Narra Athena
Bakugo siguió pidiendo abrir la puerta pero kirishima y yo lo ignoramos luego de un rato me dio sueño y nos dormimos pero a media noche podía escuchar a Bakugo aún detrás de la puerta.
- Athena yo te amo... Lo siento si pensantes que lo que viste no fue amor, se que estuvo mal pero yo no estaba haciendo nada con esa chica.
Me levanté sin despertar a Kirishima y abrí la puerta, él estaba acostado en el suelo, parecía que estaba llorando.
- ¡Athena lo siento mucho!
- Aún no te perdono Bakugo, solo abrí porque tengo que hablar contigo.
Me senté en el suelo junto a él y le comencé a contar sobre el porque no me siento lista para estar de esa forma con él.
- Antes de llegar aquí, me encontré con algunos hombres que solo me buscaron por querer hacer cosas malas conmigo... Se que tú no eres así Bakugo pero es que no puedo, necesito más tiempo para estar bien.
- Te amo y voy a esperar hasta que te sientas lista... No quiero volver a hacerte sentir mal
- Gracias por entender Bakugo
Lo acerqué para besarlo tiernamente, me levanté y me fui a dormir otra vez con kirishima.
- Pero...
- Te dije que sigo molesta contigo Bakugo
Él solo bajo la cabeza y se fue a su habitación.
Kirishima solo estuve en casa unos días más y luego se volvió a ir pero Bakugo y yo aún no hablábamos, cuando kirishima se fue yo me levanté tarde y no vi a Bakugo por lo que salí a buscarlo, las hadas me guiaron hacia él, estaba mirando a unos dragones jugar.
- ¿Qué haces? - Me acerqué a él
- Solo los veo... Están enamorados
Bakugo no me miraba desde esa noche y cuando dijo eso sin mirarme me hizo sentir mal.
- Bakugo yo te perdono... No puedo estar molesta contigo por mucho tiempo, ya tú me pediste disculpas y no es justo que no te perdone.
- Ven aquí - Me extendió los brazos para abrazarlo y lo hice, llevaba unos días sin estar así de cerca de él.
- Te amo Bakugo - Sentí lágrimas en mis ojos y él me las comenzó a limpiar.
- ¿Por qué lloras?
- Es que no te hablé durante estos días y fue muy horrible
- ¿Y crees que para mí no? Kirishima me dijo que te diera tu tiempo y eso intenté.
- Pues ya no lo vuelvas a hacer tonto
Tomó mi rostro y comenzó a besarme por todos lados mientras me decía te amo.
Pasó una semana y ya estábamos bien otra vez pero un día entre a la habitación sin tocar y él parecía estar algo extraño, estaba de espalda y cuando le hable comenzó a gruñir.
- ¿Bakugo estás bien?
- Aléjate... - Dijo en voz baja.
Él se volteó enseguida y me acorraló contra la pared, podía ver cómo sus dientes se volvieron afilados.
- ¿Bakugo que te sucede?
Lo mire a los ojos y supe que no era mi Bakugo, intenté empujarlo pero él me tomó de las muñecas y las golpeó contra la pared y luego me siguió gruñendo.
- ¡Me estás asustando, detente!
Él solo me sostuvo con más fuerza y comenzó a oler mi cuello luego me lamió.
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La Princesa y El Rey de los Dragones (Bakugo y Tú)
FantasyEres una Princesa cuyo nombre es Athena y estás apunto de casarte pero es por obligación y eso no te gusta. Decides escaparte y irte lejos del castillo pero terminas en el bosque prohibido donde habitan criaturas peligrosas. Ahí descubrirás la verda...