·Capítulo 32·

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KEYLA


Todo estaba oscuro.

Mi corazón latía a un ritmo preocupante.

Unas manos frías y ásperas rozaron mis pómulos.

Y el golpe llegó.

Luego escuché su escalofriante risa.

La sangre cayó por mis labios.

La venda de mis ojos se desató.

Y vi la celda.

Y a él.

Fisher.


Me desperté sobresaltada con el corazón a mil.

—Eh, eh. Tranquila, estás a salvo—la voz suave de Kaden llegó a mis oídos y me tranquilicé al instante. Miré a mi alrededor y sentí alivio al darme cuenta de que estaba en la habitación de invitados de Ryan y los chicos.

Abracé a Kaden como si fuese mi salvavidas.

—Shh, tranquila—susurró acariciando mi pelo.

—No tenía estas pesadillas desde...

—Lo sé—me cortó.

—¿Lo sabes? —me separé de él.

—Tu hermano me lo contaba y cada vez que lo hacía no podía evitar sentirme culpable—me apartó un mechón de la frente y besó mi mejilla con suavidad.

Fruncí el ceño.

No tenía ni idea de aquello.

Solía tener pesadillas con Fisher después del secuestro pero fui dejando de tenerlas después de varias sesiones con psicólogos.

Suspiré.

—Volvamos a dormir. Tienes que descansar para el campeonato y yo para la aburrida gala de premios—me tumbé de nuevo en la cama.

El lo hizo segundos después abrazándome por detrás.

Era la primera vez que él me abrazaba y no al revés.

Ese día me desperté bastante tarde lo cual era comprensible teniendo en cuenta la nochecita que habíamos pasado.

Todo iba tan bien...

Kaden había organizado con la ayuda de los chicos una cita romántica y lo estábamos pasando de maravilla. Si lo pensaba detenidamente, era la primera vez que teníamos una. Desde que empezamos a sentir cosas el uno por el otro siempre nos habíamos resistido por miedo a la reacción de terceras personas por lo que nuestra relación era casi clandestina.

Besos a escondidas, fingir delante de los demás, ir con pies de plomo para que no nos pillasen...

Una auténtica locura.

Y ahora era como si ese nudo tenso se fuera aflojando.

Ya casi ni nos molestábamos en fingir.

Justamente cuando más debíamos hacerlo.

Nuestras familias, Steven y amigos no tardarían en sospechar. Por no mencionar que Fisher y su gente tenían un ojo puesto sobre nosotros.

Siempre alerta para hacerle daño a Kaden a través de mí.

De hecho, la primera sospecha se manifestó esa mañana y fue por parte de Jessica.

—Eres una mentirosilla—me miró con suspicacia—Les dijiste a tus padres que dormiste en mi casa pero que yo sepa no te vi durmiendo conmigo a no ser que puedas hacerte invisible.

Tú y yo, por siempre (+18)Where stories live. Discover now