Cap 7

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Luego de que le hubieran contado toda la historia, Athena pudo entender un poco más sobre el odio que le tienen a los humanos.

- Entiendo por Bakugo me odia... Muchas criaturas mágicas muriendo por culpa de los humanos.

- Yo he ido al pueblo a veces y se que las cosas han cambiado, ya no son como antes pero Bakugo no quiere entender eso... Yo también fui afectado junto con mi familia por culpa de ustedes pero no los odio porque se que no todos son iguales.

- ¿Pero como fue que un día solo decidiste salir y ya?

- Un día estaba solo y me dio curiosidad, como estaba en mi forma humana nadie se dio cuenta... Todo era lindo hasta que veían mis dientes... Al ver la cara de miedo de las personas no quise salir más pero la curiosidad me gano, ver todo esos aparatos e inventos.

- ¿Pero solo ibas por eso?

- No, es que los humanos venden comida sabrosa y a veces le traigo a Bakugo, al igual que le traigo ropa, él siempre se queja pero al final acepta.

- Kirishima quiero caerle bien a Bakugo...

- Solo dale tiempo, ven vamos a casa que de seguro Bakugo ya hizo la cena.

Los chicos volvieron a la casa para cenar y Bakugo se veía más calmado.

- Oye Bakugo mañana tengo que ir al pueblo humano... ¿Puedes proteger a Athena?

- No.

- ¿Pero que pasa si le ocurre algo? ¿Se la quieren comer o algo?

- Por mi que los ogros o los Wendigos se la coman.

- Bakugo no seas cruel.

- Está bien pero no te tardes, la última vez te fuiste por dos meses y medio.

- ¿¡Dos meses y medio!? ¿Por qué tanto kirishima? ¿Qué haces en el pueblo? - Athena casi se atraganta con la comida

- Solo voy a ver una amiga... - Dijo el pelirrojo nervioso.

- La espías - Dijo Bakugo

- Claro que no Bakugo, eso se escucho mal, además, me tardo porque tengo que buscar algunas cosas para la casa y no es fácil ir a pie a cada reino humano para que no me vean en modo dragón

- Solo no te tardes o la voy a abandonar afuera de la barrera.

- Está bien no me tardo... Mínimo un semana y máximo dos

- Me funciona.

Terminaron de comer y Athena fue a dormir con Bakugo.

- Solo no me toques.

- Está bien.

Narra Bakugo

A la mañana siguiente me di la vuelta y me encontré cerca del rostro de Athena, había olvidado que ella durmió aquí ayer, ella se movió un poco y una de sus tetas estaba apunto de salirse de la camisa, me sentí muy extraño de repente, sentí algo en mí entre pierna, me senté en la cama y vi un bulto en mi pantalón.

- ¿Bakugo estás bien? - Me preguntó ella aún acostada.

Me levanté enseguida y fui al baño luego de un rato el bulto desapareció así que salí a la cocina.

- Te voy a comprar un lindo vestido, Athena - Dijo Kirishima

- No es necesario, kirishima.

- Yo quiero hacerlo Athena, déjame hacerlo.

- Entonces escoge el que más te guste.

- Te traeré algo delicioso también.

- Gracias, kirishima.

La Princesa y El Rey de los Dragones (Bakugo y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora