Capítulo 22

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Brandon

Desde que habíamos cenado Eva estaba algo rara y distante, comió muy poco y solo le dio dos sorbos a su jugo favorito. Creo que estaba comenzando a preocuparme su actitud. Ahora nos encontrábamos acostados luego de haber hecho el amor, pero no estaba hablando ni preguntando algo simplemente estaba callada acariciando mi pecho.

—Necesito hablar de algo—Susurró sentándose en la cama.

—Dime, te escucho.

Suspiró nerviosa y mordió sus labios, observé sus manos que estaban jugando entre sí.

¿Qué le sucedía a mi mujer?

—No sé por dónde comenzar.

—Por el principio, creería yo.

Asintió con pesadez y se movió un poco.

—Estoy embarazada—Dijo en voz baja agachando la cabeza.

Mi respiración se quedó atrancada y me incorporé en la cama nervioso, esto era una noticia demasiado sorprendente. Quería besarla y festejar con ella, pero por lo que veía ella no estaba feliz.

Alzó la vista un poco y sus ojos se encontraron con los míos. Las lágrimas brillaban en ellos amenazando con salir en cualquier momento.

—¿Cómo es….

—Cuando nos acostamos en la misión, no tenía sospechas, pero hoy me llegó un paquete extraño y dentro de él había una prueba de embarazo, justo ahí vomité y trate de recordar si había tomado mis pastillas, pero…—Tragó con fuerza y respiró profundo—No lo hice, no quería embarazarme apropósito, en mis planes nunca estuvo eso, no quería separarte de Ciara, ni mucho menos que…

Me acerqué a ella abrazándola y cortando sus palabras.

—Se que no lo hiciste apropósito —Besé su coronilla—. Ahora quiero saber una cosa.

Me alejé de ella.

—¿Cuál?

—¿Quieres tenerlo?

—Yo…no lo sé, realmente no lo sé, tengo miedo.

—Por eso estoy contigo, y te pregunto. Perdimos un hijo por culpa de nuestros trabajos, entonces no sé si te sientes capacitada para volver a esa etapa.

Sus lágrimas cayeron por sus mejillas e intentó no llorar, pero era imposible, ahora más que nunca estaba sensible.

—Yo quiero a nuestro bebé, Brandon. No importa lo que pase quiero tenerlo, no me importa nada—Se limpió las lágrimas.

—Entonces quemaré el cielo y la tierra por ustedes dos donde llegue a pasarles algo, te prometo que está vez haremos las cosas bien—La jalé a mi lado y nos volvimos a acostar.

Hablé con ella unos minutos más y poco después se quedó profundamente dormida.

Me levanté con cuidado de no despertarla y me di una ducha poniéndome ropa cómoda para salir. Después de que estuve listo apague las luces, cerré bien las cortinas y luego de que todo estaba completamente oscuro salí de la habitación sin hacer ningún ruido. Bajé las escaleras de la casa y encontré en la puerta a los de seguridad.

—Quiero que doblen la seguridad. Mi esposa está embarazada y quiero que ella pueda pasear por aquí con seguridad.

—Sí señor.

Le di una última mirada al chico y salí de la isla hasta llegar a la principal donde me esperaba mi chófer, me adentré en el auto y justo en la silla había una caja sospechosa.

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