·Capítulo 31·

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KADEN


El póker era un arte que solo unos pocos lográbamos entender. Adivinar los movimientos de tu adversario, hacer las mejores jugadas y no morir en el intento. Según Jaden, yo era un virtuoso en el póker y me necesitaba para ganar.

Y allí estaba.

Rodeado de criminales bajo una apariencia elegante.

Uno de los viejos mafiosos soltó un fajo de billetes enfrente mía cuando volví a ganar.

Jaden estaba apunto de relamerse los labios al ver tanto dinero junto.

Estaba seguro de que podría hasta tener un orgasmo, el muy cabrón.

—Eres un hijo de puta inteligente, Red—dijo el viejo—Por eso, te tenemos una sorpresa.

Fruncí el ceño.

Apareció por la puerta la persona que menos esperaba que apareciese.

—Hola, mi amor–dijo con tono seductor.

Charlotte se encontraba frente a mí.

Ya no era rubia, sino morena. Sus facciones eran más maduras y un vestido de satén rojo cubría su figura delgada.

Charlotte fue mi novia durante un año. Un año en el que rompimos más veces de las que salimos. No me llegué a enamorar de ella, pero era guapa y popular y lo pasábamos bien. Pero ella se encaprichó de mí, lo que me llevó a agobiarme demasiado. Hice cosas de las que no me sentía orgulloso como ponerle los cuernos con otras cuando se ponía pesada por el simple hecho de que no sabía llevar la situación.

Ella tampoco era una santa.

Me revisaba el teléfono cada vez que podía, amenazaba a otras chicas para que no se acercasen a mí. Una vez tiró por las escaleras a una compañera de clase solo por pedirme la solución de un problema de mates. Pero Keyla era su peor pesadilla. Para nadie era un secreto que la hermana de mi mejor amigo y yo teníamos una conexión especial y eso la enfurecía en sobre manera. Le hizo la vida imposible en varias ocasiones. De hecho, rompí definitivamente con ella porque intentó ahogarla en la piscina del instituto. Luego, intentó suicidarse y fue cuando descubrimos que tenía varios trastornos mentales.

Me hice el que no estaba sorprendido.

—¿Una puta? —pregunté.

Jaden asintió.

Rápidamente cogí el móvil y le escribí a Ryan.

Charlotte está aquí. Dicen que es una prostituta.

¿Puedes averiguar qué pasa?

Los chicos me estaban ayudando con todo esto. Ahora mismo se encontraban en una habitación de la planta de arriba monitoreando las cámaras de la habitación por si algo pasaba, a la vez que recopilaban información.

Está contratada por Fisher, es su puta. Ten cuidado, tío.

Mi ex novia se acercó a mí como un lobo a su presa y dejé que se sentara en mi regazo a pesar de que solo quería irme de allí cagando leches. Tenía que parecer que estaba de su lado.

Rodeó mis hombros con su brazo, sus pechos menudos que antes eran más abundantes, estaban prácticamente en mi cara.

Olía a marihuana y a perfume caro.

—Disfrútala, es tu premio.

Asentí, sin decir nada.

Tenía toda la tensión acumulada en la mandíbula.

Tú y yo, por siempre (+18)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora