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– Yo no terminé en cana. – dijo sacando las manos de su rostro, mirando a su madre. – Se llevaron a unos amigos, y yo hice lo que pude para sacarlos.

– ¿Qué clase de amigos tenés? ¿Por qué sacaste tu plata del banco? ¿Te volviste completamente loca?

Preguntó exaltada ya gritando. No podía creer la cagada que se había mandado su hija.

– ¡No mamá! Era una emergencia. Quédate tranquila que te voy a devolver peso por peso si es la plata lo que te importa...

– ¡Es tu plata lo que me importa! Alba, vos sabés hace cuánto tiempo veníamos ahorrando ese dinero para vos para un gasto importante... Era tu futuro. ¡¿Qué fue lo que hiciste?!

– ¡Bueno ya está mamá! – se levantó de la cama, enojada. – Problema mío si me gaste toda la plata, me cagaré yo, no vos.

– ¿Quienes son esos amigos que terminaron en cana? ¿No son los pibes que trajiste a casa la otra vez? ¡Yo sabía que tenían pinta rara, yo sabía!

– Es de mis amigos de quienes estás hablando. Y tienen nombres, Charly y Pedro . – los defendió, señalándola.

– ¿No te das cuenta que por algo los llevaron presos? ¡Abrí los ojos Alba, por favor! ¡No puedo quedarme tranquila sabiendo que salís con ese tipo de gente!

– ¡Mama ya soy prácticamente una adulta! ¡Deja de tratarme como una nena, es mi vida, son mis mambos!

– ¡Vas a terminar en cana vos también como los pelotudos de tus amigos! ¡Y con tu padre no vamos a hacer nada al respecto, Alba! No podemos andar salvandote las papas siempre. Tu padre tuvo que hablar con el jefe de comisaria para explicar el malentendido... ¿Qué van a decir de vos?

– ¡Que digan lo que quieran, me importa un carajo mamá!

– Te importa un carajo, pero esa plata que gastaste es nuestra Alba. Es plata que con mucho sacrificio ahorramos para tu futuro. ¡Para futuro! – enfatizó golpeándola en el pecho con su dedo índice.

– ¡Ya te dije que es problema mío!

– ¿Ah sí, es problema tuyo? ¡Ya me estoy cansado Alba!  Me estoy cansando de darte todo, para que te cagues de ésta manera en nosotros. Aceptamos muy a duras penas tu decisión de no estudiar, pero no podemos seguir soportando otra de éstas horribles escenas bajo nuestro techo. O empezas a bajar un cambio, o te vas de acá. Basta, me cansaste.

Alba la miró incrédula. No lo iba a pensar dos veces.

– ¿Qué me estás echando de mi propia casa?

– Te estoy pidiendo que cambies Alba. Pero si sos lo demasiado madura como para manejar tu vida, entonces sos lo demasiado madura como para buscarte otro lugar y mantenerte vos sola con el futuro que vos elegiste. Y con el futuro paupérrimo que te espera considerando que te gastaste toda la plata que tenías para un acontecimiento así de importante.

– ¿Papa está de acuerdo con la decisión que estás tomando? – se cruzó de brazos.

– Si Alba.

– ¿Y dónde está?

– Arreglando tus cagadas todavía.

– Tengo el presentimiento que no está ni enterado de ésto, y cuando se entere te va a querer matar. – rió cínica.

– ¡A vos te quiere matar después de lo que hiciste! Te crees muy adulta, y ni siquiera sabes administrar tu plata.

– ¿Sabes qué? Me voy. Y te voy a devolver peso a peso tu dinero de mierda. – dijo agarrando su cartera.

Te Ví Entre Las Luces | Charly García ficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora