavícula antes de gruñir.

—¿Por qué estás despierta tan temprano?

—Ha venido Santa Claus—esbocé una sonrisa divertida.

Puso los ojos en blanco.

—Nunca he entendido por qué a la gente le ilusiona tanto. Si entrase un viejo con barba blanca, vestido de rojo y acompañado de renos yo le pegaría una paliza y luego llamaría a la policía.

Me reí y me estiré sobre las sábanas lo que causó que la camiseta del pijama se me subiese dejando ver mi abdomen. Kaden clavó sus ojos caramelo justo en esa zona y su mirada somnolienta pasó a una de deseo.

—Eres un Grinch.

Cogí mi móvil para ver la hora que era.

Las ocho en punto de la mañana.

—Tres, dos, uno...—dijo Kaden e inmediatamente empezaron a sonar pasos en el pasillo.

Sonreí, emocionada y divertida.

A pesar de tener cuarenta años me seguía encantando la Navidad y abrir los regalos. Pero era aún mejor porque la vivía con mis hijos. Ver sus caras de felicidad al abrir un regalo me daba mil años de vida.

Escuchamos cuchicheos de los niños y seguidamente oímos como bajaban las escaleras.

Besé a Kaden antes de empezar a levantarme pero su mano sobre mi cadera me lo impidió.

—Deja que pasen un rato mirando los regalos—nuestros hijos y sobrinos nunca abrían los regalos sin sus padres—eso lo hace más emocionante.

Empezó a repartir besos por mi cuello y casi, repito, casi, me quedo en la cama.

—Kaden Red, levántate ahora mismo—me lo quité de encima escuchándolo soltar una carcajada grave. Nos aseamos entre besos y bromas insoportables de las suyas antes de bajar. En el pasillo también nos encontramos con Jules y Daisy, Erick y Jess y Tyler y Kiara. El día anterior había sido Nochebuena y al final todos aceptaron el ofrecimiento de mis padres de quedarse a dormir.

Me sentía como cuando era pequeña y nos reuníamos todos.

Me hubiese gustado que también estuviesen Archie y Leah con Marc pero ellos habían celebrado la noche con sus familias. Aunque hoy habíamos quedado con ellos para ir a la pista de patinaje. Su hijo, Marc, y mi hija compartían una gran afición por el patinaje artístico. A todos les gustaba ir a patinar pero Marc y Bri tenían un amor especial por ese deporte.

Tú y yo, por siempre (+18)Where stories live. Discover now