Capítulo 27

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Eva

Era el día de la misión y mis nervios estaban de punta, él y yo no nos habíamos visto, ni hablado, está mañana me levanté con un mensaje en mi buzón que decía: Te amo, y todo lo que hago es para protegerte, regresaré pronto para estar con ustedes. Sabía que lo hacía por nosotros, pero quería estar con él, me daba nervios que no regresara.

Tomé un sorbo de jugo y leí el periódico, pero no podía concentrarme, tenía un leve dolor en el pecho que no me dejaba respirar, y hoy sentía pesadez algo que no era normal en mi.

Escuché los pasos de alguien acercándose hacia mí y levanté la vista encontrándome con Ely, la empleada doméstica de nuestra casa de campo. Traía consigo una bandeja llena de comida, que por primera vez no quería comer.

—Traigo tu desayuno—lo puso frente a mí, pero lo alejé con una sonrisa.

—No quiero, Ely. Me siento enferma.

Sus ojos se abrieron y se sentó a mi lado.

—¿Qué sientes?

—Me duele el pecho y siento pesadez, algo que no es normal en mi.

—Mi mamá decía que cuando una embarazada sentía que algo no estaba bien con su cuerpo era porque algo estaba a punto de pasar.

—Por favor no me digas eso, Ely, Brandon acaba de ir a una misión y oh dios—Solté un suspiro ahogado y comencé a temblar.

Por favor que no sea lo que mi cabeza está pensando.

—Pero yo sé que el señor Brandon va a regresar bien.

—No, algo está mal, no he podido dormir desde anoche. No estoy tranquila —Tomé mi teléfono ansiosa y marqué al número de Stoner.

Sonó tres veces y al cuarto sonido, me contestó.

Dime, Eva.

—Necesito que veas el chip de rastreo de Brandon—Me levanté de la silla angustiada y comencé a caminar ansiosa.

—¿Por qué?

—Hazlo, por favor.

—Claro que…

—¡Que lo hagas maldita sea! ¡Te lo estoy pidiendo por las buenas, Stoner!

Ya va, espera un momento

Se quedó en silencio y Ely me observó esperando respuestas.

—No tiene señal—Respondió con voz firme.

Sentí como el poco jugo que tenía en el estómago se estaba devolviendo, quería vomitar y salir a buscarlo.

—Ya voy para allá.

—No…

Le colgué y guardé el celular en mis jeans, necesitaba ir por él.

—Eva, no puedes salir de aquí, estás embarazada y sabes que es un peligro salir y enfrentarte con esa gente, quédate aquí, esperemos que resuelvan allá —Ely trató de animarme, pero no me iba a quedar aquí.

—Lo siento, Ely, pero se trata de mi esposo. No me voy a quedar aquí sabiendo que está en peligro.

—Pero…

Salí corriendo del jardín y salí de la casa tomando las llaves del auto, me subí en él y lo puse en marcha a toda velocidad, necesitaba saber de él, sentía que estaban arrancando un pedazo de mí.

Llegué como pude a la central y subí las escaleras llegando a la oficina de Stoner, al abrir la puerta me encontré con él revisando unos papeles y observando la pantalla del televisor.

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