Capítulo 21

498 40 8
                                    

Eva

Estaba tan maravillada con el lugar, que ahora no quería pensar en alguien que quisiera hacernos daño, la isla era hermosa y al estar compartiendo con él todo era mucho mejor. Ahora nos encontramos en la cama con una vista perfecta. Ambos estábamos desnudos después de hacer el amor.

Si me hubieran dicho hace algunos años atrás que ahora estaría en una isla privada casada con Brandon no creería nada de nada, pues él nunca había correspondido mi amor y yo solo era una adolescente enamorada que tenía sueños con alguien que nunca me prestaría atención.

En mi cabeza todo era sencillo; terminar la universidad, vivir en gardenia, trabajar en algo que me beneficiará a mí y a mí título de psicología y encontrar un hombre que me quisiera, luego de eso tener un hijo, una casa y un perro. En mi cabeza sonaba bien, pero el destino tenía otros planes para mí.

Me removí en los brazos de Brandon y volteé a ver su rostro, estaba con el ceño fruncido y los ojos cerrados, se veía hermoso. Acaricié su barbilla y abrió los ojos enseguida.

—Te ves hermoso durmiendo—Sonreí dándole un beso en el pecho.

—Y tú te ves hermosa cuando estás encima de mí.

Solté una pequeña risa y me subí encima de él acomodando mi cabeza en su pecho.

—¿Estoy pesada?

—¿Me estás preguntando si estás gorda?

—No, solo quiero saber si peso demasiado, para hacer ejercicio, últimamente he estado comiendo demasiado.

—Lo único pesado en ti es esto—Me dió una nalgada y beso mi cabeza—. Nena, no importa si estás subiendo de peso, tu cuerpo siempre será hermoso.

—Lo dices porque eres mi esposo—Me levanté de su pecho y caí a su lado otra vez.

—No puedo creer que ahora tenga una esposa.

—¿Nunca lo imaginaste? O sea, no conmigo, pero con otra tal vez ¿No?

—Realmente nunca quise casarme, Eva. En mis planes estaba solo follar sin compromiso.

—¿Te arrepientes? —Pregunté temiendo su respuesta.

—Contigo nunca me arrepentiría de nada, amor.

—¿O sea que estás feliz de estar casado?

—Si es contigo si.

—¿En qué momento te diste cuenta que yo era la indicada? O bueno, ¿Cómo te diste cuenta que querías estar conmigo?

—Facil, te conocía desde que eras una bebe, crecimos prácticamente juntos y cuando estabas en la adolescencia fue que me empezaste a llamar la atención. En mis planes no estaba tener algo contigo, pues si te soy sincero, no me gustabas.

—¿Enserio? —Sonreí—¿Y cómo te empecé a gustar? ¿Cuando me besaste en el pasillo antes de irte para siempre?

—No, me gustaste el día del vestido azul.

—Tenía como quince años.

—Y papá me advirtió que estabas fuera de los límites.

—¿Y por qué el día del vestido?

—Te veías hermosa esa noche, recuerdo que tú amiga quería meterse por mis ojos, pero la única que estaba en mi campo de visión eras tú. Desde ahí empecé a ver de manera diferente todo de tí.

Recuerdo que esa noche estábamos en una fiesta que había hecho papá, Brandon estaba con unos amigos y yo solo estaba enfocada en él, aunque no me miraba sentía que en algún momento lo haría. La imaginación de una adolescente de quince años es algo muy chistoso.

Decadentes ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora